Día 1 de octubre: Dios está en los cielos, la bolsa está a 10.140, la mayoría de los vuelos llegan a tiempo y Clayton Riddell, un artista de Maine, casi salta de alegría por Boylston Street, en Boston. Acaba de firmar un contrato para ilustrar un cómic que le permitirá mantener a su familia con su arte en vez de tener que dar clases. Ya ha comprado un regalo a su sufrida mujer y tiene claro lo que va a regalar a su hijo Johnny. ¿Por qué no también algo para sí mismo? Clay presiente que las cosas van a ir mejor, pero bruscamente se trastorna todo: se produce una devastación masiva, causada por un fenómeno que más adelante llamarán El Pulso, que se reproduce a través del teléfono móvil. De todos los teléfonos móviles. Clay, junto a unos cuantos supervivientes desesperados, es arrojado a una edad oscura, rodeados por el caos, la hecatombe y una masa humana degradada a su estado más primitivo.
Esta novela fascinante, absorbente y cruel no solo hace la pregunta «¿Me oyes?», sino que también responde, y de una forma muy, muy inquietante.
El maestro en el arte de aterrar se supera a sí mismo. He aquí una serie de historias -unas horripilantes en su extravagancia, otras tan terroríficas que disparan el corazón- que son el producto mejor acabado de una de las más poderosas imaginaciones de nuestro tiempo: En «La niebla», historia inicial del libro, extensa como una novela, un supermercado se convierte en el último bastión de la humanidad ante la invasión de la Tierra por parte de un enemigo inimaginable... En los desvanes hay cosas que conviene dejar tranquilas, cosas como «El mono»... La más soberbia conductora del mundo le ofrece a un hombre «El atajo de la señora Todd», para llegar antes al paraíso... En fin, todo un abanico de emociones y escalofríos, cuyas flores se abren por la noche...
«Feliz aniversario, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte.» Así comienza el anónimo que recibe el psicoanalista Frederick Starks, y que le obliga a emplear toda su astucia y rapidez para, en quince días, averiguar quién es el autor de esa amenazadora misiva que promete hacerle la vida imposible. De no conseguir su objetivo, deberá elegir entre suicidarse o ser testigo de cómo, uno tras otro, sus familiares y conocidos mueren por obra de un psicópata decidido a llevar hasta el final su sed de venganza. Dando un inesperado giro a la relación entre médico y paciente, John Katzenbach nos ofrece una novela emblemática del mejor suspense psicológico.
Dos historias paralelas se desarrollan en escenarios de nombre evocador.- una transcurre en el llamado «fin del mundo», una misteriosa ciudad amurallada; la otra, en un Tokio de un futuro no muy lejano, un despiadado «país de las maravillas». En la primera, el protagonista se ve privado de su sombra, e impelido a leer sueños, entre extraños habitantes y unicornios cuyo pelaje se torna dorado en invierno. En la segunda historia, el narrador y protagonista es un informático que trabaja en una turbia institución gubernamental; sus servicios son requeridos por un inquietante científico que juguetea con la manipulación de la mente y vive en la red de alcantarillado, una red poblada por tenebrosas criaturas carnívoras.
ersuasión narra la historia de una mujer madura, sensible y menospreciada, que años despues de haber rechazado al hombre que amaba, persuadida por un mal consejo, ve cómo este reaparece en su vida, rico y honorable pero aºn despechado. Una mujer que quizá por primera vez en la historia de la novela debe luchar para que el amor le conceda una segunda oportunidad. Esta obra se considera una de las novelas más oscuras de Jane Austen, sin duda la más crítica con la sociedad de la epoca.
Esta edición incorpora una detallada cronología de la autora. Asimismo cuenta con una magnífica introducción de la crítica y academica Gilliam Beer, especialista en el campo de la novela victoriana. Sus incontestables estudios le valieron su nombramiento como doctora honoris causa en literatura por las universidades de Oxford y Harvard.
"Obligada a conducirse prudentemente en su juventud, con la edad se volvía cada vez más romántica: esa era la consecuencia lógica de su iniciación antinatural."