Un huaco retrato es una pieza de cerámica prehispánica que buscaba representar los rostros indígenas con la mayor precisión posible. Se dice que capturaba el alma de las personas, un registro que ha sobrevivido oculto en el espejo roto de los siglos.
Estamos en 1878, y el explorador judío-austriaco Charles Wiener se prepara para ser reconocido por la comunidad académica en la Exposición Universal de París, una gran feria de "progresos tecnológicos" que cuenta entre sus atracciones con un zoo humano, culmen del racismo científico y del proyecto imperialista europeo. Wiener ha estado cerca de descubrir Machu Picchu, ha escrito un libro sobre el Perú, se ha llevado cerca de cuatro mil huacos y también un niño.
Ciento cincuenta años después, la protagonista de esta historia recorre el museo que acoge la colección Wiener para reconocerse en los rostros de los huacos que su tatarabuelo expolió. Sin más equipaje que la pérdida ni otro mapa que sus heridas abiertas, las íntimas y las históricas, persigue las huellas del patriarca familiar y las de la bastardía de su propia estirpe -que es la de muchos-, la búsqueda identitaria de nuestro tiempo: un archipiélago de abandonos, celos, culpas, racismo, vestigios fantasmales ocultos en las familias y la de construcción de un deseo tercamente anclado en un pensamiento colonial. Hay temblor y resistencia en estas páginas escritas con el aliento de quien recoge los pedazos de algo que se rompió hace tiempo, esperando que todo vuelva a encajar.
Edición especial del clásico distópico más vigente de nuestro tiempo
En el mundo de 1984, los autócratas sin escrúpulos se aferran al poder por el poder mismo, la historia se inventa a diario y las masas perviven en la ignorancia de los hechos más elementales. No solo se falta sistemáticamente a la verdad, sino que el lenguaje público se reduce a su mínima expresión, una avalancha de consignas breves e inanes, orientadas a fabricar consenso o crear enemigos.
¿Y si la clave para entender el presente fuera una novela escrita hace 70 años?
La mítica última obra del premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway, "el novelista norteamericano más importante del siglo XX" (William Faulkner).
"Tal vez en ningún otro escritor moderno la proeza física, el coraje, la fuerza bruta y el espíritu de destrucción alcanzan una dignidad parecida."
Mario Vargas Llosa
"Si tienes la suerte de haber vivido de joven en París, la recordarás el resto de tu vida, vayas a donde vayas, porque París es una fiesta."
Ernest Hemingway
Publicado póstumamente en 1964, París era una fiesta es el libro más personal y revelador de Hemingway, quien, ya en el crepúsculo de su vida, narra aquí los dorados, salvajes y fructíferos años de su juventud en el París de los años veinte, en compañía de escritores como Scott Fitzgerald o Ezra Pound, la llamada "generación perdida".
Crónica de la formación de un joven escritor, retrato de una ciudad perdida, oda a la amistad y verdadero testamento literario, esta es una de las obras capitales para entender el siglo XX, así como el universo y la personalidad de uno de sus más grandes creadores. Un clásico atemporal que Lumen recupera ahora con una nueva traducción de Miguel Temprano.
«Nada traiciona, tanto tiempo después, la mujer que desde hace dos años vive sola junto al mar con un perro y unos libros. Qué otra cosa, decide, sería el impulso, o el deseo, de permanecer abrazada a ese hombre para siempre. Ignora qué habrá en su cabeza dentro de un par de horas, cuando la claridad del día la despeje del todo e ilumine con más crudeza su conciencia. Lo cierto es que en este momento, sin duda alguna, desearía morir si él muriera».
En los años 1942 y 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, buzos de combate italianos hundieron o dañaron catorce barcos aliados en Gibraltar y la bahía de Algeciras. En esta novela, inspirada en hechos reales, sólo algunos personajes y situaciones son imaginarios.
Llegado a la literatura justo en el momento en el que acababa el Simbolismo, y fallecido la víspera del advenimiento del Dadaísmo en París y del nacimiento del Surrealismo, Guillaume Apollinaire (18801918) desarrolló una obra situada en la encrucijada de las principales tendencias estéticas que atraviesan el siglo XX. En "Las tetas de Tiresias", subtitulada "Drama surrealista en dos actos y un prólogo", Teresa muda de sexo y se convierte en hombre para librarse de las imposiciones sociales que sufre como mujer, tras lo cual abandona a su marido y emprende una exitosa carrera militar en Zanzíbar. El marido, a su vez, se adapta a la situación y asume hiperbólicamente los roles asociados a las mujeres, llegando a tener en un único día 40050 hijos. Ingeniosa, irreverente y arriesgada, la obra de Apollinaire cuestiona y desafía la moral de su época.
Un diario no se puede reescribir, porque hacerlo sería vestir lo que fue con recuerdos mentirosos. Lo que sí se puede es afilar las palabras con la herramienta de la experiencia y el aprendizaje del tiempo para ayudar a aquellos que fuimos a contar con certeza aquello que fue. Es lo que hace en esta revisión de su primer libro Rayden con las cuatro estaciones que lo componen: afinarlas como quien afina un piano y componer la última estrofa de una canción que empezó a sonar ocho años atrás.