Esta es una poderosa obra de historia, ensayo, testimonio y polémica que remonta nuestra crisis planetaria contemporánea al descubrimiento del Nuevo Mundo y la ruta marítima hacia el océano Índico. En La maldición de la nuez moscada, Amitav Ghosh sostiene que la dinámica del cambio climático actual hunde sus raíces en un orden geopolítico secular construido por el colonialismo occidental. En el centro de su narración está la hoy omnipresente nuez moscada. La historia de esta especia es una historia de conquista y explotación, tanto de la vida humana como del entorno natural, que es una perfecta parábola de nuestra crisis medioambiental, revelando el modo en que la historia humana siempre ha estado enredada con materiales terrestres como las especias, el té, la caña de azúcar, el opio o los combustibles fósiles. Nuestra crisis es el resultado de una visión mecanicista de la Tierra, en la que la naturaleza solo existe como un recurso para que los humanos la utilicemos para nuestros propios fines, en lugar de una fuerza propia, llena de poder y significado. Con la pandemia mundial y las protestas de Black Lives Matter como telón de fondo, Ghosh conecta nuestro pasado colonial común con la profunda desigualdad que vemos hoy a nuestro alrededor.
La trepidante odisea del manuscrito maldito del Marqués de Sade, una obra descrita como «el evangelio del mal»
A primera hora de una mañana de noviembre 2014, dos semanas antes del bicentenario de la muerte del marqués de Sade, veinte policías de paisano salieron de entre la niebla y atravesaron las imponentes puertas rojas del gran Museo de Cartas y Manuscritos de París. El hombre al que buscaban era Gérard Lhéritier, el «rey de los manuscritos», acusado de hundir la venerable industria anticuaria francesa con una presunta estafa piramidal valorada en cientos de millones de euros. Durante años, este empresario había estado comprando manuscritos históricos y su fondo acaparó obras escritas por personajes como Napoleón, Einstein y otros. Pero el manuscrito que precipitó su caída fue una cosa diminuta de poco más de diez centímetros de ancho; un ajustado pergamino de escritura tan minúscula que es casi imposible de leer. Una obra que, según algunos, incluido Lhéritier, está maldita.
Con motivo de los últimos acontecimientos políticos en Cataluña, se ha puesto de manifiesto el mal uso del lenguaje y de algunos conceptos acuñados a lo largo de la historia, tanto por los políticos, como por los medios de comunicación o...
Estamos constantemente fotografiando y siendo fotografiados, al tiempo que alimentamos bases de datos de aprendizaje automático con nuestros datos, que a su vez se utilizan para generar nuevas imágenes. Al analizar la transformación de la fotografía por el mundo digital –y la transformación de la percepción humana por las imágenes gestionadas por algoritmos, desde la CGI a la IA–, el presente libro investiga lo que significa para nosotros vivir rodeados de flujos de imágenes y ojos maquínicos. Con una inteligente y atractiva argumentación, Zylinska aúna la teoría de los medios y la neurociencia. Su «máquina de percepción» designa un universo técnico de imágenes y sus infraestructuras, pero también se refiere a la condición sociopolítica resultante de la automatización actual de la visión, la creación de imágenes y la imaginación.
El libro que explica por qué la Iglesia católica es la mejor marca de la historia.
¿Te has parado a pensar por qué las tiendas de marcas de ropa y los supermercados están distribuidas geográficamente como si fueran parroquias? ¿O por qué en las de móviles hay altares donde se muestran los productos como si fueran ofrendas? ¿Sabías que la palabra «propaganda» la acuñó el papa Gregorio XV en 1622 con la famosa De Propaganda Fide? ¿Que el primer CEO de la historia fue san Pedro y los primeros comerciales, los apóstoles? ¿Y que el Barroco se debería estudiar en las universidades como la mejor campaña de publicidad de todos los tiempos?
Todo lo que sabemos de comunicación lo inventó la Iglesia. Fue ella quien, probablemente sin darse cuenta, inspiró las campañas de marketing más famosas del planeta. Son sus métodos, su estrategia a largo plazo, sus rituales y sus promesas perfectas las que han señalado el camino para que nos convirtamos en seguidores incondicionales de estas empresas.
Desde las polvorientas calles de Jerusalén hasta los pasillos oscuros del Kremlin en Moscú, La Marca lleva a los lectores por un emocionante viaje a través de la historia, la religión y la política, con una combinación perfecta entre acción, suspenso y misterio que mantienen la tensión hasta el final del libro.
