¿Hubo realmente tolerancia religiosa en al-Ándalus y en los reinos cristianos medievales? ¿Qué papel tuvieron los visigodos en la Península? ¿La unidad de España empezó con los Reyes Católicos? ¿Tiene sentido usar el término «reconquista»? ¿Fue beneficioso el Imperio de los Habsburgo en nuestro país? ¿Cuándo y cómo comenzaron los desacuerdos con Cataluña? En un contexto donde la opinión a menudo eclipsa al conocimiento, Manuel García Parody desmantela mitos y patrañas arraigados, revelando la verdad detrás de figuras emblemáticas como don Pelayo, el Cid Campeador y el apóstol Santiago, y conceptos equívocos como la España árabe, Latinoamérica o la guerra de Independencia. Desde Ataúlfo hasta Juan Carlos I, nos sumergiremos en momentos clave de nuestro país, cuestionando las versiones simplificadas y descubriendo una trama más compleja y rica, que desafía la idea de una nación identificada únicamente con lo castellano y lo católico, en defensa de la pluralidad que la historia revela. La otra historia de España ofrece al lector una mirada crítica, con rigor y sentido del humor, a través de un libro que busca ser fiel a un principio fundamental: la verdad, el eje que todo historiador debe seguir.
La expansión del cristianismo en el Imperio romano sigue siendo una incógnita para los estudiosos. ¿Cómo pudo un grupo mistérico del Mediterráneo oriental desarrollarse hasta sustituir a los reconocidos y bien financiados cultos que contaban con el respaldo del Imperio y de la aristocracia? ¿Y cómo llegó a convertirse en el siglo V en la religión oficial?
La lógica de las respuestas tradicionales destaca la altura de la doctrina propuesta por los cristianos, su apasionado celo, el eficaz proselitismo y hasta la sobriedad de su propuesta moral.
A lo largo de esta obra se propone una lógica alternativa, cuyo punto de partida es la práctica de la paciencia, virtud que ha de configurar a quienes solicitan hacerse cristianos. A ello se suma el esfuerzo por cambiar el propio estilo de vida (habitus), que exige apartarse de los usos y costumbres de la sociedad. Por último, la obligatoriedad de la catequesis y del culto como medios que atestiguan la acción invisible de Dios en la historia y ayudan a perseverar pacientemente en la opción cristiana.
«¡Hay un lenguaje, existe una palabra que vence a la muerte, y que es, pues, la expresión perfecta de la verdadera grandeza, de lo que la nobleza de espíritu puede conseguir! En cuanto volvamos a emplear ese lenguaje, el amor y el arte volverán a ser capaces de dar forma a la existencia humana. Y así se apagará, por fin, ese incendio que es la "fiesta mundial de la muerte", ese fuego que fue encendido a principios del siglo xx por los seguidores de Grandeza y la Gran Cantidad…»
Biografía definitiva de Pablo Escobar. Con realismo y gran sentido narrativo compone los claroscuros de uno de los peores criminales de la historia.
En La parábola de Pablo, Alonso Salazar presenta dimensiones íntimas, cuadros complejos, humanos y brutales del hombre que se convirtió en el mayor capo de la droga del mundo moderno y en un sanguinario que arrinconó a la sociedad en la que vivió con su imperio de poder, riqueza y delirio y su posterior caída.
Este libro inspiró la famosa serie El patrón del mal, cuya aparición 2012 le dio un segundo aire al libro. Para la presente recuperación en Debate tendremos un prólogo de Andrés Parra, el actor que hizo de Escobar en la serie.
Alonso Salazar es uno de los cronistas más lúcidos del país. No nacimos pa’semilla, Luis Carlos Galán, profeta en el desierto y No hubo fiesta. Crónicas de la revolución y la contrarrevolución, prueban su capacidad como periodista y su agudeza para abordar los temas más oscuros de la realidad nacional.
En La patología de la normalidad Erich Fromm centra toda su atención a un asunto de vital importancia en el pensamiento actual: la salud mental y su vínculo con el sistema económico dominante.
