José Antonio Fortea, máxima referencia en España como exorcista, sostiene en este trabajo que existen almas errantes, denominadas “presencias”, que en ocasiones poseen a ciertos hombres y mujeres. La hipótesis de que existen almas errantes dejadas para el día del Juicio Final se basa, ante todo, en los testimonios de los exorcismos. Este ensayo no ofrece la prueba definitiva de la existencia de estas almas, sólo indicios para la reflexión. Muchos se preguntan si las almas errantes, pueden entrar o no dentro del esquema magisterial… La opinión del autor es rotunda: hay espacio teológico para la discusión... Sólo hay tres destinos para las almas descarnadas: cielo, purgatorio e infierno. Lo que esta obra defiende es la existencia de una parte del purgatorio que se encuentra “pared con pared” con el infierno. Y no deberemos olvidar que las almas errantes son almas pertenecientes al purgatorio, ni desconocer que el purgatorium es un estado de purificación. Lo que nos lleva a pensar que las almas llamadas errantes -porque vagan por la tierra- o perdidas -porque perdieron su camino hacia la Luz- pueden todavía purificarse. Ambas moradas están próximas, sí, pero sus moradores están en una situación esencialmente diversa.
Solemos pensar que el trauma es aquello que acontece a un porcentaje muy bajo de la población ante situaciones estresantes extremas como un desastre natural, un accidente aéreo o un maltrato físico severo. Sin embargo, hoy en día los expertos consideran el trauma la epidemia invisible de la infancia. Los traumas se pueden desarrollar en cualquier momento de nuestra vida, aunque la infancia es el momento más probable debido a la vulnerabilidad que la caracteriza. Una situación estresante se convertirá en traumática si el adulto impide que el menor exprese las emociones que ha experimentado. Además, frases como «no pasa nada» o «no hay que llorar por esa tontería» pueden hacer que la situación se convierta en traumática.
¿Y si tener ansiedad fuera algo bueno? La doctora Tracy A. Dennis-Tiwary nos revela que la ansiedad es una ventaja evolutiva y que se puede convertir en nuestra aliada.
En esta reinterpretación radical, la Dra. Tracy Dennis-Tiwary sostiene que la ansiedad es algo que nos protege y ensalza nuestras facultades de crecimiento personal. Aunque se la relaciona con el estrés y el miedo, es una emoción con un valor único: nos permite imaginar un futuro posible y nos obliga a mejorarlo. Por eso la ansiedad está indisolublemente unida a la esperanza.
A partir de las últimas investigaciones en psicología y neurocienciay en combinación con historias del mundo real y relatos personales, Dennis-Tiwary muestra cómo podemos reconocer la incomodidad de la ansiedad y verla como una herramienta, en lugar de como algo a lo que temer y denostar. Al poner en tela de juicio nuestras ideas preconcebidas sobre la ansiedad, este libro proporciona un marco concreto para recuperarla como lo que siempre ha sido: un don en lugar de una maldición, y una fuente de fuerza interior, alegría e ingenio.