Anna Karenina seems to have everything – beauty, wealth, popularity and an adored son. But she feels that her life is empty until the moment she encounters the impetuous officer Count Vronsky. Their subsequent affair scandalizes society and family alike and soon brings jealously and bitterness in its wake. Contrasting with this tale of love and self-destruction is the vividly observed story of Levin, a man striving to find contentment and a meaning to his life – and also a self-portrait of Tolstoy himself.
Raymond Carver alcanzó el éxito gracias a un puñado de volúmenes de relatos publicados en los últimos doce años de su vida. Su carrera fue breve debido a su temprana muerte. Sin embargo, su obra posee una intensidad sin parangón y ha dejado una huella indeleble; su influencia se ha extendido por todo el mundo. Fue, junto con Richard Ford y Tobias Wolff, el máximo exponente de lo que se bautizó como «realismo sucio». En sus cuentos, lacónicos, precisos, de una contenida intensidad emocional, transforma la vida en literatura siguiendo la estela de Hemingway y sobre todo de Chéjov, su gran maestro. De él aprendió a retratar con profunda humanidad a esos seres desamparados y desolados, golpeados por la vida, a los que convierte en héroes cotidianos: parejas al borde de la disolución, hijos que tratan de comunicarse con sus padres, alcohólicos en busca de una segunda oportunidad, parados, gente corriente de la América más profunda y real. Sus cuentos forman una elusiva y fragmentaria «gran novela americana». Y es que en Carver está la esencia de la verdadera América ?doméstica, desquiciada, perpleja-, y sobre todo la esencia del alma humana retratada a través de una mirada que rechaza cualquier exceso sentimental, pero que, guiada por un depurado estilo, nos hiere directamente en el corazón como sólo es capaz de hacer la gran literatura.
Más de siglo y medio después de la muerte de Edgar Allan Poe (18091849), celebramos la publicación de los Ensayos completos de uno de los mayores cuentistas y, en general, uno de los más importantes escritores de la historia. Lejos de ser la persona atormentada y melancólica que en ocasiones se nos ha presentado, esta edición muestra a un Poe comprometido con la literatura y la estética, así como con la crítica literaria de la obra de sus contemporáneos.
En este tercer volumen –traducido por Antonio Jiménez Morato– continúa trazando una valiosa cartografía de la literatura norteamericana a través de libros y autores destacados en su época que recorre en lúcidos artículos y reseñas.
Respondiendo al espíritu enciclopédico y totalizante que caracteriza toda la escritura del marqués de Sade, en sintonía con el siglo al que pertenece, Aline y Valcour no solo pretende ser la novela filosófica, sino que se construye como una auténtica macronovela o compendio narrativo que abarca los principales géneros narrativos y registros de escritura del siglo XVIII: todo ello utilizando como soporte el género epistolar.
Raskólnikov es un joven de veintitrés años que acaba de terminar sus estudios y que malvive en una buhardilla de San Petersburgo. A pesar de su pobreza, es apuesto y elegante y de una gran inteligencia. Desde el principio de la novela acaricia el plan de robar y matar a una prestamista, una anciana ciertamente desalmada y mezquina. Originalmente titulada Los borrachos, con el propósito de desarrollar el tema del alcoholismo en la familia, Crimen y castigo ?que aquí ofrecemos en una nueva traducción de Fernando Otero Macías fue escrita por Dostoievski en una época de deudas y penurias muy particular. Hoy es, incuestionablemente, su obra más conocida.
Desde hace varias décadas la presencia de la poesía inglesa en la vida cultural española ha superado el desconocimiento que secularmente, con notables excepciones, flotaba en nuestro ámbito literario y nuestros escritores, entre los que, pasada ya la fecunda influencia renacentista italiana, venía imponiendo sus leyes la canónica tradición literaria francesa. Pero de un tiempo a esta parte, desde hace algo ya más de medio siglo, tanto en los medios editoriales como en los hábitos lectores, no sólo la narrativa, el teatro y el ensayo anglosajones, sino también la poesía, han venido gozando de una gran proyección sobre la vida intelectual española. Hasta tal punto que nombres como, no solo los más divulgados de Poe y Whitman, sino más minoritarios y elitistas como los de Blake, Keats o Emily Dickinson, e incluso los de Pound, T. S.Eliot, o Auden, han dejado una viva impronta en nuestra más reciente poesía, floreciendo también una notable serie de traducciones de poetas ingleses y angloamericanos.