Vuelve la autora de El abanico de seda con una fabulosa historia de amor y amistad inspirada en la vida real de una mujer médica en la China del siglo XV
De acuerdo con los valores de Confucio, «una mujer educada es una mujer inútil», pero Tan Yunxian, nacida en una familia de élite, es criada en condiciones excepcionales. Su abuela es una de las pocas doctoras que hay en China, y enseña a Yunxian los pilares de la medicina, los Cuatro Exámenes —mirar, escuchar, tocar y preguntar—, algo que un hombre nunca puede hacer con una paciente. Desde pequeña, Yunxian aprende sobre remedios herbales y enfermedades femeninas junto a una joven comadrona, Meiling, con quien forja una gran amistad. Pero cuando Yunxian es enviada a un matrimonio concertado, su suegra le prohíbe verla y ayudar a las mujeres y niñas de la casa, pues debe cumplir con sus deberes de esposa.
Una fascinante combinación de cyberpunk, novela negra, relato fantástico y reflexión moral a un ritmo trepidante en un mundo de desolación, ternura e identidades ambiguas.
Dos historias paralelas se desarrollan en escenarios de nombre evocador: una transcurre en el llamado «fin del mundo», una misteriosa ciudad amurallada; la otra, en un Tokio de un futuro quizá no muy lejano, un frío y despiadado país de las maravillas. En la primera, el narrador y protagonista, anónimo, se ve privado de su sombra, poco a poco también de sus recuerdos, e impelido a leer sueños entre unos habitantes de extrañas carencias anímicas y unicornios cuyo pelaje se torna dorado en invierno. En la segunda historia, el protagonista es un informático de gustos refinados que trabaja en una turbia institución gubernamental, enfrentada a otra organización no menos siniestra en una guerra por el control de la información; sus servicios son requeridos por un inquietante científico que juguetea con la manipulación de la conciencia y de la mente y vive aislado en la red de alcantarillado, una red poblada por los tinieblos, tenebrosas criaturas carnívoras.
En apariencia, el doctor Justo Pastor Proceso lo tiene todo para sentirse afortunado: es ginecólogo en Pasto, una pequeña ciudad al sur de Colombia, tiene dos residencias, una mujer atractiva, una hija pequeña y otra adolescente, y una afición para sus ratos libres: investigar la verdadera historia de Simón Bolívar. Pero los enredos en los que se ve envuelto a raíz de la fiesta de los Inocentes y los desfiles carnavalescos del año 1966 hacen caer las falsas apariencias, y el sorprendido doctor Justo Pastor Proceso asume que en realidad su mujer se burla de él, sus hijas no le tienen demasiado en cuenta, y sus amigos se aprovechan. Cuando el cacique local la emprende a tiros contra los artesanos que preparaban una carroza burlesca, al doctor se le ocurre aprovecharla para que el grupo escultórico muestre en su lugar la catadura histórica del libertador Bolívar. El vodevil da paso a la farsa y la farsa a un peligro real y una amenaza fatídica. En la Colombia de los años sesenta, todos prefieren vivir en falso antes de cuestionar los mitos fundacionales.
Esta es una historia real, llena de aristas y sombras, sobre la condición humana.
A fines de los sesenta, con trece años, la argentina Silvia Labayru era una adolescente tímida, lectora, amante de los animales, entusiasta de John F. Kennedy, hija de una familia de militares que incluía a su padre, miembro de la Fuerza Aérea y piloto civil. A esa edad ingresó en el Colegio Nacional Buenos Aires, una institución pública de gran prestigio, donde entró en contacto con agrupaciones estudiantiles de izquierda y se transformó en una militante aguerrida. En marzo de 1976 se produjo en la Argentina un golpe de Estado que dio comienzo a una dictadura militar. Para entonces, embarazada de cinco meses y con veinte años, Labayru integraba el sector de Inteligencia de la organización Montoneros, un grupo armado de extracción peronista. El 29 de diciembre de 1976 fue secuestrada por militares y trasladada a la ESMA, la Escuela de Mecánica de la Armada, donde funcionaba un centro de detención clandestino en el cual se torturó y asesinó a miles de personas. Allí tuvo a su hija que, una semana más tarde, fue entregada a los abuelos paternos.
Hay un rincón en los bosques de Nueva Inglaterra que sigue viviendo en el siglo XIX. Es el pueblo puritano de Watermill. Valentina, una joven española, irá a trabajar allí como personaje de época, mostrando a los turistas los antiguos oficios.
Pero nada la había preparado para la atracción que iba a sentir por Jonathan Van Tassel, el futuro heredero de esas tierras. Los encuentros con él, en ese mundo anclado en el Romanticismo, irán cobrando cada vez más fuerza sobre su presente en la ciudad.
Sin darse cuenta, se verá envuelta en una trama de traiciones, celos y peligros muy reales que la llevarán a dudar de todo. ¿Cogerá la vida por las riendas? Quizá.
La primera vez que papá murió todos pensamos que estaba fingiendo». Así comienza el extraordinario debut literario de Manuel Jabois, una historia que ahora, gracias a la genial adaptación gráfica de Bartolomé Seguí, podemos revisitar bajo una mirada nueva, con unos personajes que traspasan la página y un final que se quedará con el lector para siempre.
Malaherba cuenta la historia de Tambu, quien, junto a su mejor amigo Elvis, Claudia y su hermana Rebe, atraviesa los últimos días de niñez, esos en los pasan cosas a las que todavía no se sabe poner nombre. Por el camino descubrirá las muchas caras del amor y la muerte, y que, a menudo uno comprende lo que siente cuando ya es demasiado tarde.