Tamayura contiene diez relatos con historias que se entrelazan, a veces porque los protagonistas comparten el mismo nombre, otras por su carácter sutilmente sobrenatural, y casi siempre porque tienen el amor —y el dolor que nace de él— como tema central. Cada uno de ellos fue publicado primero en revistas literarias entre 1951 y 1956, años en los que la pobreza y la desolación de un Japón en ruinas traumatizaron a una generación abatida por la derrota en la Segunda Guerra Mundial.
En estos relatos, como en muchas de las obras posteriores de Yasunari Kawabata, la guerra y la rendición de su país marcan un antes y un después en la vida de los personajes, y son hechos históricos que están omnipresentes como telón de fondo. El propio autor los seleccionó para su publicación en esta antología que ve la luz por primera vez en castellano.
Maestro en el arte de desvelar lo extraordinario en lo ordinario, «leer a Yasunari Kawabata es como experimentar un haiku en forma de prosa: conciso, evocador y profundamente conmovedor» (The Independent). Uno de los grandes autores nipones del siglo xx y el primero en recibir el Premio Nobel, «su literatura actúa como un puente entre los paisajes serenos de Japón y las complejidades universales del corazón humano» (The Washington Post).
Lo cierto es que nunca he podido narrar –ni opinar– desde un lugar discreto, nunca he podido hacerme invisible, y para ser sincera tampoco lo he intentado. Amo la realidad que desenmascaramos en cada uno de nuestros actos. Amo la voluntad de asombro.
Creo que lo más honesto que puedo hacer literariamente es contar las cosas como las veo, sin artificios, sin disfraces, sin filtros, sin mentiras, con mis prejuicios, obsesiones y complejos, con las verdades en minúscula y por lo general sospechosas. Hacerlo de otra manera seria presuntuoso por mi parte. Estaría engañándome y engañándolos».
Florence Grimes siempre toma las peores decisiones. Soltera, sin dinero y frustrada tras el humillante final de su carrera musical, lo único que la motiva para levantarse de la cama todas las mañanas es Dylan, su hijo de diez años. Hasta que Alfie Risby desaparece misteriosamente durante una excursión con el colegio y Dylan se convierte en sospechoso. Por primera vez en su vida Florence tiene que hacerse cargo de una tarea y cumplirla hasta el final: debe encontrar a Alfie y limpiar el nombre de su hijo si no quiere perderlo para siempre. El único problema de Florence es que todas las madres del colegio la odian. Y por si fuera poco, tiene razones para pensar que tal vez Dylan no es tan inocente como a ella le gustaría creer.
Los muertos de Loraille no descansan. Artemisia se está preparando para unirse a las hermanas grises, encargadas de purificar a los fallecidos para que sus almas sigan adelante; de lo contrario, sus espíritus despiertan con un hambre voraz por los vivos. Ella prefiere tratar con los muertos, que a diferencia de los vivos nunca hacen comentarios sobre su turbio pasado. Cuando su convento sufre un ataque, Artemisia lo defiende despertando a un antiguo espíritu vinculado a una reliquia. Es un renacido, un ser malévolo que amenaza con poseerla en cuanto baje la guardia. La muerte ha llegado a Loraille, y solo una vespertina (una sacerdotisa entrenada para controlar una gran reliquia) puede aspirar a detenerla. Pero los conocimientos de las vespertinas hace mucho que se perdieron, por lo que a Artemisia no le queda más opción que recurrir al único que puede saber algo: el mismísimo renacido. Mientras su vínculo con el renacido se fortalece entre secretos y magia, un mal oculto comienza a surgir. Y enfrentarse a él puede requerir que traicione todo en lo que cree... si es que el renacido no la traiciona primero.
Una lujosa finca en medio del bosque sueco. Y un asesinato en el que todos podrían estar implicados. Una mezcla perfecta entre Agatha Christie y el thriller nórdico
Convertida en una estrella tras haber resuelto varios casos muy mediáticos, la detective privada Julia Stark se siente casi feliz, hasta que un día de agosto recibe en su agencia de Estocolmo la inesperada visita de Per Günter Mott, un magnate del negocio maderero sueco.
Visiblemente afectado, éste le cuenta que, tras una cena familiar, ha aparecido en su móvil la foto de un hombre atado, encapuchado y probablemente muerto. Mott no reconoce a la víctima, y ni siquiera recuerda haber tomado esa imagen, pero no es la primera vez que sufre una laguna de memoria: su vida es todo menos impecable.
Para no perder tiempo, Julia decide acudir a Sidney Mendelson, un experto policía y su ex marido, a quien tal vez podría volver a acercarse. Juntos, se desplazan a la lujosa villa de los Mott, donde descubren que, bajo un barniz de opulencia, fluyen tensiones, envidias y rivalidades.
Sólo hay una cosa segura: solucionar este enigma implica adentrarse en un abismo de secretos familiares que únicamente la inteligencia y la infalible intuición de Julia podrían desentrañar.
"Japón, año 1576. Un debilitado gobierno central logra a duras penas mantener su poder mientras los señores de la guerra luchan entre sí para unificar el país bajo su mando. En tierra firme, el nombre de Oda Nobunaga resuena cada vez con más firmeza; sin embargo, en el mar interior de Seto, los Piratas Murakami son los absolutos dominadores. Kyo es la hija de Takeyoshi Murakami, jefe de una de las facciones del clan. A pesar de tener 20 años, su carácter indómito y sus rasgos físicos, hacen que aún permanezca soltera. Sin embargo, su destino no la complace y así, desoyendo los insistentes rumores de que la batalla contra Nobunaga está muy próxima, decide embarcarse en un viaje que cambiará su vida para siempre."