Chantal y Jean-Marc viven juntos en París y se quieren; se quieren tanto que incluso parecen confundirse. Hay ocasiones en las que, por un instante, ninguno de los dos se reconoce a sí mismo y la identidad del otro se disuelve. Es un proceso vertiginoso que todo el que ama ha experimentado alguna vez. Pero ¿en qué momento, ante qué gesto y en qué circunstancia precisa comienza ese aterrador proceso? En el pánico que acompaña a ese instante de extravío, Kundera atrapa al lector y lo conduce por el laberinto que recorren los protagonistas, en el que más de una vez deberá cruzar la frontera de lo real y lo irreal o entre lo que ocurre en el mundo exterior y lo que, en solitario, elabora una mente presa de la inseguridad.
Un siniestro misterio en Oriente Medio para Hércules Poirot.
Cuando la enfermera Amy Leatheram viaja al yacimiento arqueológico de Tell Yarimjah, en pleno desierto de Iraq, para cuidar a Louise Leidner, la mujer del director de la excavación, los acontecimientos le resultan más extraños de lo que jamás podría haber imaginado. Las aterradoras alucinaciones que sufre su paciente no parecen responder a ningún motivo. A medida que pasan los días, el ambiente se tensará cada vez más. Sin embargo, el equipo solo comprenderá la gravedad del asunto cuando se produzca un asesinato. Con una mancha de sangre como única pista, Hércules Poirot se embarcará en un viaje hacia los rincones más oscuros del alma para desentrañar un misterio que pondrá a prueba sus extraordinarias capacidades.
Para Ruth, una madre primeriza que está recuperándose de psicosis posparto, cada día es un reto. Lleva meses escuchando voces que salen de las paredes y sintiendo que no puede fiarse de nadie. Ni siquiera de sí misma.
Cuando una noche Ruth oye un grito proveniente de la gasolinera del barrio, asume que se trata de su mente jugándole una mala pasada. La policía ha sido tajante con ella: tiene que dejar de llamarlos. Y su marido, Giles, también está harto de que vea un peligro acechando en cada esquina.
Ruth sabe que es muy probable que el grito no fuera real, pero no puede olvidarse del asunto. ¿Y si no se lo ha imaginado? ¿Y si fue la única que lo oyó? ¿Y si alguien necesita ayuda?
Emily ha dejado a Ally y, de repente, se ha quedado sin novia, sin casa, sin amigos y sin trabajo..., aunque todavía tiene a Malcolm, el gato de Emily. Solo que, técnicamente, lo ha secuestrado.
Ally llega a la casa de su padre decidida a esconderse del mundo, pero no es la única que ha regresado a Sheffield. Jeremy, el que fue su mejor amigo de pequeña, también ha vuelto porque un chico le ha roto el corazón.
En un intento desesperado por impresionar a sus respectivas exparejas, Ally y Jeremy se inscriben en una media maratón local. Para entrenar cuentan con la ayuda de Jo, una guapísima runner que tal vez les ayude a lograr lo que quieren, aunque no de la forma que ellos esperan.
Samuel Sooleymon es un adolescente de Sudán del Sur con un gran amor por el baloncesto, un salto prodigioso y la velocidad del rayo. Un torneo de exhibición por Estados Unidos puede convertirse en su gran oportunidad, pero sus condiciones naturales necesitan trabajo y Sooley pronto se da cuenta de que le queda un largo camino por recorrer.
Sin embargo, él cuenta con algo que ninguno de sus compañeros posee: una feroz determinación por triunfar y así ayudar a su familia a escapar de la guerra que asola su país. Y para ello necesitará hacer lo que ningún otro jugador ha logrado: convertirse en una leyenda en solo doce meses.
El tranquilo y lujoso barrio de Brecken Hill amanece conmocionado. Solo las grandes fortunas se pueden permitir una casa aquí y hay pocas fortunas mayores que la de Fred y Sheila Merton. Pero todo el dinero del mundo no puede protegerlos cuando la muerte llama a su puerta. Los Merton han aparecido brutalmente asesinados tras una tensa cena con sus tres hijos. Quienes, por supuesto, están devastados.
¿O quizá no?
A cada uno de ellos le espera ahora una herencia de millones de dólares. Nunca fueron una familia feliz por culpa de un padre vengativo y una madre distante, pero quizá uno de los hermanos es más inestable de lo que nadie imaginaba. ¿Puede que alguno reaccionara con violencia después de esa espantosa cena? ¿O fue otra persona quien apareció en la casa esa noche con la peor de las intenciones? Después de todo, si alguien de tu familia fuera capaz de una atrocidad así, lo sabrías.
¿Verdad?