En unos tiempos convulsos para la profesión, la voz de Juan Cruz Ruiz se alza potente en este relato autobiográfico sobre su labor como periodista, un libro en el que la vida y el oficio se cruzan una y otra vez a lo largo de los años para formar una única realidad que va siendo desgranada por el autor, capítulo a capítulo, con la sensibilidad y la pasión que caracterizan todas sus obras.
Todos nosotros somos, en esencia, aquello que leemos. Ese es el presupuesto del que parte Luis García Montero en este libro. Un principio difícilmente rebatible desde cualquier rincón de la cultura. Las lecturas a las que Federico García Lorca se acercó en su juventud le convirtieron en la persona que fue -hasta sus últimas consecuencias- y en símbolo de toda una época. Como uno de los escritores españoles más populares del siglo XX, sus obras son objeto continuo de estudio, su poesía resuena más allá de los libros y sus piezas teatrales han conocido multitud de puestas en escena a lo largo de los años. Lejos del mito del autor de genio innato y profundas raíces populares, su escritor, desde los más tempranos, reflejan un profundo conocimiento de la literatura clásica, de las obras de sus contemporáneos, además de un acercamiento intelectual a la cultura popular, tanto literaria, como musical o teatral. Como todo lector, el joven Lorca buscó en sus lecturas la manera de forjarse una identidad, no solo como escritor, sino también como individuo y como ser social. Este es, sin duda, uno de los más hermosos y fecundos ejercicios de la libertad que puede acometer el ser humano.
Madre Teresa se ha convertido en un icono de la caridad y la compasión para personas de todas las religiones y de todos los países. Pero poco sabemos de su espiritualidad o de sus luchas internas. Se recogen aquí las cartas —en su mayoría inéditas— que escribió a sus más cercanos confidentes durante sesenta años, donde descubriremos su desolación al sentirse rechazada por Dios y sus reflexiones acerca de su propio cometido en esta vida.
Descubriremos a la «Santa de Calcuta» más personal y sincera a través de esta recopilación que ha hecho el padre Brian Kolodiejchuk — postulador para la causa de su canonización — , quien colaboró con ella durante veinte años.