Sometiendo a un análisis radical los difundidos intereses y las pasiones que gobiernan la conducta de la sociedad, Fromm intenta relacionarlos con las exigencias económicas y sociales para llegar a entender los rasgos de carácter que podemos desarrollar como consecuencia de un proceso de adaptación a nuestras realidades.
De este modo, el autor aplica el método psicoanalítico a la patología del hombre «normal» y socialmente adaptado y descubre que lo que beneficia al funcionamiento del régimen económico actual resulta ser nocivo para la salud mental del hombre. En el núcleo de este padecimiento de lo normal se encuentra la creciente incapacidad de las personas para relacionarse por sí mismas con la realidad. La consecuencia es una amplia crítica que desemboca en una reclamación programática de una nueva ciencia humanista.
Pese a su aparente neutralidad, Gran Bretaña jugó un papel fundamental en la guerra civil española. En este volumen, Paul Preston reúne sus ensayos (en su mayoría, inéditos) sobre esa cuestión, y pone de manifiesto el cinismo y la hipocresía de la política exterior británica, cuya traición al Gobierno republicano y a la democracia española tuvo un gran impacto en la vida de muchas personas. También evalúa la influencia de algunas de las voces más importantes de la literatura británica (George Orwell, Herbert Southworth, Burnett Bolloten y Gerald Brenan) en la opinión pública de su país sobre la Guerra Civil, y enfrenta la actitud oficial de su Gobierno con los visibles esfuerzos del personal sanitario de medio mundo, entre los que se encontraban médicos y enfermeras de Gran Bretaña, Irlanda y países de la Commonwealth, para aliviar el sufrimiento de los españoles.
El anonimato es imprescindible en unas ocasiones, y deplorable en otras. Por eso el
debate sobre su amparo o proscripción no se puede resolver de un plumazo, sino que
requiere detenimiento en la exposición, sosiego en el análisis y comedimiento en el
juicio. Hay casos en los que debe protegerse como un derecho fundamental de la
persona, pero hay otros en los que se usa para atacar precisamente esos mismos
derechos.
¿Es posible regular el anonimato de modo que se proteja su función positiva y se
censure en todo aquello que suponga impunidad en un Estado democrático de
derecho? Partiendo de numerosos ejemplos amenos y reveladores, esta obra razona y
argumenta sobre los dilemas que el anonimato plantea, partiendo de la importancia del
nombre propio en la historia -especialmente en la cultura-, pasando por el relato de
quienes se vieron obligados a esconderlo; para llegar finalmente a los atentados
propiciados por su ocultación.
Gran parte de la historia se explica de forma jerárquica: tiene que ver con papas, reyes o presidentes. Pero, ¿y si fuera así por el simple hecho de que han sido ellos los que han creado los archivos históricos? ¿Y si estuviéramos omitiendo y relegando la influencia de redes de organización igual de poderosas pero menos visibles?
El siglo XXI se ha proclamado como la Era de la Red, pero en este libro Niall Ferguson nos recuerda que las redes sociales no tienen nada de novedoso. Desde la época de la imprenta y de los predicadores que llevaron a cabo la Reforma hasta los masones que lideraron la Revolución estadounidense, fueron las redes organizacionales las que interrumpieron el orden establecido. Así pues, lejos de ser una novedad, nuestra era es más bien una prolongación de la anterior, con el ordenador en el lugar central que en su momento ocupó el papel impreso. Las redes son propensas a la agrupación y la expansión, pero, ante todo, son propensas a las interrupciones. Así, los conflictos del pasado encuentran paralelismos desconcertantes en la actualidad, tanto en Facebook, como en el Estado Islámico y el mundo trumpiano.
En La plaza y la torre, el mejor Ferguson revela la historia oculta de las redes organizacionales que han cambiado el rumbo del mundo y la presenta como un antídoto contra las teorías de la conspiración y un desafío a la historiografía tradicional, que nunca ha prestado demasiada atención a las redes informales de influencia.
Entre el siglo I a. C. y el II d. C. varios millones de personas de clase media y baja constituyeron la plebe romana. Su historia suele permanecer en la penumbra. En este retrato, Nicolas Tran privilegia a estos habitantes ?ordinarios?.