En el subsuelo de Londres, como debajo de cada gran ciudad, existe un mundo desconocido e invisible, plagado de extraños seres, en el que sobrevivir depende de abrir las puertas adecuadas...
Hay mundos bajo tus pies, espías bajo las escaleras y formas que esperan al otro lado de los portales, que solo has atisbado en tus sueños. Tras leer Neverwhere nunca volverás a pasar por los sombríos lugares del mundo moderno con la misma confianza infantil.
Una emotiva historia que nos enseña que el mejor viaje de la vida es el amor.
Eva es una mujer independiente, segura de sí misma y está muy unida a su adinerada familia, a pesar de que sus hermanos, en ocasiones, no se lo pongan nada fácil. Tras un fracaso amoroso en el pasado, decidió volcarse en sus restaurantes, y es su trabajo de chef lo que llena su vida.
Marc Sarriá, más conocido como doctor Sarriá, es un prestigioso y querido cirujano oncólogo en un hospital privado de Madrid. Hace unos años tomó la decisión de vivir el presente y no plantearse el futuro más allá del día a día.
Los caprichos del destino hacen que dos personas tan distintas como Eva y Marc se conozcan una tarde en una azotea y terminen la noche como nunca imaginaron. De pronto y sin proponérselo, ¡acaban convirtiéndose en inseparables! Eva se da cuenta entonces de que existe vida más allá del trabajo, de que la presión, si la controlas, no hunde sino ayuda, y de que el amor, cuando se trata de amor verdadero, es ineludible.
Hay momentos que deberían ser eternos, llenará tu corazón de emociones y te hará sonreír con esas pequeñas cosas que convierten la vida en algo maravilloso.
En abril de 1657, tras ser encarcelado en varias ocasiones y merecer castigos cada vez más severos por parte del tribunal de la Inquisición, el fraile Diego La Matina pasó de la exasperación a la locura hasta, finalmente, asesinar al inquisidor del reino de Sicilia, Juan López de Cisneros. Sin embargo, el caso del hereje La Matina, envuelto en la oscuridad, distorsionado por la leyenda, nunca llegó a esclarecerse, pues jamás se supo el «pecado» por el que fray Diego fue condenado en sus inicios. Vivamente interesado por este caso, y «porque la Inquisición está lejos de haber dejado de existir en el mundo», Leonardo Sciascia examinó los documentos de la época para averiguar cuál fue la herejía de fray Diego. Tal vez, se plantea Sciascia, fray Diego fue un hombre avanzado a su tiempo, con una visión poco ortodoxa del Evangelio y que murió víctima de los efectos no deseados de la represión del Santo Oficio, que «lograba hacer de un hombre religioso un hombre absolutamente irreligioso, radicalmente ateo».