El Japón es el país de la escritura. En 1970, Roland Barthes dedica una obra al sistema simbólico japonés, en un viaje no por el Japón rela, sino por el de sus signos. Barthes no es el turista que pasea por las calles, degusta la gatronomía o asiste a representaciones teatrales, sino el semiólogo que se afana por interpretar el significado y el significante. El resultado es un tratado sobre el signo, sus reglas y su belleza.
Con El Imperio de los signos, Roland Barthes, uno de los máximos representantes del postestructuralismo francés y uno de los padres de la semiótica moderna, inicia una fase en la que comienza a sentirse escritor, a construir un estilo propio; en palabras del autor: "Este libro es una especie de entrada, no tanto en la novela cuanto en lo novelesco"
La serie informalmente titulada «Historia Universal Asimov» reúne las obras dedicadas por el gran novelista y divulgador científico a la evolución política, cultural y material de la especie humana. El Imperio Roma no expone las grandes líneas de desarrollo histórico de esta potencia del mundo antiguo desde la proclamación de Augusto como emperador hasta la caída del Imperio Romano de Occidente y la instauración de los reinos germánicos.
En mayo de 1945, recién conquistado Berlín, unos agentes de los servicios secretos soviéticos -el temido NKVD- merodean entre las ruinas de la ciudad para cumplir una orden de Stalin: confirmar la muerte de Adolf Hitler. Pero el dictador soviético también sentía curiosidad, y quizás admiración, por los métodos empleados por Hitler para hacerse con el poder y mantener un feroz control sobre la población alemana.