El mundo está cambiando. Los animales se están yendo al norte, cada vez son más frecuentes las megaolas de calor, y los incendios, más virulentos e incontrolables, son ya de sexta generación. Por no hablar de la prolongación de la temporada de mosquitos o la progresiva desaparición de las golondrinas que llegaban cada primavera. El modo en que entendamos estas señales y nos enfrentemos a sus consecuencias en lo que queda de siglo será clave para el futuro de nuestra especie.
En Calor, el periodista científico Miguel Ángel Criado se sumerge en una investigación sin precedentes sobre la magnitud de los efectos de la crisis climática en España. Quienes no consideren que el impacto en la flora y la fauna sea motivo suficiente de alarma, tal vez entiendan la necesidad inmediata de tomar cartas en el asunto si ven peligrar las industrias de las que depende este país, como la vitivinícola o la turística, o se sientan interpelados ante la dificultad cada vez mayor para sobrevivir (en algunos casos, literalmente) a los rigurosos veranos en las ciudades.
Cámaras secretas se compone de lecturas, anécdotas y testimonios que buscan ahondar en la manera en que el cuerpo doliente nos ofrece una forma de narrarnos, de redescubrir la identidad aun a pesar de las pérdidas.
Camilo José Cela, el taller del escritor recoge un conjunto significativo de aproximaciones a la atenta labor mediante la que el autor de La colmena organizó y moduló lo que podemos llamar su taller de escritor profesional. Poesía, novela, memorias, libros de viaje y apuntes carpetovetónicos fueron objeto de una vigilante tarea de gestación y preparación editorial. En ese proceso se va dibujando una interesante geografía cuyo recorrido separa la redacción manuscrita de la salida de la obra a la luz. Este volumen aborda ese derrotero iluminando sus aspectos menos conocidos desde la irrupción de Cela en la escena literaria española de los años cuarenta, y a lo largo de más de tres décadas. Uno de los perfiles menos atendidos de la personalidad de Camilo José Cela (1916-2002) como escritor remite a su conciencia respecto a todas aquellas facetas que envuelven el proceso creativo. Cela cuidó con esmero del obrador o taller que alumbró su obra, concebida más allá de las etiquetas convencionales de género –de las que siempre descreyó– y desde un radical compromiso con su tiempo y su lugar a través de la palabra. El escritor contempló cada una de sus iniciativas creadoras como un proyecto global en el que meditaba cuidadosamente: notas, manuscritos, espacios de creación, editoriales, reediciones e incluso contextos culturales. Así pues, si las coordenadas de su creación literaria iluminan en buena medida los distintos caminos de la narrativa española de posguerra, estos también se comprenden mejor al conocer los propósitos y los estímulos que alentaron, en cada una de sus etapas, la expresión pública de Cela a través de su obra.