En algún momento a mediados de la segunda década del siglo XXI, la política mundial cambió drásticamente. Desde entonces, ha estado guiada por demandas de carácter identitario. Las ideas de nación, religión, raza, género, etnia y clase han sustituido a una noción más amplia e inclusiva de quiénes somos: simples ciudadanos. Hemos construido muros en lugar de puentes. Y el resultado es un creciente sentimiento antiinmigratorio, además de agrias discusiones sobre víctimas y victimarios y el retorno de políticas abiertamente supremacistas y chovinistas.
En Estados Unidos, el declive de las instituciones ha facilitado el auge de una serie de aventureros políticos cuyo nacionalismo económico y tendencias autoritarias amenazan con desestabilizar el orden internacional. Pero también en Europa están surgiendo nacionalismos populistas que buscan una conexión directa y carismática con «el pueblo», que a menudo se defi ne con unos términos identitarios restringidos que dejan fuera a gran parte de la ciudadanía.
Francis Fukuyama, uno de los pensadores políticos más importantes de las últimas décadas, hace un alegato urgente y necesario en defensa de la recuperación de la política en su sentido más elevado y generoso. Un ensayo compacto y combativo sobre la importancia de conformar una idea de identidad que profundice en la democracia en lugar de destruirla.
Nunca como hoy la ideología ha sido a la vez tan visible y tan incomprendida, tan presente y tan ausente. Desde la izquierda se considera a menudo como propiedad exclusiva de las clases dominantes, mientras que para la derecha es algo árido y totalizador que no puede entender. Para contribuir a esclarecer este debate, el presente libro se propone como una lectura amena y enriquecedora tanto para sus protagonistas como para los que ven el espectáculo desde fuera, tanto para estudiantes como para profesores de literatura y política.
Fue un sociólogo de origen húngaro. Estudió en las Universidades de Budapest, Berlín, París y Friburgo. Entre 1920 y 1933 fue profesor en Alemania, fundamentalmente en la Universidad de Fráncfort, pero tras la llegada del nazismo decidió salir de Alemania y desde 1934 hasta la fecha de su muerte desarrolló su labor docente en Inglaterra. Muy influenciado por el pensamiento de Karl Marx, y contemporáneo de Georg Lukács, fue uno de los sociólogos considerados por Raymond Aron en su ensayo "Sociología alemana contemporánea" (1935). Es una personalidad de gran relevancia en el debate acerca de la sociología del conocimiento, muy candente en Alemania en los años 20. Mannheim otorgaba mayor valor a las creencias subjetivas que a los hechos comprobables.
El concepto de ideología forma parte de nuestro vocabulario política habitual. Sin embargo, no por ello deja de ser un concepto sujeto a constante polémica y debate sobre su verdadero significado y utilidad. El profesor Michael Freeden, a quien no escapa el descrédito que la noción de ideología ha sufrido en el siglo XX, ofrece en este libro un pormenorizado análisis del origen, historia e interpretaciones del concepto en el mundo contemporáneo. Por añadidura, Freeden polemiza con quienes consideran superado el tiempo de las ideologías y brinda al lector una defensa de la ideología como forma de pensamiento indisociable de la política occidental.
Thomas Piketty y Michael J. Sandel abordan aquí temas que abarcan la economía, la filosofía y la historia, y valoran cuánto hemos avanzado en la lucha por lograr una mayor igualdad entre las personas de todo el mundo. Al mismo tiempo, afrontan las profundas divisiones que aún persisten a causa de la desigual riqueza, el mal uso del poder y el deseo de estatus y muestran tanto sus acuerdos como sus discrepancias.
Este diálogo nos permite vislumbrar nuevas posibilidades para el cambio y la justicia sociales, pero también es un recordatorio de que el lento progreso hacia una mayor igualdad para todos nunca llega sin un profundo conflicto social y la lucha política.
¿Y si los piratas no fueron salvajes apátridas movidos por la simple acumulación de riquezas y tesoros? ¿Y si el inicio de nuestra modernidad no hubiera tenido lugar en el corazón de Europa sino en una República pirata del Madagascar del siglo XVII? ¿Y si la Ilustración ya no fuera tan europea como pensábamos? Estas preguntas nacen del trabajo de campo que David Graeber realizó en Madagascar sobre la historia de la esclavitud, la magia y las políticas de la isla. Su encuentro con los Zana-Malata, una etnia descendiente de los primeros piratas que se asentaron en la isla en el siglo XVIII, le impulsó a profundizar en las relaciones sociales y de poder dentro de la comunidad. Sin dejarse llevar por la bruma que envuelve las leyendas de piratas y basándose en documentos y archivos de la época, el autor arroja luz sobre cómo las formas protodemocráticas de lo que los bucaneros implantaron en la isla pudieron influenciar el pensamiento ilustrado europeo. Reales o imaginarias, estas olvidadas sociedades pueden enseñarnos insospechadas posibilidades en un futuro cada vez más incierto. La Ilustración pirata es la última pieza del legado intelectual de Graeber y culmina las ideas que motivaron la escritura del bestseller El amanecer de todo. Es una vibrante historia de reinos piratas y tesoros escondidos pero también es una brillante incursión a formas antiguas de autogobierno y democracia radical en los límites del imperio.