Desde la crisis de los rehenes en Irán hasta la guerra del Golfo y el primer atentado con bomba en el World Trade Center, la mayoría de los medios de comunicación estadounidenses han retratado el islam como una entidad monolítica equivalente a terrorismo y a fanatismo religioso. Al mismo tiempo algunos países islámicos lo invocan para justificar regímenes no democráticos y a menudo represivos. En esta obra clásica, revisada posteriormente por el autor, Edward W. Said examina el origen y la repercusión de las imágenes del islam en los medios de comunicación y revela los objetivos ocultos y la distorsión de los hechos que subyacen incluso en gran parte de los artículos más «objetivos» sobre el mundo islámico.
En este libro, Adriana Cavarero emprende una fascinante exploración filosófica sobre la relación entre identidad, narración y deseo. Partiendo de la premisa de que cada ser humano es único e irrepetible, argumenta que nuestra identidad se constituye a través de las historias que otros cuentan sobre nosotros. A lo largo de cuatro partes, entrelaza reflexiones sobre figuras clásicas como Edipo y Ulises con análisis de pensadoras contemporáneas como Hannah Arendt y Karen Blixen. Con este innovador enfoque, la autora no solo reinterpreta textos filosóficos y literarios fundamentales, sino que también arroja nueva luz sobre prácticas cotidianas como la amistad y el amor, y muestra cómo el deseo de narración es una característica fundamental de la existencia humana. Una obra a la vez profunda y accesible, que invita a reconsiderar la comprensión de la identidad y la importancia de las historias en nuestras vidas. Una lectura esencial para estudiosos de la filosofía, la literatura y los estudios de género, así como para cualquier persona interesada en explorar las complejidades de la existencia humana y de la narración.
El sexo ¿es una noción indeleble de la biología o es una construcción performativa? En Cuerpos que importan, Judith Butler continúa la reflexión iniciada en El género en disputa sobre el carácter performativo de la sexualidad y del género, y reconsidera sus propios aportes a la teoría crítica y feminista durante la última década.
En esta ocasión, Butler sostiene que las teorías de género deben volver a la dimensión más material del sexo y la sexualidad: el cuerpo. Demuestra cómo el poder —indisociable de ciertas categorías discursivas y de las diferencias sexuales— restringe el sexo desde el principio, inevitablemente delimitando a su vez su materialidad.
A través de la lectura de textos de Platón, Freud, Lacan, Foucault, Žižek e Irigaray, la autora examina y debate sobre las maneras en las que opera la hegemonía heterosexual para moderar cuestiones sexuales y políticas. De este modo examina la categoría de identidad y sus alcances políticos, y se coloca en el centro de los debates de la teoría feminista y de las políticas queer.