En esta entretenida continuación de El nudo Windsor, la reina Isabel II debe descubrir la relación entre un cuadro desaparecido y la pavorosa muerte de un miembro de su personal.
Un estudiante llega a una universidad de Colorado, en los Estados Unidos, en busca del sueño americano en su versión académica. La promesa del campus como un santuario en cuyas fronteras se han resuelto los problemas de Occidente -origen, raza, clase- sucumbe ante la realidad nocturna: los alumnos deambulan por los extramuros de la ciudad, a la caza de todo aquello que el día les niega: luz, compañía, ternura, certezas.
La mirada del protagonista explora las historias que se enhebran durante una noche interminable: la obsesión por Sudamérica como destino romántico, sexual y político; los amores paralelos y tóxicos; la necesidad de borrar las señas de identidad para crear otras nuevas; la literatura como resguardo; el futuro en la forma de una oscuridad apenas iluminada por algunas estrellas lejanas y ajenas.
El pasajero
1980, Mississippi. Son las tres de la madrugada cuando Bobby Western se sumerge en el mar del golfo de México con su traje de neopreno e ilumina el avión hundido con la linterna de buceo: nueve cuerpos con el cinturón de seguridad aún abrochado. Faltan la caja negra y el décimo pasajero. Pero ¿cómo es posible? Testigo colateral de maquinaciones que solo pueden perjudicarle, Bobby se ve ensombrecido en cuerpo y espíritu por hombres con placa, por el fantasma de su padre (uno de los inventores de la bomba de Hiroshima) y por su hermana, el amor y la ruina de su alma.
Stella Maris
1972, Wisconsin. Alicia Western, de veinte años, ingresa en un hospital psiquiátrico llevando cuarenta mil dólares en una bolsa de plástico. Doctoranda en Matemáticas, a Alicia le han diagnosticado esquizofrenia paranoide y no quiere hablar de su hermano Bobby. Prefiere contemplar la naturaleza de la locura, estudiar la intersección entre la física y la filosofía, y plantar cohortes, quimeras y alucinaciones.
Narrada a través de las transcripciones de las sesiones psiquiátricas, Stella Maris es un inquisitivo e intelectualmente desafiante complemento a El pasajero, así como una investigación filosófica que cuestiona nuestras nociones de Dios, la verdad y la existencia.