El realismo político no es una doctrina en sentido estricto, sino una perspectiva que cada época hace suya y remodela: el mundo griego con Tucídides, Maquiavelo en el Renacimiento, Hobbes en un nuevo modelo racionalista, hasta llegar a Hegel, Marx, Nietzsche, Weber o Schmitt. Su primera enseñanza es que hay que ver a los actores dentro de un campo de tensiones e intereses en el que son fuertes o débiles, vencedores o vencidos. Mantener los peligros del mundo a raya requiere diagnósticos articulados y estrategias de amplio alcance, siendo conscientes de que, puesto ante el umbral extremo de la irracionalidad humana como se expresa también en nuestro tiempo, incluso el realismo está destinado a quedarse sin argumentos.
En comparación con las materias que buscan comprender el misterio de Dios y de su obra, el derecho canónico parece bien poca cosa; algo secundario. En comparación con el mandamiento del amor y la llamada a la santidad, la protección de la justicia es quedarse muy corto. Sin embargo, el derecho canónico apunta a la "salvación de las almas" como a su fin último. Se considera imprescindible, aunque no sea lo más importante. Como el balón de fútbol, nunca osaría considerarse superior a los jugadores; pero sabe que, sin él, no hay partido. En esta breve introducción, se presentan de modo asequible la finalidad, las características y los contenidos principales del derecho por el que se rige la Iglesia católica.