«—Ay, padre querido —exclamó María al fin—, ¿a quién le pertenece ese encantador hombrecito que está junto al árbol? —Ese caballero estará al servicio de todos ustedes, querida hija. Con sus dientes es capaz de romper las nueces más rígidas.
Aquel sofisticado hombrecito pertenecía a la familia de los Cascanueces y ejercía la misma profesión de sus ancestros.
—Puesto que el amigo Cascanueces ha elegido ser tu favorito, lo dejaré bajo tu custodia y cuidado.
De inmediato, María lo tomó entre sus brazos».
First published in 1959, Shirley Jackson's The Haunting of Hill House has been hailed as a perfect work of unnerving terror. It is the story of four seekers who arrive at a notoriously unfriendly pile called Hill House: Dr. Montague, an occult scholar looking for solid evidence of a “haunting”; Theodora, his lighthearted assistant; Eleanor, a friendless, fragile young woman well acquainted with poltergeists; and Luke, the future heir of Hill House. At first, their stay seems destined to be merely a spooky encounter with inexplicable phenomena. But Hill House is gathering its powers—and soon it will choose one of them to make its own.
Sicilia, 1901. Una plaga de cólera acecha el pequeño pueblo de Palizolo, cuya población, aterrada, le achaca su llegada a una serie de sucesos aparentemente inexplicables. Sin embargo, no será hasta que el humilde abogado de los más desfavorecidos, Matteo Teresi, denuncie desde las páginas de su periódico las prácticas delictivas de un grupo de hombres poderosos, que se hacen llamar a sí mismos «la secta de los ángeles», cuando sus ciudadanos podrán dormir de nuevo tranquilos.
El maestro Camilleri se basa en un hecho histórico para tejer una trama de novela policiaca, iluminada por su habitual ironía y por un sarcasmo irreverente. Sacristías, salones palaciegos y tribunales de justicia son el escenario en el que se mueven sacerdotes y puritanos, moralistas y damas de la caridad, en el que siempre estará presente «el viejo vicio italiano: el arte de transformar al denunciante en denunciado, al inocente en culpable, al juez en culpable».