La Marca es una novela intrigante donde las páginas pasan volando, ya que entrelaza los sucesos de la Segunda Guerra Mundial con el presente en una carrera por descubrir un secreto que ha permanecido oculto por mucho tiempo y que podría cambiar el curso de la historia: se trata de un pergamino original de Juan el Apóstol que contiene información adicional sobre el Anticristo que estuvo ausente en nuestras biblias por siglos.
Alexander, monje y bibliotecario, está a punto de ser trasladado a la cámara de gas en Auschwitz, pero es secuestrado y obligado a ayudar a los alemanes a encontrar el pergamino perdido, ya que solo él sabe dónde podría estar escondido.
En la actualidad, Damaris McFarland, viuda y teóloga especializada en las escrituras de Juan, recibe una críptica carta de un viejo amigo suplicándole que viaje a Ucrania para examinar un manuscrito antiguo que podría tener las claves para descubrir los secretos del Libro de la Revelación. Sin embargo, durante su viaje a Kiev estalla la guerra y Damaris queda atrapada en el centro de un complot siniestro para desatar al Anticristo y tomar el control del mundo.
Así, Damaris y su amigo Jack lucharán por sobrevivir en un mundo caótico donde se cruzarán con soldados rusos, rebeldes chechenos, militantes iraníes y activistas cristianos clandestinos, cada uno con sus propios planes y motivaciones. Con el destino del mundo pendiendo de un hilo, ambos iniciarán una carrera contra el tiempo para evitar que el Anticristo se levante y cumpla su destino apocalíptico.
Los textos que aquí ofrecemos, publicados por primera vez traducidos del latín al español, constituyen el primer debate en la historia sobre el derecho a la libertad religiosa. Sus protagonistas son dos ilustres exponentes, uno cristiano y otro pagano, de las dos religiones que luchaban por el control religioso y político en la época final del Imperio Romano: el famoso y culto senador romano Símaco (+397) y el obispo San Ambrosio de Milán (+402). Este debate del año 382 sobre la retirada o permanencia en la Curia, sede del Senado de Roma, del denominado Altar de la Victoria, es el más antiguo y más famoso sobre un tema que sigue siendo objeto de discusiones enfrentadas en el mundo actual, la tolerancia religiosa. Ambos interlocutores manipulan los argumentos para ponerlos al servicio de sus respectivos intereses como si de una disputa entre partidos políticos se tratase. El debate sobre la tolerancia religiosa, de incuestionable actualidad, es inseparable de la pregunta por la forma de alcanzar la verdad, si es que tal cosa es posible.
Las masas se han vuelto locas. Basta con seguir las redes sociales o los medios de comunicación para ser testigos de la histeria colectiva en la que se ha convertido el debate político. Cada día alguien nuevo clama que algo le ha ofendido: un cartel que cosifica, una conferencia que debe ser censurada, una palabra que degrada.
Vivimos en la tiranía de la corrección política, en un mundo sin género, ni razas ni sexo y en el que proliferan las personas que se confiesan víctimas de algo (el heteropatriarcado, la bifobia o el racismo). Ser víctima es ya una aspiración, una etiqueta que nos eleva moralmente y que nos ahorra tener que argumentar nada.
Con un estilo provocador y una estructura argumentativa sin fisuras, el autor trata de introducir algo de sentido común en el debate público, al tiempo que aboga con vehemencia por valores como la libertad de expresión y la serenidad actuales.
La impostura moral define nuestra época. No pasa un segundo sin que veamos en nuestras pantallas a alguien (un político, un periodista, un influencer, un ser anónimo) exhibiendo sus cualidades personales o criticando las de otros. Y para ello vale cualquier artimaña: su propio cuerpo, su alimentación, sus causas benéficas, sus mascotas, sus hijos o sus mayores.
La máscara moral. Por qué la impostura se ha convertido en un valor de mercado trata de explicar cómo el neoliberalismo y la masificación de las nuevas tecnologías han redefinido nuestra forma de relacionarnos basándose en el control moral del otro, han esterilizado nuestra cultura y han trastocado la función evolutiva de la moral: desde la cohesión grupal hasta la actual exhibición individualista e hipócrita en un teatro con miles de máscaras donde todos los personajes quieren ser el protagonista.