La publicación de esta obra, en 1985, convirtió a Enrique Vila-Matas en un autor de culto. La insólita historia de la sociedad secreta de los shandys, la más alegre, singular y chifl ada que jamás existió, y de la que formaron parte fi - guras como Duchamp, Walter Benjamin, Blaise Cendrars y Aleister Crowley, sin olvidar a Georgia O?Keefe y a Rita Malú, era un artefacto narrativo inusitado en las letras hispánicas. Su autor, que manejaba con igual descaro una documentación sólida y cosmopolita y la fantasía más excéntrica, levantó una cartografía erudita y descacharrante inspirada las vanguardias históricas de comienzos del siglo XX, toda vez que lanzaba un manifi esto a favor de la levedad, un auténtico programa estético y moral. A casi cuarenta años de su aparición, y en el vigésimo aniversario de Libros del Zorro Rojo, publicamos a modo de homenaje esta versión ilustrada por Julio César Pérez, Amarillo Indio, sin duda uno de los artistas más portátiles de su generación.
«Un volumen de versos no es otra cosa que una sucesión de ejercicios mágicos. El modesto hechicero hace lo que puede con sus modestos medios. Una connotación desdichada, un acento erróneo, un matiz, pueden quebrar el conjuro.»
Al momento de su publicación en 1977 Borges sostiene que este es su libro más íntimo. Los veinticinco poemas y seis textos en prosa que reúne lo confirman. En casi todos ellos, unas veces de modo explícito, otras de forma evocada, puede leerse algo del orden de lo personal declinado en sus temas más caros. La eternidad, los espejos, los tigres, el amor, el tiempo, los cuchilleros, lo que es frente a lo que pudo haber sido, la mitología, los clásicos, la noche: "Nunca sabremos quién forjó la palabra / para el intervalo de sombra / que divide los dos crepúsculos; / nunca sabremos en qué siglo fue cifra / del espacio de estrellas". Borges afirma aquí que nunca salió de la biblioteca de su padre, el hecho capital de su vida; así, la abundancia de referencias librescas en este volumen es otra forma de indicar lo íntimo.
En este primer libro de ficción, Borges trabaja con biografías de ladrones y rufianes; personajes traidores y a veces también heroicos. Aquí están, entre otros, Lazarus Morell, redentor de esclavos, Tom Castro, hijo apócrifo y tolerante, y la viuda Ching, hábil en el saqueo de altamar. Cuentos que juegan a falsear y tergiversar historias ajenas. Le siguen «Hombre de la esquina rosada», uno de sus relatos más celebrados, y «Etcétera», un testimonio de sus incontables lecturas: «A veces creo que los buenos lectores son cisnes aún más tenebrosos y singulares que los buenos autores».
Dice Borges que las páginas de este libro son el irresponsable juego de un tímido que no se animó a escribir cuentos y que se distrajo en falsear y tergiversar historias ajenas. Historias de infames: ladrones, rufianes, piratas, traidores. Aquí están, entre otros, el atroz Lazarus Morell, redentor de esclavos; el impostor Tom Castro, hijo apócrifo y tolerante; la aguerrida viuda Ching, hábil en el saqueo en altamar, y el incivil maestro de ceremonias Kotsuké no Suké, aciago funcionario. Les siguen «Hombre de la esquina rosada», uno de sus relatos más celebrados, y «Etcétera», un testimonio de sus incontables lecturas: «A veces creo que los buenos lectores son cisnes aun más tenebrosos y singulares que los buenos autores».
La tierra que habitamos es un error, una incompetente parodia. Los espejos y la paternidad son abominables, porque la multiplican y afirman.
Una mujer que deja de cuidar a sus padres enfermos para fotografiar ardillas en el parque, un joven que asegura a su hermano que le ha vengado de la paliza que le dieron, un padre que sale a comprar un gran peluche de segunda mano y se encuentra con una historia inesperada, un hombre caído al que no pueden ayudar los transeúntes... Los cuentos del nuevo libro de Aramburu van de la emoción al terror, del absurdo a la sorpresa y el humor, de la angustia a la más inquietante normalidad, y todas son inolvidables. El nuevo libro de Fernando Aramburu es una lúcida inmersión en la naturaleza humana: desde la soledad de quienes no son comprendidos hasta el comportamiento con nuestros vecinos caídos en desgracia, desde las interioridades de las parejas a rivalidades de por vida, las envidas o los sentimientos más inconfesables.
