Nueva York, 1998, cabalgata de Acción de Gracias. Kiera Templeton, desaparece entre la multitud. Tras una búsqueda frenética por toda la ciudad, alguien encuentra unos mechones de pelo junto a la ropa que llevaba puesta la pequeña.
En 2003, el día que Kiera habría cumplido ocho años, sus padres, Aaron y Grace Templeton, reciben en casa un extraño paquete: una cinta VHS con la grabación de un minuto de Kiera jugando en una habitación desconocida.
Septiembre, 1907. Movido por los celos, el joven traductor ruso Nikolái Naumov dispara contra el conde Kamarowski en su palacio de Venecia al saber que contraerá matrimonio con la mujer que ama en secreto. Cuando el conde muere, la investigación policial apunta a su prometida, la condesa Tarnowska, como instigadora del crimen pasional junto con otro de sus amantes, el abogado Donato Prilukov. Tres años después comienza el juicio más escandaloso de la época, un proceso que sacudió los cimientos de la sociedad, revolucionó la prensa y cambió el sistema legal judicial admitiendo el psicoanálisis freudiano.
La inspectora de policía Leonore Asker es brillante, tenaz y posee una inteligencia fuera de lo común. Es la mejor candidata para dirigir el Departamento de Delitos Violentos, pero cuando la hija de una familia adinerada de Suecia desaparece, sus superiores la apartan del caso y la trasladan a la Unidad de Casos Perdidos, una sección de la policía formada por compañeros de dudosa reputación. Humillada, en su nuevo puesto Leo se verá envuelta en la que parece ser una investigación trivial. Sin embargo, cuando encuentran una figura en miniatura idéntica a la de la joven desaparecida en una gran maqueta ferroviaria, Asker comprende que se enfrenta a un asesino y que solo hay una persona que puede ayudarla a encontrarlo: su amigo de la infancia Martin Hill, profesor de arquitectura y experto en exploración urbana.