El mundo de Mistborn llega a la segunda era.
Han transcurrido trescientos años desde los acontecimientos de la Trilogía Original Mistborn. Kelsier y Vin han pasado a formar parte de la historia y la mitología, y el mundo de Scadrial se halla a las puertas de la modernidad.
Sin embargo, en las tierras fronterizas conocidas como los Áridos, las antiguas magias todavía son una herramienta crucial para quienes defienden el orden y la justicia.
Uno de esos vigilantes de la ley, Waxillium Ladrian, deberá regresar a la capital para retomar sus obligaciones como líder de una casa noble. Pero pronto descubrirá que la ciudad puede ser más peligrosa que las salvajes llanuras de los Áridos.
El futuro de Scadrial pende de un hilo en la conclusión de la segunda era.
Waxillium Landra lleva años intentando dar caza a la organización conocida como el Grupo. Y cuando Marasi y Wayne encuentran un alijo de armas con destino a la ciudad exterior de Bilming, se abre ante ellos una nueva pista.
Wax descubre un explosivo capaz de desatar una destrucción sin precedentes y comprende que el Grupo ya debe de tenerlo en su poder. Por si fuera poco, un kandra inmortal le revela que Bilming ha caído bajo la influencia de un nuevo dios, Trell. Si nadie da el paso y actúa como el héroe que Scadrial necesita, el planeta y sus millones de habitantes sufrirán una repentina y calamitosa ruina.
Cada persona tiene una manera única de afrontar la culpa, los recuerdos y la pérdida.
En el caso de Jericho, fue seguir la vida que hubiese querido su padre para él antes de morir, aunque eso implicara no preguntarse a sí mismo quién era realmente.
Para Hugo, fue aislarse emocionalmente del mundo y volcar su pena y frustración en el alcohol, el sexo y las noches efímeras.
Pero cuando sus caminos se encuentran, lo que al principio parecía una unión distante basada en la necesidad de desahogarse se transforma poco a poco en una relación sin etiquetas, llena de deseos, descubrimientos, y sobre todo, de perdón. Solo les queda una pregunta por responder:
¿Estarían dispuestos a dejar atrás la forma en la que han crecido, si esa fuera la única forma de mantenerse juntos?
El legado de Frank Herbert, el fascinante y ya mítico universo que creó en Dune, sigue vivo en esta apasionante segunda entrega de la trilogía «Leyendas de Dune».
Han pasado veinticuatro años desde los sucesos relatados en Dune. La Yihad Butleriana. La revuelta de los humanos contra las máquinas pensantes tras el asesinato del hijo de Serena Butler se ha convertido en un conflicto sangriento, que se ha cobrado innumerables vidas humanas. Vorian Atreides y Xavier Harkonnen comandan las fuerzas de la Yihad en una guerra interminable donde no hay vencedores ni vencidos. Los temibles cimek, liderados por el titán Agamenón, planean recuperar el poder que perdieron. Norma Cenva y Aurelius Venport están a punto de realizar un descubrimiento que cambiará radicalmente los viajes espaciales. Y en Arrakis, el remoto planeta de las dunas, Selim Montagusanos y sus partidarios dan los primeros pasos para convertirse en los fieros guerreros que cambiarán el curso de la historia: los fremen.
Madrid, 1928. Entre las páginas de una revista nace la primera historia de una niña que cautivará a España. Su nombre es Celia.
Lo sabemos todo sobre Celia —lo que dice, sus aventuras, sus fantasías—, pero apenas conocemos a la escritora que la creó: Elena Fortún. La aclamada autora de Un destino propio, María Montesinos, novela los trece años en los que Fortún se convierte en la escritora más leída del país. Desde su llegada al Madrid en ebullición de la Segunda República hasta su exilio, este libro retrata, con una sensibilidad y elegancia exquisitas, a una mujer llena de incógnitas que fue capaz de alentar a todas las niñas a ser libres.
En estas páginas descubrimos una vida llena de luces y sombras: la temprana muerte de un hijo, la compleja relación con su marido militar, la amistad con las grandes intelectuales del momento y la aparición de un amor prohibido por una mujer a quien entregará su corazón para siempre.
Estocolmo, 1901. En el Grand Hôtel todo está listo para albergar el banquete de los primeros Premios Nobel mientras la dirección mantiene una reunión de urgencia para encontrar una solución a la pésima gestión que está a punto de llevar el hotel a la bancarrota. Hasta que alguien propone el nombre de una mujer: Wilhelmina Skogh, propietaria de varios hoteles situados junto a la red ferroviaria que recorre el país. Una mujer que cree en el trabajo duro, la disciplina, la excelencia en el servicio y en la capacidad de las mujeres para ejercer responsabilidades que hasta entonces les habían estado vetadas. Wilhelmina responde a la oferta con una carta en la que plantea que el hotel debe asumir una importante y costosa renovación para poder ser rentable. La dirección acepta sus propuestas y ella se traslada a Estocolmo. Enseguida conoceremos a las mujeres que la acompañarán en su aventura: Elisabet, vieja amiga y dama de la corte que es huésped permanente del hotel; Ottilia, camarera en uno de los hoteles de Wilhelmina que sueña con trabajar en Estocolmo; Margareta, jefa del servicio de limpieza, atrapada en un matrimonio abusivo... Un grupo de mujeres que a lo largo de la novela mostrarán sus secretos, sus sueños, sus amores... y, sobre todo, la férrea amistad que las sostiene.