La conciencia uncida a la carne es el segundo volumen de los diarios de
Susan Sontag, que abarcan desde 1964 a 1980.
El segundo de los tres volúmenes de los diarios de Susan Sontag arranca donde acaba Renacida: a mediados de los años sesenta. Estos diarios trazan y documentan la evolución de la autora de principiante en el mundo artístico e intelectual de Nueva York a influyente crítica mundialmente reconocida con la publicación de Contra la interpretación en 1966.
La conciencia uncida a la carne sigue a Sontag durante los turbulentos años de la decada de los sesenta -sus viajes a Hanoi en el punto álgido de la guerra de Vietnam y a Suecia para rodar largometrajes-, hasta los ochenta y el inicio de la era Reagan.
Este libro es un registro de incalculable valor de los mecanismos internos, emocionales, espirituales e intelectuales de una de las pensadoras más incisivas y analíticas del siglo XX en pleno apogeo de sus facultades, además de una ventana al despertar político y moral del individuo.
Segundo volumen de este monumental intento de establecer una filosofía de la Historia.
Editada por primera vez en España en 1923 y precedida de un prólogo de Ortega, esta obra, abundante en datos, teorías, reflexiones, etc., plantea la hipótesis de que Occidente no lo es todo, y que se acaba. Para Spengler la Historia está habitada de seres/culturas que nacen, crecen, se multiplican y mueren. Quizá la lectura ayude a responder alguna de las cuestiones que Ortega plantea en su texto: «¿De qué modo puede sucumbir una cultura que no sea por propia detención…?». Una obra magistral que ha trascendido al tiempo.
"La decadencia de Occidente" se editó por primera vez en España en 1923. Oswald Spengler había comenzado a escribir esta obra cuando la Primera Guerra Mundial interrumpió su tarea, y claro, la extendió, en varios sentidos. Ortega firma el prólogo de la edición española y escribe, casi de paso hacia otra reflexión: «… la guerra mundial, que no ha sido tan mundial como se dice…»; con ello se hace eco del punto de vista/palanca que el autor propone como explicación de su trabajo: Occidente no lo es todo y, además, se acaba. Y lo demuestra. Spengler maneja una ingente cantidad de información: baraja números, música, catedrales e hipótesis científicas con lo mágico, el sino y las eternas preguntas sin respuesta del hombre; sitúa su luz sobre los hechos en ángulos distintos de los acostumbrados y alumbra diferentes aspectos de las mismas cosas. Para él la historia está habitada de seres/culturas que nacen, crecen, se multiplican y mueren. Un monumental intento de establecer de establecer una filosofía de la Historia que establezca un marco global de comprensión de los hombres y las sociedades en el transcurso del tiempo.
La doctrina del shock es la historia no oficial del libre mercado. Desde Chile hasta Rusia, desde Sudáfrica hasta Canadá la implantación del libre mercado responde a un programa de ingeniería social y económica que Naomi Klein identifica como «capitalismo del desastre».Tras una investigación de cuatro años, Klein explora el mito según el cual el mercado libre y global triunfó democráticamente, y que el capitalismo sin restricciones va de la mano de la democracia. Por el contrario, Klein sostiene que ese capitalismo utiliza constantemente la violencia, el choque, y pone al descubierto los hilos que mueven las marionetas tras los acontecimientos más críticos de las últimas cuatro décadas.Klein demuestra que el capitalismo emplea constantemente la violencia, el terrorismo contra el individuo y la sociedad. Lejos de ser el camino hacia la libertad, se aprovecha de las crisis para introducir impopulares medidas de choque económico, a menudo acompañadas de otras forma de shock no tan metafóricas: el golpe de la prra de los policías, las torturas con electroshocks o la picana en las celdas de las cárceles.En este relato apasionante, narrado con pulso firme, Klein repasa la historia mundial reciente (de la dictadura de Pinochet a la reconstrucción de Beirut; del Katrina al tsunami; del 11-S al 11-M, para dar la palabra a un único protagonista: las diezmadas poblaciones civiles sometidas a la voracidad despiadada de los nuevos dueños del mundo, el conglomerado industrial, comercial y gubernamental para quien los desastres, las guerras y la inseguridad del ciudadano son el siniestro combustible de la economía del shock.
