Una obra insólita, auténtico estímulo para la lectura y uno de los grandes fenómenos de la edición francesa.
Pennac, profesor de literatura en un instituto, se propone una tarea tan simple como necesaria en nuestros días: que el adolescente pierda el miedo a la lectura, que lea por placer, que se embarque en un libro como en una aventura personal y libremente elegida. Todo ello escrito como un monólogo desenfadado, de una alegría y entusiasmo contagiosos: «En realidad, no es un libro de reflexión sobre la lectura», dice el autor, «sino una tentativa de reconciliación con el libro».
Este antimanual de literatura concluye con un decálogo no de los deberes, sino de los derechos imprescriptibles del lector (derecho a no terminar un libro, a releer... incluso a no leer).
«Pennac demuestra que se pueden escribir ensayos evitando toda jerga y toda pedantería» (Jacques Nerson, Le Figaro).
Tras la muerte de su padre, el prestigioso empresario alemán Eric Zimmerman decide viajar a España para supervisar las delegaciones de la empresa Müller. En la oficina central de Madrid conoce a Judith, una joven ingeniosa y simpática de la que se encapricha de inmediato. Judith sucumbe a la atracción que el alemán ejerce sobre ella y acepta formar parte de sus juegos sexuales, repletos de fantasías y erotismo. Junto a él aprenderá que todos llevamos dentro un voyeur, y que las personas se dividen en sumisas y dominantes... Pero el tiempo pasa, la relación se intensifica y Eric empieza a temer que se descubra su secreto, algo que podría marcar el principio o el fin de la relación.
Molly Kimball y su madre, Nina, han vivido un momento complicado y necesitan pasar página, así que, cuando reciben una carta de la tía Violet desde Inglaterra pidiéndoles ayuda con la librería familiar, no dudan en hacer las maletas y trasladarse a Cambridge. Como primera medida para promocionar el negocio organizan un recital de poesía con Persephone Brightwell, antigua compañera de Violet. Pero lo que podría haber sido una velada perfecta se convierte en trágica cuando encuentran a una de las invitadas al acto muerta en el jardín. A la vez que trata de mantener a flote la librería, Molly hará lo posible por alejar las sospechas de su tía abuela, lo que la llevará a desentrañar una compleja trama de chantajes y mentiras sostenidas a lo largo de muchos años hasta ponerles punto final.
Amelia Peabody no es lo que se dice una dama victoriana al uso. Decidida y aventurera, al morir su padre y heredar una gran fortuna, decide embarcarse en un viaje por Europa, cuya primera escala es Roma. Allí rescata a Evelyn Barton-Forbes, la nieta de un conde caída en desgracia, y se la lleva consigo a Egipto. Juntas explorarán el país de los faraones y se incorporarán fascinadas a la misión arqueológica liderada por los hermanos Emerson. Encuentros inesperados, accidentes casi fatales y una momia que vuelve a la vida para sembrar el terror convierten una tranquila excavación en una trampa de la que solo la sagacidad y el arrojo de Amelia podrán salvarlos.
Se acercan las fiestas y Clare Cosi explora nuevas maneras de traer alegría y clientes a su cafetería de Greenwich Village. Pero todo su espíritu navideño se esfuma por completo cuando encuentra a Papá Noel muerto en la nieve. Ni en estas fechas señaladas puede dejar Claire la investigación en manos de la policía y se pondrá de inmediato a elaborar su propia lista, pero de sospechosos. ¿Cuál de ellos se habrá portado mal Incluye un glosario, consejos y recetas navideñas para los amantes del café.
"Los días felices" es una pieza clave en el teatro de Beckett, que, continuando el proceso de depuración escénica de sus obras precedentes, presenta también características fundamentales de sus piezas posteriores. Winnie, torturada por una luz cegadora y semienterrada en un montículo calcinado, se arropa en un ritual de gestos cotidianos y encuentra siempre motivos, por insignificantes que éstos sean, para considerar sus días felices.