En una sociedad donde las palabras han perdido su significado, los niños se han hecho con el poder, persiguen cualquier manifestación verbal o escrita y han instaurado el silencio como norma. Contenida en Magma, un monumental dispositivo que emite estímulos visuales sin descanso, la imagen ha ocupado el lugar de la filosofía, de la historia e incluso de la religión. En el marco de esta existencia sorda y muda, un hombre emprende viaje en compañía de tres singulares camaradas: un libro, un mono y la risa.
El autor concentra en esta novela algunos de los grandes temas que vertebran su obra, como la apropiación del discurso colectivo por parte de las ideologías, las formas que posee el poder para reinventar la realidad y la transformación de nuestra especie a través de la tecnología. Intensa, estimulante e implacable, Horda es una parábola y, como tal, aspira a contener una enseñanza moral.
Una original selección de textos, algunos inéditos, acompañada de las maravillosas fotografías de Daniel Mordzinski
Apenas dos años después de la muerte del escritor chileno Luis Sepúlveda, este volumen nos sumerge en su vida más íntima, presidida por la familia y los amigos. También nos permite ver su perfil más viajero y comprometido, en particular con la política y el medio ambiente. Acompañadas por las maravillosas fotografías de Daniel Mordzinski, sus palabras nos lo vuelven vívidamente presente, al tiempo que nos llevan a lugares recónditos de la Tierra del Fuego y a otros parajes donde Sepúlveda no solo encontró historias inolvidables, sino donde también trabó amistades que el tiempo nunca apagó. A lo largo de su incansable periplo, desde el pequeño Hotel Chile en que nació o las cárceles de Pinochet, pasando por Brasil o Ecuador, hasta Hamburgo, los mares de todo el mundo y, finalmente, Gijón, ¿qué perseguía Luis Sepúlveda? ¿Un mundo mejor, un lugar donde sentirse en casa?
Un huaco retrato es una pieza de cerámica prehispánica que buscaba representar los rostros indígenas con la mayor precisión posible. Se dice que capturaba el alma de las personas, un registro que ha sobrevivido oculto en el espejo roto de los siglos.
Estamos en 1878, y el explorador judío-austriaco Charles Wiener se prepara para ser reconocido por la comunidad académica en la Exposición Universal de París, una gran feria de "progresos tecnológicos" que cuenta entre sus atracciones con un zoo humano, culmen del racismo científico y del proyecto imperialista europeo. Wiener ha estado cerca de descubrir Machu Picchu, ha escrito un libro sobre el Perú, se ha llevado cerca de cuatro mil huacos y también un niño.
Ciento cincuenta años después, la protagonista de esta historia recorre el museo que acoge la colección Wiener para reconocerse en los rostros de los huacos que su tatarabuelo expolió. Sin más equipaje que la pérdida ni otro mapa que sus heridas abiertas, las íntimas y las históricas, persigue las huellas del patriarca familiar y las de la bastardía de su propia estirpe -que es la de muchos-, la búsqueda identitaria de nuestro tiempo: un archipiélago de abandonos, celos, culpas, racismo, vestigios fantasmales ocultos en las familias y la de construcción de un deseo tercamente anclado en un pensamiento colonial. Hay temblor y resistencia en estas páginas escritas con el aliento de quien recoge los pedazos de algo que se rompió hace tiempo, esperando que todo vuelva a encajar.
«Testimonio de transformación, disección íntima, búsqueda de conocimiento, Inacabada nos abre al amor y al más
absoluto deseo de comprensión». Giuseppe Caputo
«Quizá la experiencia trans sea inseparable de los rituales de los muertos. Velar el cuerpo quebrado, abrazarlo y cuidarlo en su tránsito», piensa una hija que anhela poner fin al silencio que se ha instalado entre ella y su madre a propósito de su tránsito de género. En el discurrir necesita nombrar esas dos palabras —soy mujer— que definen un renacer y a la vez un duelo por quien ha sido durante treinta y siete años. Pero ¿concluye en algún momento la experiencia de transitar?
Repleta de reflexiones de gran calado, Inacabada es una novela que busca en el intersticio de los géneros literarios un lenguaje para habitar las distancias y detener la tristeza de una identidad no dicha, al tiempo que observa con precisión e inteligencia la posibilidad de liberar cargas familiares para volver a la vida.
Cerca de los cuarenta años, Rosario, una mujer que con esfuerzo ha logrado estabilidad en su vida, se enfrenta al dilema postergado de la maternidad. Tras recibir un diagnóstico que reduce sus posibilidades para fecundar, se embarca, junto a su pareja, en un proceso médico extenuante que modifica la cotidianidad y los proyectos que han construido juntos. Pero no es solo el impedimento de concebir un hijo lo que intensifica esta etapa de su vida, sino el examen de sus motivaciones personales, de sus recuerdos, y del mandato familiar y social que la compelen.