Año 997, finales de la Edad Oscura. Inglaterra se enfrenta a los ataques de los galeses por el oeste y de los vikingos por el este. La vida es difícil y aquellos que ostentan algo de poder lo ejercen con puño de hierro y, a menudo, en conflicto con el propio rey.
En estos tiempos turbulentos, tres vidas se entrecruzan: el joven constructor de barcos Edgar, a punto de fugarse con la mujer a la que ama, comprende que su futuro será muy diferente a lo que había imaginado cuando su hogar es arrasado por los vikingos; Ragna, la rebelde hija de un noble normando, acompaña a su marido a una nueva tierra al otro lado del mar solo para descubrir que las costumbres allí son peligrosamente distintas; y Aldred, un monje idealista, sueña con transformar su humilde abadía en un centro de saber admirado en toda Europa. Los tres se verán abocados a un enfrentamiento con el despiadado obispo Wynstan, decidido a aumentar su poder a cualquier precio.
192 d. C. Varios hombres luchan por un imperio, pero Julia, hija de reyes, madre de césares y esposa de emperador, piensa en algo más ambicioso: una dinastía. Roma está bajo el control de Cómodo, un emperador loco. El Senado se conjura para terminar con el tirano, y los gobernadores militares más poderosos podrían dar un golpe de Estado: Albino en Britania, Severo en el Danubio o Nigro en Siria. Cómodo retiene a sus esposas para evitar su rebelión, y Julia, la mujer de Severo, se convierte así en rehén. De pronto, Roma arde. Un incendio asola la ciudad. ¿Es un desastre o una oportunidad? Cinco hombres se disponen a luchar a muerte por el poder. Creen que la partida está a punto de empezar. Pero para Julia la partida ya ha comenzado. Sabe que solo una mujer puede forjar una dinastía.
Rosa decide dejar su vida cómoda en la ciudad para irse con Gene, su pareja de origen irlandés, a construir con sus propias manos una casa en la selva a orillas del mar. Cuando él tiene que irse unos días, ella queda sola en aquel paraje que aún le resulta indescifrable. Durante ese tiempo, a medida que la luna mengua y las noches se oscurecen, Rosa se enfrenta a las amenazas de la ingobernable naturaleza que la rodea y también a los otros, los vecinos del lugar que la saben sola. Su pasado, además, no deja de acecharla, y su soledad se hace cada vez más profunda y definitiva. En esta novela portentosa que corta el aliento, la prosa rotunda de Pilar Quintana nos produce admiración e inquietud por partes iguales.
El 28 enero de 1908, una española de 17 años, sentada a lomos de un elefante lujosamente enjaezado, hace su entrada en una pequeña ciudad del norte de la India. El pueblo entero está en la calle rindiendo un cálido homenaje a la nueva princesa de tez tan blanca como las nieves del Himalaya. Podría parecer un cuento de hadas, pero así fue la boda de la andaluza Anita Delgado con el riquísimo maharajá de Kapurthala. Y así empezó una gran historia de amor —y traición— que se desgranó durante casi dos décadas en el corazón de una India a punto de extinguirse.
Noche fantástica contiene siete relatos de Stefan Zweig. Una prostituta que por unos instantes revive su vida en la Viena de principios de siglo, un estudiante de medicina que descubre los enigmas de la existencia de manera dramática, la metamorfosis insospechada de un joven rico y aburrido o el destino de una pequeña ciudad judía en medio de una Alemania en pleno invierno, son algunos de sus argumentos. Todos ellos nos confirman de nuevo la sorprendente habilidad narrativa de su autor por profundizar en los más hondos entresijos del alma humana. Una conmovedora soledad emotiva y la inevitable pérdida de inocencia que de ella deriva, completan la evocación de un mundo, tan irrecuperable como sorprendentemente actual, que Zweig describe con mano maestra.
<> es una de las primeras frases más recordadas en la historia de la literatura. Así comienza Moby Dick, la gran obra maestra de Herman Melville, viajero incansable que se inició en la literatura narrando sus aventuras por los mares del Sur. El epico duelo entre la ballena blanca y el capitán Ahab simboliza la eterna lucha entre el bien y el mal y constituye el ejemplo más logrado de algo que muchos otros autores estadounidenses han perseguido desde entonces: la Gran Novela Americana.