Al hablar de la condición humana se corre el riesgo de caer en la frivolidad, pero basta con leer cualquiera de los cuentos de Cynthia Ozick para olvidarse de las frases hechas y asumir lo que es ajeno como nuestro.
En esta recopilación de cuentos descubrimos a hombres y mujeres que a primera vista podrían parecer seres patéticos, pero que en el fondo conservan y muestran su dignidad, a menudo gracias a la ironía, siempre tan oportuna. Si, como decía Mark Strand, vivir consiste en estar alerta y prestar atención al mundo, Cynthia Ozick, «una de las pocas maestras vivas de la literatura norteamericana» (David Foster Wallace) es el testigo que buscábamos.
«Novela de época, novela de amor, novela de iniciación, novela psicoanalítica, novela política, novela sobre hijos y sobre padres, novela acerca de cómo se construye un lector y no se construye un escritor, novela tristísima que da felicidad, novela feliz que da tristeza. Diría gracias, pero es una palabra chica. Igual la digo: gracias por haberla escrito. La voy a llevar en el cuerpo mucho tiempo». Leila Guerriero
Un fantasma viral recorre el mundo y lo contagia sin remedio con el olvido a la vez que lo inmuniza contra toda creencia en el ayer. Y el muy paciente Land -haciendo y deshaciendo memoria- se mueve a lo largo y ancho de su propia historia y de la de quienes rodean y acorralan y jaquean su infancia y adolescencia y madurez a los largo y ancho de tres Grandes Ciudades.
A pesar de que muy pocos extranjeros se habían adentrado en la región de las altas montañas albanesas, en sus límites con los territorios de los actuales Montenegro y Kosovo, Edith Durham las visita y deja constancia de que aún persistían estructuras sociales y costumbres medievales ya perdidas en otras zonas de Europa. Por eso, su testimonio es en la actualidad una fuente enormemente valiosa para reconstruir el pasado de esta región. Hoy, a las puertas de una posible entrada de Albania en la Unión Europea, lo que no ha variado es el desconocimiento que aún tenemos de un país que siempre ha formado parte de nuestra historia. La lectura de esta obra nos puede enseñar mucho.
Se dice que al visitar África el principal peligro está dentro de uno mismo. El viajero debe asimilar tal cantidad de estímulos, que, si no se toma un descanso, le puede resultar difícil recuperar la tranquilidad. Durante la década del 50, Alan Moorehead realizó cuatro viajes por dicho continente. No hay sitio en el arca es el resultado de todas dichas experiencias, que configuran, en buena medida, un libro de aventuras.
En estas páginas, descubrimos un mundo tan complejo como fascinante. Conocemos, por ejemplo, a los masai, poderosos cazadores que viven de sangre y leche; o a los
turkanas, quienes a pesar de su trato amable y respetuoso, acostumbran a expulsar fuera del pueblo a los enfermos y ancianos, dejándolos morir. Así, cada capítulo se encarga de desmitificar la relación de los habitantes africanos con su entorno. Comprendemos, además, que la mejor manera de acercarnos a este mundo en un auténtico estado salvaje es eliminar el factor humano y observar a los animales interactuando entre ellos mismos y ante la selva.
Una nueva novela del autor de Antes de que se enfríe el café y La felicidad cabe en una taza de café. Un fenómeno internacional que ya ha reconfortado a más de tres millones de lectores.
Cuatro clientes visitan una cafetería mágica en Japón para enfrentarse a su pasado y ganarse un nuevo comienzo lleno de esperanza.
En el corazón de Hakodate hay un lugar extraordinario: una pequeña cafetería que sirve café con un aroma intenso y envolvente, capaz de hacerte evocar emociones lejanas y de revisitar un momento del pasado.
Sin embargo, adentrarse en este establecimiento tan especial no es para todos, y solo los que reúnen el coraje necesario pueden arriesgarse. Es el caso de Yayoi, quien, privada del cariño de sus padres cuando aún era muy pequeña, no cree poder afrontar la vida con una sonrisa. O Todoroki, cuya exitosa carrera no le dio la oportunidad de apreciar la felicidad que siempre tuvo a su alcance. O Reiko, que nunca llegó a pedirle perdón a su hermana y ahora se siente aplastada por la culpa. O Reiji, para quien una simple frase como «Te quiero» todavía representa un obstáculo insuperable.
El periodista Dani Ramírez presenta un poemario cuyas protagonistas principales son las canciones de los Beatles, hilo conductor y banda sonora de las vidas de varias generaciones.
Un día libre y al sol, una revolución a la que atreverse, los 18 en el DNI, el hallazgo de la verdadera amistad, enamorarse, los abuelos, la cara de tu hijo al nacer. Son sensaciones concretas, descubrimientos prodigiosos... pero efímeros. Sin embargo, al escuchar una canción, los revivimos como en uno de esos sueños donde la mentira parece verdad.