Anastasia Allen está decidida a entrar en el equipo olímpico de patinaje sobre hielo de Estados Unidos y, cuando consigue una beca para la Universidad de California, todo parece ir de acuerdo con su plan. El objetivo de Nathan Hawkins como capitán del equipo de hockey es mantener a sus chicos sobre el hielo cueste lo que cueste, pero todo se complica cuando tienen que compartir pista con una patinadora bellísima y con muy mal genio. La situación obliga a estos rivales a pasar tiempo juntos, pero Anastasia está tranquila. Sabe perfectamente que un jugador de hockey jamás podría distraerla, y mucho menos Nate... ¿verdad?
Sharing a summer house with a hot-as-hell roommate should be a dream come true, right?
Not when it's Justin Banks, Amelia's former best friend and the only man she's ever loved…who now hates her.
When Amelia's grandmother died and left her half of her beach house on Aquidneck Island, there was a catch: the other half would go to the boy she helped raise. The same boy who turned into the teenager whose heart Amelia broke years ago. The same teenager who's now a man with a hard body and a hard-ass personality to match.
Amelia hasn't seen Justin in years, but neither one is willing to give up the house―which means they're living together, at least for the summer.
The worst part? Justin didn't come alone.
But there's a very thin line between love and hate. And beneath Justin's sharp edges, the boy she knew is still there, and so is their connection.
The problem is, now that Amelia can't have Justin, she's never wanted him more.
ZANDERS
El hockey en Chicago no sería nada sin mí; la multitud necesita alguien a quien odiar. Sé cuál es mi papel, y lo represento a la perfección. De hecho, me encanta pasar la mayor parte del partido amonestado en el banquillo para luego dejar el estadio con una chica distinta cada noche... o eso es lo que quiero que piense la prensa.
Lo que no me gusta es la nueva azafata del avión privado del equipo. Ella trabaja para mí, no al revés. Pero me aseguraré de recordárselo, y para cuando termine la temporada deseará no haber aceptado el puesto.
Pero en cada vuelo estoy más confundido, y ya no logro distinguir si sigo pulsando el botón de llamada para fastidiarla o es que hay algo más.
STEVIE
Hace años que soy auxiliar de vuelo. Pensaba que lo había visto todo, pero cuando entro a trabajar para la superestrella más ególatra y arrogante de la Liga Nacional de Hockey, empiezo a replanteármelo todo. Especialmente la promesa que me hice a mí misma de no volver a tirarme a un deportista jamás... por mucho que me atraiga.
Evan Zanders no tiene filtro ni complejos, y se tiene demasiado creído lo bueno que está. Adora la imagen que proyecta, pero yo detesto todo de ella.
Todo... menos a él.
Winter 1945. WWII. Four refugees. Four stories.
Each one born of a different homeland; each one hunted, and haunted, by tragedy, lies, war. As thousands desperately flock to the coast in the midst of a Soviet advance, four paths converge, vying for passage aboard the Wilhelm Gustloff, a ship that promises safety and freedom. But not all promises can be kept . . .
Russ Callaghan y Aurora Roberts coinciden en una fiesta, se dejan llevar por un juego y terminan juntos. Sin embargo, ella se escabulle antes de que él tenga la oportunidad de pedirle una cita. Sin saberlo, ambos van a trabajar en el mismo campamento de verano: él, para alejarse de su padre, y ella, para volver al último lugar donde se sintió como en casa. Russ sabe que tiene prohibido «fraternizar» con Aurora si no quiere que lo echen. Desgraciadamente para él, a ella no le importan tanto las reglas... Ahora solo les queda descubrir si las chispas que saltaron entre ellos durante su primera noche quedarán en nada o si, por el contrario, lo incendiarán todo.
Una historia conmovedora, intensa y llena de emoción sobre el primer amor y sobre encontrarse a una misma.
Durante años Ari ha soñado con su vida universitaria y, aunque hubiera cosas que cambiaran, había siempre una constante. No importa cuánto dejara llevar su imaginación, siempre le llevaba al mismo lugar al final: a Chase. Para Ari, su futuro estaba claro, él era su futuro. Hasta que un día todo cambió.
Tras el accidente, Ari es una sombra de lo que fue, a la deriva y sin saber cómo salir a la superficie. Dicen que el primer amor dura para toda la vida. Y eso es precisamente lo que le da miedo.