La batalla por recuperar la libertad frente a las élites que intentan redefinir nuestro futuro.
Tras la caída del Muro de Berlín, aquellos destinados a liderar la sociedad creyeron que la tecnología y la globalización nos traerían un futuro espléndido. Sin embargo, se convirtieron en víctimas del pensamiento Pluto, una ideología perezosa que parecía invencible. Mientras tanto, algunos jóvenes activistas desde despachos universitarios estaban diseñando una nueva propuesta revolucionaria y social que, años más tarde, tendría en Occidente más influencia de la que jamás tuvo el comunismo.
La caída del Muro no trajo la libertad esperada, sino nuevas cadenas invisibles.
Hoy, quienes estudiaron en los años ochenta y noventa en costosas universidades privadas se preguntan por qué pasaron sus días aplicando políticas de igualdad y sostenibilidad basadas en principios que no compartían. La respuesta radica en que se equivocaron al pensar que la economía y la tecnología resolverían todos los problemas. El resultado contemporáneo es la disputada Agenda 2030, salpicada de dudas y muchos interrogantes, como: ¿Quién ha diseñado la agenda política actual? ¿Por qué el cambio climático es una prioridad por encima de la natalidad? ¿Es más poderoso el que hace la ley o el que logra imponer un nuevo sentido común?
Un alegato a favor de la globalización: no es excesiva, sino insuficiente
El libre mercado ha sacado a millones de personas del hambre y la pobreza, una realidad evidente incluso para Marx y Engels. Pese a ello, a principios de este milenio, emergió y proliferó un potente movimiento anticapitalista internacional.
Johan Norberg desarrolló entonces una esclarecedora defensa de la teoría y la práctica del liberalismo económico. Su tesis contribuyó a crear conciencia sobre el hecho de que los países sólo podrían salir del subdesarrollo con más comercio, inversión e iniciativa empresarial.
En la actualidad, ante el resurgir de las voces que claman que la globalización ha ido demasiado lejos, Norberg vuelve a plasmar su argumentación promercado, procomercio y proinmigración en un nuevo manifiesto. Aunque los ataques vienen fundamentalmente de la derecha reaccionaria, todos los populismos comparten el mismo mito de la economía como un juego de suma cero en el que hay ganadores y perdedores de la globalización.
El manifiesto capitalista demuestra que, pese a todos los factores que generan incertidumbre, durante los últimos veinte años se ha experimentado el mayor progreso en términos de prosperidad y bienestar. Este libro es una apología apasionada y rigurosa de la libertad económica internacional en una época que vira peligrosamente hacia el estatismo, la hiperregulación y el intervencionismo.
Las ideas artísticas de Ayn Rand que completan su sistema filosófico
En su filosofía moral, Ayn Rand ensalza la virtud del egoísmo, y en su concepción del arte no es menos radical. Este libro contiene su original y audaz teoría estética, que estipula los principios indispensables para juzgar una obra de arte de manera objetiva.
Rand sostiene que esos estándares objetivos son posibles porque el arte es una necesidad fundamental de la vida y tiene una función esencial como expresión condensada de la mente racional del ser humano. Las manifestaciones artísticas materializan los conceptos abstractos a través de recreaciones estilizadas de la realidad, que proyectan la visión del artista sobre la naturaleza humana y concretan las representaciones filosóficas de las distintas culturas.
Abriéndose paso entre la confusa niebla de misticismo y sentimentalismo que suele envolver a la experiencia artística y a los juicios estéticos, Rand ofrece una definición precisa del arte.
Desarrolla, además, una crítica devastadora del naturalismo y el modernismo, concibiendo el arte contemporáneo como testimonio de la corrupción del estado intelectual de nuestra cultura. Su argumentación permite entender mejor la obra literaria de la propia autora, más afín al romanticismo y orientada a ofrecer un retrato del hombre ideal.
Publicada por primera vez en 1969, El manifiesto romántico es una de las obras más desconocidas del canon randiano, pese a ser uno de sus ensayos más sólidos y coherentes, y que nos permite entender por qué hemos ingeniado y consumido obras de arte desde tiempos inmemoriales, alegando que la creación debería tener el horizonte de elevar el espíritu humano.
Un libro revelador sobre la anatomía del poder que analiza y enumera las malas prácticas de los representantes demócratas, dictadores, líderes políticos y grandes empresas para mantenerse en el poder.
«El príncipe de Maquiavelo tiene un nuevo rival: El manual del dictador es una lectura deslumbrante y estimulante».
Enlightenment Economics
«En este libro, Bruce Bueno de Mesquita y Alastair Smith nos enseñan a ver la dictadura como otra forma de política, y desde esta perspectiva profundizan nuestra comprensión de todos los sistemas políticos».
ROGER MYERSON, Universidad de Chicago
«Una meditación, lúcidamente escrita y sagazmente expuesta, sobre el modo en que demócratas y dictadores conservan la autoridad política... El lector se verá en apuros para encontrar un solo gobierno que no actúe en buena medida según el modelo de El manual del dictador».
Wall Street Journal
¿Por qué muchos dirigentes que han arruinado a sus países se mantienen tanto tiempo en el poder? ¿Cómo puede ser que países ricos en recursos tengan a gran parte de la población en la pobreza? ¿Por qué las autocracias tienen unas políticas económicas tan funestas? ¿Por qué a las democracias se les da tan bien la guerra?
Desde hace dos décadas, y tras examinar los éxitos y fracasos de autócratas, demócratas y jefes ejecutivos, los politólogos Bruce Bueno de Mesquita y Alastair Smith han concluido que los líderes están dispuestos a hacer cualquier cosa para mantenerse en el poder. Asimismo, realizan en este libro un análisis de las grandes empresas y de sus presidentes, del Tea Party o de algunas de las guerras más recientes.
En definitiva, El manual del dictador revela la lógica de la política y explica casi todo lo que necesitamos saber acerca de cómo se dirigen los países y las empresas.