Los Anillos de Poder fueron forjados en antiguos tiempos por los herreros Elfos, y Sauron, el Señor Oscuro, forjó el Anillo Único. Pero en una ocasión se lo quitaron, y aunque lo buscó por toda la Tierra Media nunca pudo encontrarlo. Al cabo de muchos años fue a caer casualmente en manos del hobbit Bilbo Bolsón.
Desde la Torre Oscura de Mordor, el poder de Sauron se extendió alrededor. Llegó a reunir todos los Grandes Anillos, pero continuaba buscando el Anillo Único, que completaría el dominio de Mordor.
Bilbo desapareció durante la celebración de su centesimodecimoprimer cumpleaños, y dejó a Frodo a cargo del Anillo, y con una peligrosa misión por delante: atravesar la Tierra Media, internarse en las sombras del País Oscuro y destruir en Anillo arrojándolo en las Grietas del Destino.
El Señor de los Anillos cuenta la gran misión cumplida por Frodo y sus amigos: Gandalf el Mago, Merry, Pippiny Sam, Gimli el Enano, Legolas el Elfo, y un hombre extraño y misterioso llamado Trancos.
Juan de Mena (Córdoba, 1411-Torrelaguna, 1456) fue testigo de excepción de las vicisitudes políticas y culturales en la corte castellana de Juan II y protagonizó un proceso que pocos autores han podido arrogarse: la creación de una nueva lengua poética, constituida en modelo indiscutible durante más de medio siglo, en el tránsito de la Edad Media al Renacimiento.
Mito legendario y proteico, el vampiro ha acompañado al ser humano desde tiempos inmemoriales, al acecho como anunciación de la otredad, los miedos reprimidos y la voracidad de nuestros traumas, o formando parte indisociable de nuestra esencia como plasmación de la mitad oscura e ilustración de la dualidad que nos constituye y materializa nuestros anhelos e instintos más inconfesables.
La presente antología traza la evolución del vampiro en lengua inglesa desde sus manifestaciones en textos medievales, con semas y modus operandi que anticipan las características primordiales del chupasangres en siglos posteriores, hasta la eclosión manifiesta del ente en el periodo decimonónico, con la canonización de los vampiros de Polidori, Byron, Le Fanu, y, sobre todo, la obra seminal de Bram Stoker, desembocando en la idiosincrasia ecléctica o la reinterpretación vanguardista y alejada de los presupuestos clásicos y puristas que dinamizan la variedad y estilización del mito en la primera mitad del siglo xx, como génesis de las drásticas transformaciones que se darían, posteriormente, en la posmodernidad, metamorfoseándose el vampiro en un icono adolescente o una suerte de zombi descerebrado y despojado de su aura aterradora.
En La Exégesis, Dick documenta sus esfuerzos a lo largo de ocho años por comprender lo que él llamó «2-3-74», una experiencia visionaria postmoderna de todo el universo «transformado en información». Dick intenta escribir a lo largo de entradas que a veces ocupan cientos de páginas para abrirse camino hasta el núcleo de un misterio cósmico que puso a prueba sus poderes imaginativos e inventivos hasta el mismo límite, y todo eso se suma a las múltiples revisiones para descartar una teoría tras otra, a la mescolanza entre sueños y experiencias visionarias que le ocurrían mientras tanto para terminar uniéndolo todo en sus tres últimas novelas conocidas como la trilogía Sivainvi.
En este libro, Jackson y Lethem actúan como guías y llevan al lector a través de La Exégesis mientras establecen relaciones con los momentos trascendentales de la vida y de la obra de Dick.
Una de las obras europeas más ambiciosas del siglo XX, que consagraría a Robert Musil como una de las grandes figuras de la literatura.
Los dos volúmenes que recoge este estuche conforman una de las obras más singulares de la historia de la literatura. Novela europea por excelencia, El hombre sin atributos es sin duda una de las más emblemáticas del pasado siglo y constituye una de las aventuras narrativas más sugerentes de ese periodo.
La novela examina la existencia de su antiheroico personaje principal, Ulrich, con el fondo de una minuciosa recreación de la sociedad austriaca anterior a 1914. Kakania es el término con el que el autor se refiere al Imperio austrohúngaro, lugar donde vive el citado Ulrich, el hombre sin atributos: un burgués, matemático de formación, que decide dedicar un año de su vida para saber qué hacer con ella. Durante ese descanso será invitado a participar en un proyecto de carácter nacional creado para conmemorar mundialmente el septuagésimo jubileo del emperador de Kakania: el dislate de tamaña empresa de alcance imperial es tal que, una vez constituida, todos deberán afanarse en hallar una idea que la justifique. La contrafigura de Ulrich parece ser el filósofo, economista, magnate, empresario y autor de numerosos libros, Peter Arnheim: el hombre con atributos.
Las heroínas son Marianne, Elizabeth, Fanny, Emma, Anne o Catherine. En sus órbitas no tardan en aparecer caballeros de dudosa estirpe como John Willoughby o de impecable fibra moral como Mr. Darcy. Diferenciarlos, sin embargo, no es tan fácil como puede pensarse. Y el verdadero amor rara vez está donde se espera.
En estas seis novelas magistrales, que funcionan con la puntualidad de comedias clásicas, las jóvenes descubren que el camino hacia el matrimonio está tan lleno de encantos como de desencantos, y que perseguir los propios ideales supone a veces desafiar a la sociedad que los ha inspirado. Con ironía y amabilidad, Jane Austen demuestra que es no solo la gran observadora de su época, sino una analista insuperable del corazón humano. Sin duda, Virginia Woolf no se equivocaba cuando la llamó «la escritora de libros inmortales»; esta cuidada edición completa ofrece la oportunidad perfecta para comprobar que siguen tan vivos como siempre.