Se ha afirmado que estamos en la era posmoderna. Estallido de lo social, disolución de lo político: el individuo es el rey y maneja su existencia a la carta... Este libro ausculta esta mutación esencial e investiga los rasgos significativos de los tiempos actuales, tan alejados de la rebelión y el disentimiento característicos de los años de expansión. Nuevas actitudes: apatía, indiferencia, deserción, el principio de seducción sustituyendo al principio de convicción, generalización de la actitud humorística. Nueva organización de la personalidad: narcisismo, nuevas modalidades de la relación social, marcadas en particular por la reducción de la violencia y la transformación última de sus manifestaciones. Nuevo estado de la cultura: agotamiento y derrumbe de lo que ha significado la vanguardia durante el siglo XX.
El autor atribuye el conjunto de estos fenómenos a un mismo factor: el individualismo es el nuevo estado histórico propio de las sociedades democráticas avanzadas, que definiría precisamente la era posmoderna.
«En la serie de textos publicados recientemente sobre el tema del individualismo, el libro de Lipovetsky es, sin duda, el más importante: el que llega más lejos en las descripciones, el que profundiza mejor las explicaciones. Un lenguaje preciso y galopante: el movimiento de las zapatillas de tenis que recorren los fast food y los grandes almacenes. Un lenguaje, además, abundante que se adhiere a los objetos apilados en los grandes supermercados o a los gestos acelerados de los vídeos de música pop» (C. Vigarello).
«Con La era del vacío y El imperio de lo efímero, Gilles Lipovetsky se ha convertido en una estrella de los analistas de la contemporaneidad» (Vicente Verdú).
Los más recientes acontecimientos internacionales el desarrollo de la guerra de Irak, las crecientes turbulencias de la guerra de Afganistán, la eclosión de la guerra del Líbano y el drama permanente de Kosovo no hacen sino confirmar las tesis principales sostenidas en este libro. Se ha confirmado, en primer lugar, la tesis de que sólo las guerras perdidas son consideradas crímenes internacionales, mientras que las guerras ganadas, aunque se trate de guerras de agresión que comportan una clara violación del derecho internacional, no están sometidas a reglas y los vencedores no sufren ninguna sanción política o jurídica. En segundo lugar, parece también confirmada la idea, que da título al libro, según la cual la justicia internacional incluida la justicia penal internacional sigue la voluntad y sirve a los intereses de las grandes potencias, que son tales sobre todo gracias a su enorme superioridad militar. A ello se une la impotencia normativa y reguladora de las Naciones Unidas, relegadas a desempeñar una función legitimadora, acomodaticia y apologética del statu quo impuesto por las grandes potencias. Existe, por tanto, una «justicia de los vencedores», que se aplica a los derrotados y oprimidos, con la connivencia de las instituciones internacionales, el silencio de gran parte de los juristas académicos y la complicidad de los medios de comunicación.
«¿Qué significa, pues, la mirada cosmopolita? No el amanecer de la confraternización general de los pueblos, ni los albores de la república universal, ni una mirada mundial que flotara libremente, ni el amor al otro por decreto. El cosmopolitismo no es tampoco un suplemento que deba sustituir al nacionalismo y al provincialismo, y ello no porque la idea de los derechos humanos y de la democracia precise de un suelo nacional. La mirada cosmopolita quiere decir: en un mundo de crisis globales y de peligros derivados de la civilización, pierden su obligatoriedad las viejas diferenciaciones entre dentro y fuera, nacional e internacional, nosotros y los otros, siendo preciso un nuevo realismo, de carácter cosmopolita, para poder sobrevivir.»
La amplia literatura mística y cabalística judía, que se extiende a lo largo de un dilatado periodo de tiempo y exhibe numerosas tendencias, es estudiada en esta obra desde la perspectiva de su desarrollo histórico, pero tratando al mismo tiempo de forma sistemática sus principales contenidos y abordando las diferentes interpretaciones a que éstos han dado lugar.
Los textos místicos del judaísmo, fruto muchas veces de tradiciones orales esotéricas, son así presentados dentro del contexto religioso y cultural de sus respectivas corrientes y etapas: el misticismo judío antiguo, el periodo clásico de la Cábala, la Cábala luriánica, la Cabala de Sabetay Tsebí y el movimiento jasídico. El recorrido concluye con una reflexión sobre la paradoja que es propia del lenguaje místico: querer expresar lo inexpresable.