Comunicarse correctamente es un elemento fundamental a la hora de relacionarse con los demás: la primera impresión es de hecho decisiva para la evolución de la relación interpersonal. Pero ¿qué importancia tiene conocer y dominar los componentes que entran en juego en el primer encuentro?
En este ensayo, Stefano Bartoli y Lara Ventisette nos guían para comprender los mecanismos psicológicos detrás de una sonrisa o de un apretón de manos; mecanismos que conciernen tanto a quienes sonríen o extienden la mano como a quienes observan la sonrisa o el apretón de manos. Nos hacen comprender lo necesario que es guiar el encuentro, controlando el tono de voz, las expresiones faciales, la postura y la vestimenta. Pero también preparando el escenario en el que pueda tener lugar este primer contacto. A través de la comunicación empática podemos aprender a gestionar la historia que enviamos al mundo, en lugar de sufrirla, estructurándola en función de las situaciones e interlocutores, y también de nuestros objetivos.
Como escribió Emil Cioran: «Me libero de las apariencias y, sin embargo, sigo atado a ellas». Aprender a comunicarnos y comunicarnos eficazmente evita que nos encontremos en esta situación.
Octavio Alberola lleva ochenta años pensando, viviendo y reformulando su vida desde la perspectiva ácrata, y no ha dudado en cuestionar cada uno de sus actos al punto de afectar de manera dramática su existencia.
Pertenece a una generación de luchadores que vivió los acontecimientos del siglo xx de manera directa y como protagonista: la guerra, la dictadura, el exilio, la precariedad de la clandestinidad, las luchas internas dentro del anarquismo de la posguerra y las grandes luchas sociales alrededor del mundo. Su actividad lo llevó a conocer a personas como García Oliver, el Che Guevara, Cipriano Mera, Federica Montseny, Félix Guattari, Daniel Cohn-Bendit, Régis Debray o Giangiacomo Feltrinelli.
Agustín Comotto recoge la esencia de los pensamientos, los valores, las contradicciones, los miedos y las esperanzas de Octavio Alberola. Juntos recorren la experiencia anarquista del siglo xx para centrarse en aquellas vivencias imprescindibles de las que Octavio fue testigo y actor, desde la tensión y escisión de la CNT hasta su participación en varios intentos de atentado a Franco.
Alberola reflexiona no solamente sobre la experiencia social vivida sino que también profundiza sobre la represión al disidente, la viabilidad de la revolución o la legitimidad de la violencia. Más allá de la política, su infinita curiosidad lo llevó a interesarse por la física o el arte, disciplinas que lo ayudaron a reformular conceptos como la familia, el autoritarismo o el sentido de la vida bajo el privilegio de ser una parte consciente del universo.
Desde hace una década vivimos la lenta despedida de la gran generación de la posguerra, la que protagonizó la Transición y que ha ocupado todos los ámbitos de poder (político, económico, cultural, mediático) durante los últimos cuarenta años.
Esta generación está siendo sustituida por los hijos y las hijas de la democracia. Es un cambio de personas, pero sobre todo de tiempo,del tiempo impreso en cada uno de nosotros. Es un cambio de valores, jerarquías y ritmos vitales. Es un cambio de experiencias vividas que transforma nuestra conducta y nuestra visión del mundo y de su funcionamiento. Y esto, a su vez, impacta de lleno en la política, en la relación de los individuos con ésta y en el papel que juega en la vida colectiva.
Estamos entrando en un mundo nuevo, que ha dejado atrás la seguridad y la lentitud para abrazar el cambio constante y la aceleración como valores dominantes de nuestra sociedad. Este es el tiempo del yo, un yo impaciente que circula por un escenario fragmentado y en medio de una gran confusión. Para aprender a manejarse en él, es preciso entenderlo, y para ello no hay mejor guía que este libro.