Chrysantha Stathos escondió su inteligencia y ambición detrás de su belleza; nada la iba a apartar del título de duquesa que ansiaba. Ahora solo tiene que esperar a que muera su desagradable y anciano esposo para disfrutar de la libertad, el dinero y la seguridad que siempre quiso.
Cuando llega el momento, un hombre que afirma ser su nieto aparece y arruina todos sus planes. No importa lo atractivo que sea ni sus extraños poderes: Eryx Demos debe morir.
Blu y Jace están unidos por una atracción inexplicable, que persiste y los atormenta, sean cuales sean las consecuencias.
Blu Henderson, atrevida, carismática y encantadora, se pinta cada día una sonrisa falsa en el rostro y se abre paso por la vida, porque es lo que debe hacer.
Jace Boland, callado, introvertido y misterioso, llama su atención en cuanto lo ve por primera vez. Después de eso, ya no hay vuelta atrás.
Dos corazones rotos pueden encontrar consuelo en pérdidas trágicas; dos almas rotas pueden encontrar paz en el dolor, pero es posible que quererse a uno mismo sea el único modo de querer al otro…
Tommy y Helsey están a punto de descubrir que el amor de verdad no se puede controlar y que un beso puede hacerte volar hasta tocar las estrellas.
Helsey solo tiene dos reglas:
Nunca te relaciones con los chicos del equipo de fútbol. Nunca seas el centro de atención.
Porque Helsey tiene dos objetivos: Mantenerse en su zona de confort. Conseguir que su secreto siga siendo un secreto.
Solo hay una cosa con la que Helsey no ha contado: Tommy Taylor
Siendo concretos: Tommy Taylor y tener que fingir que son novios para que su familia no piense que es una negada total.
¿Qué podría salir mal?
¿Lo de fingir una relación? ¿Lo de hacerse amigos en el proceso? O, quizás, ¿lo de dejarse llevar? Sí, seguramente será eso último… Lo que Helsey no imagina es lo increíble que va a resultar, cuánto va a reír, cuánto va a soñar y, sobre todo, cuánto va a sentir.
Lan spends her nights as a songgirl in Haak’gong, a city transformed by the Elantian colonizers. Her days are consumed by the search for knowledge about the strange mark—an untranslatable Hin character—burned into her arm by her mother in her last act before she died.
Zen is a practitioner—one of the fabled magicians of the Last Kingdom. He’s never seen anything like Lan’s mark, but he knows that if there are answers, they lie deep in the pine forests and misty mountains of the Last Kingdom, with an order of practitioning masters planning to overthrow the Elantian regime.
Yet, both Lan and Zen are hiding secrets—secrets that are buried deep within them. Secrets that even they have still to unearth. Both hold the power to liberate their land, if they don’t destroy it first.
Now the battle for the Last Kingdom begins.
Sheila Hernández nos regala un relato honesto que refleja los problemas de una generación, en el que el bullying, la depresión, el miedo, el amor, las despedidas y las relaciones familiares están presentes. Nos muestra cómo ella y sus circunstancias le han ayudado a alcanzar su sueño de ser periodista, y a seguir luchando cada día. Nada ni nadie la hizo más fuerte.
Soy joven, no gilipollas es un ejemplo de cómo la resiliencia ante las adversidades nos hace a todos capaces de conseguir nuestras metas.
Ya hace mucho tiempo que Tally dejó de ser una imperfecta rebelde e indisciplinada. Por aquel entonces, ella aún creía que los especiales no eran más que un rumor siniestro y aterrador: de ellos se decía que eran veloces, atractivos y crueles como nadie. Irónicamente, el destino la ha llevado a convertirse en especial, y, tras someterse a la más sofisticada de las operaciones quirúrgicas, ha recibido una misión: acabar con la resistencia...