EnLa Caída de Gondolin chocan dos de los principales poderes. Morgoth, el mal más absoluto, controla un enorme poder militar. En su profunda oposición está Ulmo, Señor de las Aguas, quien trabaja para apoyar a los Noldor, el grupo de elfos entre los que se contaban Húrin y Túrin Turambar.
En el centro de este conflicto se encuentra la ciudad de Gondolin, bella pero oculta. Fue construida por elfos Noldor que se rebelaron contra el poder divino y huyeron a la Tierra Media. Turgon, el rey de Gondolin, es el principal objeto tanto del odio como del miedo de Morgoth, quien trata de descubrir la ciudad escondida.
En este mundo entra Tuor, el primo de Túrin, como instrumento para hacer cumplir los planes de Ulmo. Guiado por el dios emprende un viaje en busca de Gondolin. En esta ciudad Tuor madura; se casa con Idril, hija de Turgon, y tienen a su hijo Eärendel.
Debido a un acto de traición, Morgoth localiza la ciudad y lanza un ataque devastador. Tras el relato de la caída de Gondolin, Tuor y su familia huyen y contemplan las ruinas de su ciudad en llamas. Viajan hacia otra historia, el Cuento de Eärendel. Tolkien nunca llegó a escribirla, pero en el presente libro se incluye un esbozo de ésta.
La insoportable levedad del ser narra una extraordinaria historia de amor, es decir, de celos, sexo, traiciones, muerte y, también, de las debilidades y paradojas de Teresa, Tomás, Franz y Sabina, cuyos destinos se entrelazan irremediablemente. Los celos de Teresa hacia Tomás, el terco amor de éste por ella ?junto con su irrefrenable deseo de otras mujeres?, el idealismo de Franz, amante de Sabina, y la necesidad de Sabina de perseguir una libertad que sólo conduce a una insoportable levedad, se convierten en una reflexión sobre los problemas filosóficos que afectan a nuestra existencia.
En la Barcelona de 1984, el capitán Blay, con su cabeza vendada y sus suspicacias sobre los escapes de gas que están a punto de hacer volar toda la ciudad, se pasea por el barrio sacudido aún por los estertores de la guerra perdida y acompañado por los espectros gimientes de sus hijos muertos. El pequeño Daniel le escolta a través de aquellas calles póstumas, en las que conocerá a los hermanos Chacón, quienes custodian la verja de entrada de la casa en la que convalece Susana, una niña enferma de los pulmones, hija de la señora Anita, bella y ajada taquillera de cine, y de Kim, un revolucionario, huido del país y nimbado por el fulgor mítico de los furtivos.
Pronto llegará a la casa un amigo y compañero de viaje de Kim, Forcat, que narrará a los niños la arriesgada aventura que el padre de la niña emprendió en Shanghai, enfrentado a nazis sanguinarios, pistoleros sin piedad y mujeres fatales que le salen al paso en los más sórdidos cabarets de la ciudad prohibida.
Dueño más que nunca de una extraordinaria fuerza evocadora y de un estilo deslumbrante, Juan Marsé construye aquí lo que es sin duda una de las obras maestras de las narrativas europeas de finales del siglo XX.