La Historia ha dejado una impronta indeleble en la familia que protagoniza esta saga: sus vidas accidentadas recorren más de cien años de la historia de Japón, desde la época colonial hasta la actualidad, pasando por la emigración a Estados Unidos y, sobre todo, la Segunda Guerra Mundial en el frente del Pacífico. Así, mientras un médico retirado debe afrontar las consecuencias morales de sus terribles actos en tiempos de guerra, una mujer revela en una entrevista un asesinato durante la dura Ocupación norteamericana, o un hombre en la edad adulta se entera de que no nació de sus padres japoneses, sino de un recluta coreano esclavizado para construir el búnker de guerra para el emperador nipón. Todos, en mayor o menor medida, se enfrentan a un legado de pérdidas, imperialismo y guerras.
Con marcados rasgos autobiográficos, Klaus Mann nos presenta en El volcán la desgarradora imagen de un grupo de exiliados del régimen nazi. Estructurada a partir de las vivencias de una pareja de homosexuales, uno de los cuales se identifica habitualmente con el propio autor, los protagonistas se convierten, además, en portavoces de los movimientos culturales e ideológicos de su tiempo: el surrealismo, el humanismo liberal y católico, el esteticismo, el antifascismo idealista y militante y, con todo ello, quizá sea ésta la gran novela europea sobre el destierro, sobre el vacío al que el exilio lanza a sus víctimas un espacio en el que el paso del tiempo es sustituido por la disolución de la propia identidad, que queda en suspenso.
Titulada según una fórmula jurídica francesa, por la que una pena superior «absorbe y se funde con penas iguales e inferiores», esta novela narra, de forma dura y singular, la infancia y adolescencia del autor. Tras una crianza desgraciada, Julien Blanc se verá inmerso en una maquinaria infernal de instituciones de acogida y de castigo que lo dejarán irremediablemente marcado, tras sufrir humillaciones, abusos e injusticias. Sin embargo, aunque no duda en identificar a aquellos que no le ayudaron en el camino, el protagonista también admite sus errores, no cae en el victimismo y buscará siempre espacios fraternales de pureza y superación que le ayuden a seguir.
Él es un prestigioso cineasta sueco, un hombre genial que anota obsesivamente sus sueños junto a la mesilla de noche. Ella es su hija, la menor de nueve hermanos. Cada verano, desde que era una niña, ha acudido a la casa del padre en la remota isla de Fårö. Ahora que ella es adulta y él roza los noventa años, proyectan hacer un libro sobre la vejez. Al padre le preocupa perder el habla, los recuerdos y la lucidez. Hacerse mayor no es tarea fácil, dice. Escribirán el libro a cuatro manos. Ella hará las preguntas. Él las contestará. Sin embargo, cuando la hija llega a la isla con su grabadora, el decaimiento mental y anímico de su padre preludian una muerte cercana.
En 2010, Serena y James regresan a Baltimore desde Filadelfia, donde ella ha conocido a los padres de él y ha podido hacerse una idea del concepto tan distinto que ambos tienen de la familia. Durante el viaje, Serena revisa el pasado de la suya. Contada en varios tiempos, la historia de los Garrett comienza en 1959, cuando su abuelo Robin hace algo insólito: dejar el negocio en manos de su ayudante y disfrutar de unos días con los suyos en una cabaña del lago Deep Creek. Son las primeras vacaciones familiares, pero para entonces están ya muy alejados los unos de los otros: su mujer, Mercy, se debate entre su pasión por la pintura y hacerse cargo del cuidado del hogar, como dicta la sociedad; sus hijas adolescentes, Alice y Lily, no pueden ser más opuestas, y en cuanto al benjamín, David, anhela escapar de la órbita familiar, aunque nadie entiende por qué. Con el paso de los años, todos irán descubriendo la imposibilidad de liberarnos de quienes nos aman, y lo cercana y a la vez desconocida que resulta cada familia para sí misma.
Frida Liu es una madre soltera de 39 años propensa a la ansiedad. En Filadelfia, donde vive, la denuncian por dejar a su hija sola durante un breve período de tiempo. Los Servicios de Protección Infantil del Estado, cada vez más empoderados, se llevan a su hija Harriet y ponen en vigilancia la casa de Frida. Despues de una serie de visitas supervisadas, un juez considera que Frida no es apta como madre, temporalmente.
Su única esperanza es seguir compartiendo la custodia de Harriet con su ex (y la cariñosa novia de el) y aprobar los exámenes impuestos por el nuevo y preciado programa gubernamental. Se trata de un programa interno de doce meses, una escuela situada en un campus universitario abandonado, que ha de ayudar a Frida (ya otras malas madres de todo el país) a convertirse de nuevo en madres aptas.