La diferencia entre las incisiones antiguas y las nuevas se borrará con el tiempo y sólo quedará, sobre la corteza, una única inscripción, un libro con un mensaje principal: Aquí estuvieron dos amigos, dos hermanos.»
El hijo del acordeonista recorre, como si se tratara de un mosaico hecho con distintos tiempos, lugares y estilos, la historia de dos amigos: Joseba y David. Desde los años treinta hasta finales del siglo XX, desde Obaba hasta California, de la infancia en la escuela a los infiernos de la guerra y de la violencia, el autor aborda de forma valiente el tema de la memoria, la nostalgia, la amistad y también de la tristeza del que deja su tierra sabiendo que no volverá. Y en el centro de las múltiples ramificaciones de este relato, la única posibilidad de salvación frente a las circunstancias más dramáticas: el amor.
Huseyin Yilmaz muere de un infarto el día que cumple su sueño de regresar a Estambul para jubilarse. Han pasado treinta años desde que este hombre de origen kurdo emigrara a Alemania, en la década de 1970, para trabajar de forma incansable y sacar adelante a su familia, que ahora viaja a Turquía para enterrarle. Cada uno de ellos carga con sus propios demonios y su particular relato: Emine, la esposa, vive abrumada por dolorosos recuerdos y secretos del pasado; Sevda, la hija mayor, ha alcanzado el éxito profesional, pero su vida personal se desmorona; su hermano, Hakan, se esconde tras una máscara y le cuesta afrontar su personalidad; Peri, todavía en la universidad, arrastra sus propios duelos, y Ümit, a sus quince años, no puede expresar libremente su amor por otro chico. Las verdades ocultadas y las heridas del pasado irrumpirán en el presente de esta familia y harán tambalear sus fracturados cimientos.
El hombre sin amor es la antología de los mejores relatos de Eduard Limónov, preparada solo unas semanas antes de su muerte. Estos ocho fragmentos de vida corresponden a un periodo muy concreto de la biografía de su autor y conforman algo parecido a una novela del desamor, o mejor, del desencuentro con el amor, mientras que el astro solitario que puebla sus páginas sería el héroe lírico que bascula día a día entre el éxito y la indigencia, entre el estupor y la venganza, entre la euforia de la carne y la sed de supervivencia.
Incluido en el apéndice del libro, Corpus L. es una acercamiento insólito a la figura del autor ruso. Tania Mikhelson parte de la supervisión minuciosa de los relatos presentes en el libro para entregarnos la más lúcida reflexión acerca de las pasiones que arrastraron a Limónov, más allá de su oficio literario; más allá, incluso, de su propio periplo biográfico; muy cerca del Hades primigenio donde moran los demonios que fuimos y —a eso nos exhorta el autor— que podríamos volver a ser.
Una relación enferma, llena de epifanías y decepciones, herida por los prejuicios y el hostigamiento familiar, si no por el mismo impulso que la hizo nacer. Concebido como un epílogo al filme «Fanny y Alexander» y convertido en serie de televisión y largometraje por Bille August como «Las mejores intenciones» (ganador, a su vez, de la Palma de Oro en Cannes), «La buena voluntad» es quizá el título más importante de la obra de Bergman como escritor. La cercanía sentimental del autor con lo narrado y el peso de los protagonistas en la formación de su propia sensibilidad convierten esta novela en la más íntima de sus indagaciones en las pasiones humanas, un rotundo testimonio de la conducta de hombres y mujeres que Bergman aprovecha para revisar y fijar la nómina completa de sus obsesiones: la incomunicación, los secretos, la mentira, la culpa, las relaciones de poder en el seno de la familia, el vértigo sexual, la convivencia en pareja, la esperanza (o la fe) y su pérdida. Y el rencor, como incesante y mórbido baile de máscaras.
Esta antología de textos, pertenecientes a todos los géneros y épocas de la literatura latina, ofrece una compilación de pasajes relativos al oscuro y abigarrado catálogo de personajes y fenómenos sobrenaturales (espectros, casas encantadas, licántropos o muertos vivientes, entre otros) que poblaban los temores y las fantasías de la Roma de la Antigüedad, un asunto poco frecuentado por los manuales históricos al uso, más dados a reflejar una imagen augusta y estereotipada de aquella civilización. En el libro se dan cita casi todos los grandes autores de las letras latinas, como Virgilio, Horacio, Séneca, Ovidio o Cicerón, pero también otros menos conocidos, como Floro o Valerio Máximo. La antología incluye, además, una pequeña selección de textos anónimos en soporte epigráfico —cultos unos, populares otros—, entre los que cabe destacar una serie de maldiciones y hechizos amorosos, que sorprenderán seguro a buena parte de los lectores.
Cuando Brick Callan descubre que Remi Ford ha regresado a la isla Mackinac a pasar el invierno, se propone descubrir qué es lo que ocultan esos ojos verdes que llevan años atormentándolo. Incluso si para conseguirlo debe derribar el muro que había construido entre ellos. Y aunque termine enamorándose de la única mujer a la que nunca logrará olvidar.
Remi solo necesita pasar desapercibida un par de semanas. No piensa quedarse en la isla para siempre, y menos cuando el hombre que la hizo pedazos parece empeñado en meterse en sus asuntos para rescatarla (otra vez). Sobre todo porque, si Brick se sale con la suya, los pondrá a ambos en una situación peligrosa que podría costarles mucho más que el corazón.