Félix F. Yusúpov nació en una de las más antiguas y poderosas familias de la aristocracia rusa. La muerte de su hermano mayor Nikolái en un duelo lo convirtió en heredero de una inmensa fortuna. En estas Memorias de antes del exilio, escritas en francés y publicadas en 1952, la recreación de una vida de fastos y lujos casi increíbles se alterna con observaciones sagaces sobre la avaricia; la fe en presagios y apariciones, con el horror al falso misticismo; la complacencia en el poder, con momentos de duda y crisis. Yusúpov fue el instigador y responsable principal del asesinato de Rasputin, que para él debía abrir una nueva era de regeneración en Rusia. Lo que siguió, sin embargo, fue la Revolución soviética, que lo desposeyó de sus riquezas y lo lanzó al exilio.
Después de que Charles Baskerville aparece muerto en circunstancias extrañas, Holmes y Watson se trasladan a los páramos de Dartmoor (Inglaterra) para ayudar a la familia Baskerville, víctima de una antigua y terrible maldición. Un perro diabólico parece acechar en los alrededores, amenazando la vida del nuevo heredero, y los detectives se verán envueltos en un laberinto de oscuras venganzas. Holmes tratará de que las supersticiones no enturbien su juicio, pero ¿conseguirá desentrañar el misterio antes de que la bestia ataque de nuevo? «No es cuestión de lo que sabemos, sino de lo que podemos demostrar».
Un niño, que vive con sus abuelos en la estación de ferrocarril del Paradero de Camarones, se mantiene atento a todo lo que ocurre en ese pequeño pueblo de la región central de Cuba. Movido por el asombro y la curiosidad, sigue con una mirada cinematográfica situaciones del presente y evocaciones del pasado.
Entre los personajes hay dos, el Ruso y Basilia, que fascinan al niño y trastocan la cotidianidad del lugar. Todo sucede durante los doce meses de 1978. Lo que dejan o se llevan los trenes y la creciente opresión, en un país que está a dos años de la crisis del Mariel, son el telón de fondo.
En Atlántida no hay línea divisoria entre el testimonio y la ficción. Aunque la mayoría de los personajes y los hechos que aparecen en la novela son reales, siempre quedan expuestos a la imaginación del niño. De no ser por eso, pudiera considerarse un libro de memorias.
Esta novela tiene una estructura singular. Tras una primera parte en la que el talento deductivo del inquilino más famoso del número 221B de Baker Street brilla más que nunca a la hora de enfrentarse a su antagonista el profesor Moriarty y descubrir al culpable de un asesinato imposible, Doyle nos ofrece un flashback ambientado en el mundo de las bandas criminales en la Pensilvania del siglo XIX que nos ayuda a comprender el origen del conflicto.
El jugador documenta el descenso a los infiernos de la adicción al juego, de la expatriación forzosa y de los amores destructivos e imposibles. Dostoyevski nunca incorporó tantos elementos autobiográficos a una novela suya, lo cual la hace más terrible y descorazonadora, si cabe. El jugador es una novela intensa, apasionante y repleta de humor. Sin duda, una de las cumbres literarias del realismo psicológico ruso.