LA AUTORA DESCUBIERTA POR ABAD FACIOLINCE, UNA DE "LAS ESCRITORAS QUE REVOLUCIONAN LAS LETRAS LATINOAMERICANAS" (SMODA), VUELVE A DESLUMBRAR.
"Con su prosa rica y valiente, desteje los hilos del tiempo y el dolor para mostrarnos el alma humana."
Pilar Quintana (Premio Alfaguara de novela)
Candelaria tiene doce años y vive con su excentrica familia en Parruca, un mítico lugar perdido entre montañas. Su madre habla con las piedras, su hermanastro cultiva hongos alucinógenos y su padre, un artista que esculpe ballenas, los ha abandonado. Mientras la vegetación devora la casa, reciben a extraños personajes: una mujer experta en plantas venenosas con más de un muerto a cuestas, un hombre que teme a los rayos, un desahuciado que persigue su propia muerte y deja tras de sí un enigmático manuscrito... Candelaria intentará que la acompañen en la búsqueda de su padre, y ese proceso le revelará la verdadera complejidad de la vida y la naturaleza vulnerable de los seres humanos.
Director de la cinemateca de Cuba y crítico de cine en su juventud, guionista de Hollywood en su madurez, Guillermo Cabrera Infante fue un apasionado cinéfilo toda su vida. El presente estuche reúne sus tres colecciones de ensayos sobre el tema: Un oficio del siglo xx, Arcadia todas las noches y Cine o sardina. En ellas brillan su espíritu lúdico y la fina ironía, que nos ayudan a comprender el sentido, el contexto y la factura del séptimo arte. De texto en texto y de mirada en mirada, Cabrera Infante repasa la obra de Orson Welles, Alfred Hitchcock, Howard Hawks, John Huston o Vincente Minnelli, así como una plétora de películas clásicas y modernas. Si el cine es el protagonista indiscutible, el crítico-escritor no deja de darle la réplica. Del diálogo entre la pantalla y la palabra surgen textos que no solo aportan una valiosa información, sino que se disfrutan como verdaderas funciones.
Un libro que confirma a Annie Dillard como una de las más importantes escritoras vivas.
Los grandes escritores de 'nature writing' son capaces de observar la naturaleza con una agudeza singular y construir un relato que permita al lector viajar hasta esos mundos tan ajenos a nuestra cotidianeidad. Dillard, sin embargo, va más allá. Ve a través de las grietas por las que el mundo se deshilvana y se reteje, donde los fenómenos más dispares encuentran su vínculo. Dillard es hija de Thoreau, pero también del Maestro Eckhart. Es una incansable exploradora: da igual que nos hable de un viaje a las Galápagos, a la Antártida o a las colinas que la rodean: allá donde se posa su mirada la belleza del mundo arrasa sus pupilas, y sus palabras, como la mejor poesía, dan cuenta de esa lucha por transmitir el misterio último de una emoción que carece de lenguaje.