Nadie, al finalizar la lectura de El ángulo del horror, podrá estar seguro de no encontrarse con que los objetos más habituales, la casa natal, los familiares o amigos han cobrado una apariencia insospechada. Y es que desde la primera línea entramos en un mundo en el que la quietud, el desconcierto, las extrañezas de la vida cotidiana y a ratos un aparente disparate conspiran para dejarnos entrever oscuros mecanismos del alma. Aunque, ¿tiene algo de anormal que a Marcos le guste deambular desnudo por casa arrancando los más tétricos sonidos a su querido helicón ? ¿Parece raro que un niño se crea, por error, el único destinatario del legado del abuelo ? ¿Acaso el clima de tensa expectación que se crea cuando Carlos descubre el terrible ángulo no recuerda algo ya vivido por cualquiera ? Y ¿quién no ha sentido la exasperación de la Flor de España, agobiada por la conversación trivial de una mujer obsesiva ? Nada es alucinación, todo es real. Pero algo se quiebra irremediablemente en algún lugar.
Sos escritora. Contale al jurado un cuento entretenido con un principio y un final, con lenguaje claro, que se entienda, para que ellos no se aburran.
Después de un año sin noticias, una llamada de la Fiscalía anuncia a la narradora que, finalmente, su denuncia por abuso sexual ha sido elevada a juicio. Esa mañana invernal comienza para ella otro duro proceso: encontrar representación legal, entender las
lógicas burocráticas de la justicia, tejer redes de apoyo para afrontar la causa contra su tío, un comisario poderoso, y reunir coraje para reabrir un expediente que conduce al pasado familiar.
Belén López Peiró revisa los recuerdos, ensaya respuestas al agobio de audiencias humillantes e indaga en los laberintos judiciales. Tras el impacto de Por qué volvías cada verano, fenómeno literario que traspasó las fronteras argentinas y fue un antecedente clave para miles de denuncias anónimas y otras de enorme repercusión mediática, esta nueva novela-crónica confirma el talento de una autora que deslumbró a la crítica y a escritoras como Brigitte Vasallo, Nuria Labari o Gabriela Wiener.
Cinco ensayos profundamente personales en los que Laura Esquivel trata de comprender uno de los aspectos más trascendentales del ser humano: su dimensión emotiva. En este libro de ensayos, Laura Esquivel expresa la necesidad de reflexionar sobre las emociones, algo que parece estorbar en nuestra sociedad contemporánea: que rechaza los afectos, la individualidad y la espiritualidad. Frente a esto, la autora propone que lo que pensamos y lo que sentimos no son esferas contrarias, sino procesos paralelos en todo ser humano. Este libro explora las relaciones entre las emociones, la memoria, el recuerdo, la representación, las imágenes y las palabras. También se pregunta si existen emociones positivas y negativas, así como emociones que sanan y emociones que enferman. Por último, discurre acerca de dos expresiones artísticas, el cine y la literatura, y cómo es que las emociones juegan un papel importante generando una vibración benéfica o dañina en nosotros. Al final, la autora deja la puerta abierta a las interrogantes que conforman este libro, permitiendo así que el lector continúe con esta búsqueda.