Conmemoramos el bicentenario del nacimiento de Melville con la edición de una de sus obras más célebres que incluye, además, una introducción de Enrique Vila-Matas.
«Preferiría no hacerlo -repetí yo como si fuera su eco, levantándome muy alterado y cruzando la habitación de una zancada-. ¿Qué quiere decir?»
Considerada una obra maestra de la narración corta, Bartleby, el escribiente constituye una pieza anticipatoria de la literatura existencialista y del absurdo. A través del protagonista, un escribiente que se enfrenta a las demandas de la realidad con una inquietante respuesta, «preferiría no hacerlo», el estoicismo, la ironía, el humor y el sordo desasosiego alegórico presente en la obra del Melville se aúnan para expresar la obstinación del ser humano en su afán de obtener respuesta a las grandes preguntas o, al menos, seguir buscándolas.
Esta edición presenta una traducción de María José Chulia y una brillante introducción de Enrique Vila-Matas, que reflexiona sobre esta historia que tiene un claro paralelismo con Kafka y ha influenciado a autores como Beckett, Camus, Gombrowicz o el mismo Vila-Matas.
Elena Poniatowska cuenta la intensa vida de Lupe Marín, musa legendaria y testigo excepcional del mundo artístico en el México del siglo xx.
Elena Poniatowska vuelve a convertir en novela una sólida investigación, un relato contado por sus actores a lo largo de décadas, junto a documentación fundamental para iluminar y reconstruir una existencia llena de pasión y de furia. Diva y musa por derecho propio, esposa legendaria, cocinera magnífica, madre tormentosa y viuda trágica, Lupe Marín (1895-1983) fue testigo excepcional y parte indispensable de algunas de las vidas extraordinarias que dieron forma al arte mexicano del siglo xx.
Casada con Diego Rivera y con el poeta y crítico Jorge Cuesta, el más distinguido de los escritores del grupo Contemporáneos, Lupe Marín vio refulgir su obra y la de otros creadores como Frida Kahlo, Rafael Coronel, Xavier Villaurrutia y Juan Soriano, además de ejercer una influencia poderosa sobre sus hijos y nietos, herederos de un legado tan brillante como imperioso. Un gran mural de una época en la que el mundo se reinventaba y México era uno de los territorios donde parecía que podía construirse la utopía o donde al menos podía obtenerse la inspiración para alcanzarla.