El campamento de verano más hot y divertido en el que estarás jamás.
¿Se te ocurre algo peor que pasar todo el verano en un campamento? Igual con siete años la idea te emociona, pero con diecisiete ya no, y menos cuando tienes tu propio planazo.
Samanta va obligada y sin demasiadas expectativas, sin saber que ese campamento puede cambiarle la vida.
Dylan es un apasionado del surf que no duda en declararle la guerra a la chica nueva en cuanto tiene la oportunidad.
La idea de viajar a Sajalín, una remota y enorme isla en aguas del Pacífico, al norte de Japón, que albergaba en la época una colonia penitenciaria, y escribir «cien o doscientas páginas» sobre ella se le ocurrió a Chéjov a principios de la década de 1890. Pese a la oposición de su familia y su editor, él decía que de ese modo podría «saldar una deuda que he contraído con la medicina» y que le serviría de base para su tesis doctoral (que luego, una vez realizada, no sería aceptada). Pero al mismo tiempo estaba convencido de su profundo interés social: «A excepción de la Cayena en la actualidad y de lo que Australia era en el pasado, Sajalín es el único lugar donde se puede estudiar la colonización por parte de delincuentes». Al volver, escribiría: «Ahora sé muchas cosas, pero la impresión que me ha dejado el viaje es bastante penosa. Mientras estaba en Sajalín sólo sentía en mi interior un sabor amargo, como después de haber comido mantequilla rancia; ahora, en cambio, Sajalín se me aparece en el recuerdo como un verdadero infierno».
Han pasado tres meses desde que mis amigos y yo derrotamos a Cyrus. Tres meses en los que mi mayor temor ha sido lo que vendrá después… Debería haber sabido que esto era demasiado bueno para durar, y ahora todo se está rompiendo en mil pedazos.
No me queda otra opción que volver al Reino de las Sombras y enfrentarme a la terrible reina que casi acaba con todos nosotros. Debo hacer un pacto con ella para salvar a Mekhi, pero esta vez me llevaré a mis poderosos amigos conmigo, y también a Hudson, aunque siento que le pasa algo raro; nos está ocultando un secreto, incluso a mí.
Haru, un exitoso marchante de arte de Kioto, cae rendido ante el encanto de una bellísima francesa que está de paso por la ciudad. Tiempo después, recibe un impactante mensaje por el que se le prohíbe acercarse al bebé nacido de su aventura. Dividido entre la emoción y la responsabilidad, Haru logrará mantener la terrible promesa de vivir alejado para siempre del ser al que más ama gracias a su singular grupo de amigos.
Cargada de drama y belleza, esta intensa novela no es solo un canto al amor incondicional, sino también a los lazos que van más allá de la familia tradicional, a los amigos que nos sostienen y nos alientan, con quienes celebramos nuestros triunfos y reconstruimos una y otra vez nuestras vidas frente a la derrota.
Si el hombre es una noche, una nada vacía, y se obstina en locutar, en convertirse en correa de transmisión y vocero sin sueldo de una vida sin poesía, ¿cómo se puede responder? Frente a los secretos públicos de la tecnocracia, a la planificación del desastre, al correr sin cuento de las opiniones ajenas, a la carrera de armamentos, Peter Handke levantó con los textos recogidos en Cuando desear todavía era útil una noche distinta, propia y, sin embargo, abierta a todos, que miraba al hombre a los ojos y le devolvía imágenes detenidas: fotografías enemistadas con la fotografía y palabras rescatadas del hábito y del gesto vacío, de la noche del mundo. Hay un poema azul, y una divagación sobre el miedo, y un homenaje a un escritor distinto, y un paseo por el inhóspito París de la Défense, y un discurso que no lo es, y un poema a la irracionalidad y la felicidad.
Amaia dio un paso adelante para ver el cuadro. Jasón Medina aparecía sentado en el retrete con la cabeza echada hacia atrás. Un corte oscuro y profundo surcaba su cuello. La sangre había empapado la pechera de la camisa como un babero rojo que hubiera resbalado entre sus piernas, tiñendo todo a su paso. El cuerpo aún emanaba calor, y el olor de la muerte reciente viciaba el aire.»
El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle de Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer.