En esta historia alternativa del 'largo siglo XX', Raunig analiza las concatenaciones entre arte y política, desde la Comuna de París de 1871 hasta las turbulentas protestas contra la globalización en Génova en 2001, pasando por Sergei Eisenstein, Bretch y Benjamin, los situacionistas, el accionismo vienés y el teatro transgresor del Publix Theatre Caravan, con una coda hasta el 15M y las acciones feministas de la última década. En esta investigación sobre qué ocurre exactamente cuando durante cierto tiempo se desarrollan zonas de solapamiento entre las máquinas revolucionarias y las máquinas artísticas (sobre qué ocurre a lo largo de la línea de fuga de arte y revolución), siguiendo el arte de fabricar conceptos preconizado por Deleuze y Guattari, Raunig desgrana momentos en los que arte y revolución se suceden sin apenas contacto, otros de concatenaciones negativas de oposición y momentos en los que priman las relaciones jerárquicas de subordinación.
Lo que aquí se cuenta constituye una de las grandes epopeyas del pasado siglo. En pocos años, Arthur Koestler (1905-1983) pasó de vender limonada en un bazar de Palestina a convertirse en uno de los intelectuales más controvertidos de su época. En el ínterin, bailó sobre el alambre, vivió romances breves y estrepitosos, vagabundeó, vio caer Málaga y París, sorteó embestidas y tempestades, espió y conspiró, sufrió detenciones y persecuciones, se jugó el pellejo en misiones secretas para la Internacional Comunista y fue uno de los primeros en documentar la intervención nazi en la guerra civil española. Siempre en conflicto, incómodo en sus zapatos, trató de dar con el Absoluto a través de la utopía, pero salió escaldado de todas las causas en que militó, y siguió caminando con paso firme por el filo de la navaja hasta que Franco lo condenó a muerte. Fue entonces cuando, después de años moviéndose en círculos, asistió al momento más trascendental de su existencia. En una oscura celda de Sevilla, a la espera de ser ejecutado, una experiencia mística lo atravesó de lleno, trastocándolo de raíz.
Schopenhauer es sin duda uno de los pensadores más leídos de la modernidad. Consciente desde muy temprana edad de su genio y convencido de que la vida «es una cosa miserable», dedicó la suya a preguntarse por el sentido de la existencia y a pensar en el mejor modo de evitar el sufrimiento. A los treinta años expuso su sistema metafísico en un libro extraordinario, El mundo como voluntad y representación, pese a lo cual el medio académico y el público culto de su época lo ignoraron durante décadas, mientras Fichte, Hegel o Schelling se consagraban. La obra magna del filósofo pesimista tardó mucho tiempo en ser reconocida, pero cuando lo fue, al final de su vida, cosechó un éxito imperecedero. Contemporáneo de Goethe y Napoleón, Schopenhauer viajó por Europa, se sintió cosmopolita desde joven y aprendió a pensar desde la experiencia. Moreno Claros, con profundo conocimiento y comprensión de la vida y la obra del filósofo, nos ofrece una semblanza instructiva y amena de las complejidades de un pensador que ha fascinado a autores tan diversos como Nietzsche, Tolstói, Proust, Mann, Zweig, Wittgenstein o Borges.