El desafío: esconderse durante una semana en un parque de atracciones abandonado y que no te pillen.
El premio: dinero suficiente para cambiar tu vida y la de tus seres queridos.
Todos los concursantes están desesperados por ganar, conseguir huir del pasado y hacerse con un futuro de ensueño. Pero Mack está convencida de que puede ganarles a todos. Solo tendrá que esconderse. Y en esto es una experta. Por eso ella está viva y su familia no.
Sin embargo, cuando los participantes empiezan a desaparecer uno tras otro, Mack se da cuenta de que la disputa es aún más siniestra de lo que había imaginado, y que la única forma de sobrevivir es aunando fuerzas con algunos de sus compañeros.
Catorce competidores. Siete días. Un parque de atracciones entero para esconderse, pero ninguna vía de escape.
Una divertida comedia romántica en la que los protagonistas tratarán de alcanzar la felicidad y el amor con una sonrisa.
Candy Templeton descubrió desde bien pequeña que la vida no es sencilla y que hay muchos momentos en los que la gente la hará llorar. Decidida a enfrentarse a todos sus problemas con una sonrisa, creará una serie de reglas que le permitan alcanzar la felicidad. Sin embargo, conseguir ese objetivo no le resultará nada fácil, y menos aún cuando, tras salir de una tarta de cumpleaños, en su camino se cruza Dylan Brisbane, un rico banquero que cree que todo puede comprarse con dinero, incluida ella.
Dylan Brisbane se ha hecho a la idea de dirigir el banco que pertenece a su familia, pero no es feliz. Hace tiempo que no sonríe y que ha dejado atrás su mayor pasión, la pintura. Hasta que, el día de su cumpleaños, conoce a una insultante mujer que lo desafía a cada instante, que se ríe de la vida y que se enfrenta a las dificultades con una sonrisa. Sin poder evitar pintarla una y otra vez, caerá enamorado tanto de ella como de esa sonrisa por la que estará dispuesto a romper todas sus reglas.
Verano de 1969. Jane Quinn se sube al escenario del festival de Bayleen y, en ese momento, nacen una estrella y una apasionada historia de amor.
De gira con Jesse Reid, el músico cuyos infames ojos azules han roto multitud de corazones, los meses estivales se convierten en un torbellino de conciertos, atardeceres llenos de color y noches salvajes que absorben a Jane.
Sin embargo, no tarda en descubrir que tras la música de Jesse se esconde un oscuro secreto, y esto la empuja a coger su guitarra y volcar todo lo que siente en el disco que la convertirá en una estrella o la destruirá para siempre: Canciones desde la Osa Mayor.
En el Madrid de los años noventa, una joven logra sobrevivir a lo que parece un brutal ataque de violencia de género. La prensa y la opinión pública hacen eco de la noticia y, durante días, no se habla de otra cosa. Incluso hay quien afirma que se lo estaba buscando. Cuando por fin despierta del coma, Minerva no recuerda absolutamente nada, ni siquiera a su agresor que, desde ese instante, se mezclará entre sus amigos más íntimos para convertirse en su sombra y permanecer a su lado durante años esperando, a pesar de los cambios sociales, el momento oportuno para finalizar su «autoencargo». Pero ¿las cosas han cambiado tanto como creemos? ¿Por fin la sociedad ha dejado de juzgar a las mujeres que sufren agresiones de este tipo?
Construida a partir de pinceladas breves, Luz de verano, y después la noche retrata de forma peculiar y cautivadora una pequeña comunidad de la costa islandesa alejada del tumulto del mundo, pero rodeada de una naturaleza que les impone un ritmo y una sensibilidad particularísimos. Allí, donde parecería que los días se repiten y un invierno entero podría resumirse en una postal, la lujuria, los anhelos secretos, la alegría y la soledad enlazan los días y las noches, de forma que lo cotidiano convive con lo extraordinario.
Reinas, amantes, lolitas, prostitutas, bailarinas... Hasta no hace mucho, en la historia del arte las mujeres solo podían ser modelos: profesionales como Kiki de Montparnasse en las fotografías de Man Ray o musas por azar como Victorine Meurent, la Olympia de Manet. Iconos de las vanguardias como la alocada Henrietta Moraes, que inspiró a Bacon y Lucian Freud, o la surrealista Claude Cahun, quien en 1930 proclamó: «Neutro es el único género que me viene bien».
De la sonrisa de la Gioconda al color de la piel de Cleopatra, la cabellera de la Venus de Botticelli o el vello púbico que pintó Courbet y fascinó a Lacan, el misterio de sus identidades obsesionó a ladrones, moralistas y académicos. Sus rostros y sus cuerpos pautan aún hoy un ideal de belleza.
Modelo durante décadas, Teresa Arijón revisita la historia del arte en este libro excepcional que es a la vez novela, ensayo y crónica, y también un registro sensible y sensual del paso del tiempo en el que los roles se invierten y es la modelo la que retrata al artista.