Avery tiene un plan: pasar desapercibida y trabajar duro para aspirar a un futuro mejor. Entonces un excéntrico multimillonario fallece y le deja casi toda su fortuna. Y nadie, tampoco Avery, sabe por qué.
Ahora tiene que mudarse a la mansión que ha heredado, que está llena de secretos y códigos, y en la que residen los parientes del fallecido: una familia con el único objetivo de descubrir por qué Avery ha heredado todo "su" dinero.
Pronto Avery se verá atrapada en un juego letal en el que participa toda la familia. ¿Hasta dónde serán capaces de llegar para recuperar su fortuna?
Caleb no es un chico corriente. Ha tenido una vida complicada, quizá por las habilidades especiales que lo convierten, a sus ojos, en un monstruo. El destino lo ha llevado a trabajar para gente de moral dudosa, a hacer cosas que le han manchado las manos y el alma.
Entonces, una de sus misiones se complica y se le asigna vigilar a Victoria, una humana tan normal como cualquier otra, con un trabajo rutinario, un apartamento pequeño y un gato extraño.
Debería ser el trabajo más fácil del mundo, pero termina teniendo que elegir entre el mundo que conoce y la única persona que alguna vez le ha importado.
Y tú, ¿serías capaz de enamorarte de alguien que desconoce el significado del amor?
Sydney Wells should have died. She was supposed to die.
She never expected, after years of waiting, to receive a heart transplant. Now, seventeen-year-old Sydney doesn’t know what to do with her life. Her daily routine consisted of staying indoors, eating heart-healthy foods, and posting about her transplant list experiences on TheWaitingList with her long-distance BFF (and heart failure buddy) Chloe.
Now, Sydney latches onto the one thing that gives her meaning: learning as much as she can about the person whose heart she inherited. After finding the family of her likely-donor, Mia, Sydney falls deep into her world—and may also be falling for Mia’s best friend, Clayton.
But Sydney isn’t the only one hiding something. Mia’s brother Tanner won’t talk to Clayton, and Clayton won’t tell Sydney why. And hundreds of miles away, Chloe’s health has taken a turn for the worse. Sydney needs to face what’s in her heart—the truth, the guilt, and the future—before it’s too late.
The Devil knows your name, David Aristarkhov.
As a teen, David Aristarkhov was a psychic prodigy, operating under the shadow of his oppressive occultist father. Now, years after his father’s death and rapidly approaching his thirtieth birthday, he is content with the high-powered life he’s curated as a Boston attorney, moonlighting as a powerful medium for his secret society.
But with power comes a price, and the Devil has come to collect on an ancestral deal. David’s days are numbered, and death looms at his door.
Reluctantly, he reaches out to the only person he’s ever trusted, his ex-boyfriend and secret Society rival Rhys, for help. However, the only way to get to Rhys is through his wife, Moira. Thrust into each other’s care, emotions once buried deep resurface, and the trio race to figure out their feelings for one another before the Devil steals David away for good…
Hay dolores y situaciones imposibles de olvidar.
Hay rencores que se encarnan en lo más profundo del alma y no logran disolverse con el paso del tiempo, aunque intentes comprimirlos dentro de un cofre y los sepultes en el fondo del océano.
¿Cómo se sigue adelante cuando los que más daño te causaron son aquellos que debían cuidarte y protegerte?
Annelie y Theo se esfuerzan por salir adelante, a pesar de sus historias personales. Historias de infancias robadas, violencia y excesos.
El destino insiste en cruzarlos en un afán por reparar lo vivido, pero hay bombas imposibles de desactivar, y el camino que los une se convertirá en un impulso irrefrenable hacia una última explosión.
Tras el fin de la era de los perfectos, la sociedad está sumida en un renacimiento completo... en el que la popularidad manda. Ser famoso implica tener mejor casa, mejor ropa e incluso mejores amigos. En cambio, no serlo te convierte en invisible, en un perdedor, en un completo desconocido.
En definitiva, en un extra. Aya Fuse lo es. Pero a sus quince años hay algo que tiene ya muy claro: por nada del mundo piensa resignarse al anonimato. Y, como Tally unos años atrás, Aya está dispuesta a todo para hacer realidad sus sueños...