La esperada secuela del éxito de ventas del New York Times: Asesino de brujas. La bruja blanca. Los riesgos son mayores. Las brujas son más letales. Y el romance es aún más intenso. La muy esperada continuación del éxito de ventas del New York Times e Indiebound, Asesino de brujas: La bruja blanca, es perfecta para los fans de Sarah J. Maas. Adonde ella vaya, él irá. Donde ella se quede, él se quedará. Hasta que la muerte los separe. Lou, Reid, Coco y Ansel huyen no solo del aquelarre, sino también del reino y de la Iglesia. Son fugitivos y no tienen donde ocultarse. Para sobrevivir, necesitan aliados. Y unos muy poderosos. Pero mientras Lou se preocupa cada vez más por salvar a sus seres queridos, se adentra en el lado oscuro de la magia. Y el precio a pagar podría ser la persona a la que más teme perder: Reid. Ellos están unidos por un juramento y solo existe una cosa que puede separarlos: la muerte. Shelby Mahurin nos vuelve a atrapar con una historia cargada de acción, romance, lealtades y traiciones. Una vez que empieces a leer, no podrás soltar el libro.
La extraordinaria primera parte de William Ospina sobre la conquista del Nuevo Mundo.
En 1543, con solo dieciséis años, deseoso de fortuna y aventuras guerreras, el joven Pedro de Ursúa viaja al Nuevo Mundo. Desembarca en Perú, confiando en que la tierra de los incas le depare, como a tantos hasta entonces, riqueza y poder; sin embargo, se encuentra con una región turbulenta, dividida entre bandos de conquistadores tan apegados a sus nuevas rapiñas que recelan de cualquier recién llegado. La llegada de su tío Miguel Díaz de Armendáriz a Cartagena lo libra de este panorama sin promesas, y bajo su padrinazgo comienza una larga y codiciosa carrera de conquista, y después, libre de disposiciones oficiales, se entrega a sus sueños de riqueza y de gloria.
Con todas las contradicciones de los grandes hombres -cruel y compasivo, audaz y conservador, obediente e indócil, enamorado y misógino-, Pedro de Ursúa es el resumen de las violentas pasiones que asolaron las Indias Occidentales.
«Ahora había un destino a la medida de la ambición de Pedro de Ursúa, y a partir del momento en que tuvo noción del rumbo del tesoro, ya no le interesaron los asuntos de la gobernación. Creo que revela cuán joven era, esa capacidad de abandonar un capricho y dedicarse a otro con la misma ceguera y la misma pasión.»
Los demonios es sin duda alguna una de las grandes novelas de Dostoyevski y una de las que más intensamente interpela al lector de nuestros días. Dostoyevski la escribió horrorizado por la muerte de un terrorista, Ivánov, asesinado por sus compañeros de lucha de la banda de Necháyev. El escritor decidió exhibir lo que era el terrorismo en una novela-advertencia. Pocas veces la literatura ha penetrado tanto en la conciencia de los terroristas como en Los demonios. Dostoyevski sabía bien de qué hablaba. Él mismo había participado en el Círculo Petrashevski antes de que la policía lo desmantelara y condenara a sus miembros a la muerte. El día de Nochebuena de 1849, tras un simulacro de ejecución, las autoridades penales anunciaron que habían cambiado el veredicto. El escritor, traumatizado para el resto de su vida, fue condenado a un campo de trabajos forzados en Siberia, en lo que sería un ensayo para el gulag soviético décadas después. Al adentrarse en la mente del terrorista, Dostoyevski describe en Los demonios una generación de jóvenes revolucionarios rusos dispuestos a "sacrificarse y sacrificarlo todo a la verdad". Pero como dice el mismo autor, "toda la cuestión está en qué se considera como verdad. Para ponerlo en claro, precisamente, he escrito esta novela". Los demonios se convierte así en una de las novelas más modernas del siglo XIX, y se puede leer en clave de una defensa de la libertad alejada de todos los fanatismos, y como una crítica acérrima, una advertencia y una premonición del Estado totalitario que tardaría medio siglo en producirse.
La ambición y la intriga son las únicas pasiones de este hombre político, carente de escrúpulos y moral, que navega a través de las convulsiones sociales y políticas de la Francia revolucionaria y del imperio sin mudar el gesto. Como muy bien dice Zweig: «Los gobiernos, las formas de Estado, las opiniones, los hombres cambian, todo se precipita y desaparece en ese furioso torbellino del cambio de siglo, sólo uno se queda siempre en el mismo sitio, al servicio de todos y de todas las ideas: Joseph Fouché».
«La oscuridad viene a por nosotros, Célie. Y también viene a por ti».
Han pasado seis meses desde que Célie pronunció sus votos sagrados y se unió a los Chasseurs como la primera cazadora en sus filas. Con su prometido Jean Luc como capitán, está decidida a afianzarse en su nuevo rol y proteger Belterra como no pudo hacer con su hermana. Pero los susurros del pasado continúan persiguiéndola, y un nuevo mal se está alzando.
A pesar de que sus amigos y su prometido han intentado protegerla de la oscuridad, ni su magia, ni sus espadas y ni siquiera la luz de las infinitas velas que le proporcionan pueden mantenerla a salvo de un monstruo que se esconde tras unas palabras bonitas y una sonrisa pícara. Ahora, Célie tiene un nuevo motivo para temer a la oscuridad, porque algo (alguien) viene a por ella. Y cuanto más se acerca, más tentada se siente de ceder a los oscuros deseos de esa persona… y a los suyos propios.