Grandes esperanzas no es solo una historia de grandes sueños y dramáticas contrariedades, sino esencialmente, como dijo Chesterton, de grandes vacilaciones. Pip, un niño huérfano y medroso, tiene un terrorífico encuentro con un preso evadido al que se ve obligado a procurar víveres y una lima. Poco después, es llamado a la tenebrosa mansión de una rica y recluida dama como compañero de juegos de una niña seca, hermosa y altiva. Allí, el huérfano aprende, por primera vez, que sus manos son bastas y sus botas demasiado gruesas.
En el Tokio de los años sesenta, donde cohabita la sociedad moderna con las viejas tradiciones y la mujer goza de más libertad, pero en el ambiente siguen flotando los viejos prejuicios, Taeko Asano es una mujer independiente, divorciada, con un buen nivel de vida. Cansada de jóvenes inmaduros y de nuevos ricos banales, seduce a Senkitchi, un camarero de una discoteca gay de escandalosa reputación. Senkitchi es joven y atractivo, de mirada angelical, pero también de ambiciones perversas, y la aventura arrastrará a Taeko más allá de lo que espera. En "La escuela de la carne" Mishima enfrenta el mundo refinado de sutiles códigos sociales con el de la vida cotidiana, incluidos los bajos fondos, de un Japón que huye del corsé de sus tradiciones.