Crimen y castigo (1866) es seguramente la obra más lograda de Fiódor Dostoyevski (1821-1881). En esta parábola de transgresión y expiación, las elucubraciones de su protagonista Rodion Raskolnikov -nihilista descarriado por las teorías utilitaristas procedentes de Occidente- en torno al derecho de los hombres extraordinarios a utilizar el asesinato como medio para alcanzar fines superiores confieren al relato su carga ideológica. Sin embargo, los argumentos doctrinales encaminados a justificar la muerte de una vieja prestamista se combinan de forma inextricable con el estudio psicológico del criminal, cuyo forcejeo y desgarro íntimos confieren a la novela sus excepcionales complejidad y hondura.
El periodista Dani Ramírez presenta un poemario cuyas protagonistas principales son las canciones de los Beatles, hilo conductor y banda sonora de las vidas de varias generaciones.
Un día libre y al sol, una revolución a la que atreverse, los 18 en el DNI, el hallazgo de la verdadera amistad, enamorarse, los abuelos, la cara de tu hijo al nacer. Son sensaciones concretas, descubrimientos prodigiosos... pero efímeros. Sin embargo, al escuchar una canción, los revivimos como en uno de esos sueños donde la mentira parece verdad.
Wade Whitehouse es un protagonista insospechado para una tragedia. Divorciado, bebedor y cada día más frustrado, no desentona entre los escasos vecinos de Lawford, el pequeño pueblo de New Hampshire del que su hermano Rolfe huyó en cuanto pudo. Wade malvive compatibilizando su trabajo de policía local con el de pocero y con prácticamente cualquier servicio que le demande Gordon LaRiviere, uno de los hombres más poderosos de la zona. A pesar de su complicada vida, Wade pone todo su empeño en mejorar la relación con su hija, maltrecha desde el divorcio; y es que nada le importa tanto como convertirse en un buen padre. Cuando llega noviembre y se inaugura la temporada de caza, un incidente en la montaña desencadena los acontecimientos que llevarán a Wade a huir lejos del pueblo, dejando tras de sí un estremecedor rastro de violencia. Aflicción es la cumbre narrativa de Russell Banks, una novela en la que el noir, el wéstern crepuscular y el drama se dan la mano para narrar el hundimiento de un hombre corriente, atrapado en una vida fallida desde la infancia. Una historia desgarradora, narrada con pulso trepidan
Una pareja de recién casados celebra su noche de bodas. No saben que será la última de sus vidas. Al día siguiente, Lindsay Boxer, inspectora de Homicidios de San Francisco, examina la escena del crimen. Lindsay no pasa por su mejor momento, ya que le acaban de diagnosticar una rara enfermedad. Sin embargo, no piensa rendirse y, para resolver el caso, decide contar con la ayuda de tres mujeres, cada una de ellas experta en su campo: la joven y avispada periodista Cindy Thomas, la doctora forense Claire Washburn y la implacable ayudante del fiscal Jill Bernhardt. Las cuatro formarán de manera extraoficial el Club de las Mujeres contra el Crimen. Un club que tendrá que trabajar contra reloj, porque el doble homicidio es solo el primero de un asesino en serie.
«Nunca he dado tanta importancia a mi persona como para sentirme atraído por la idea de contar las historias de mi vida a otros» son las palabras con las que Stefan Zweig se "excusa" por relatar su nostálgico testimonio de la desintegración de Europa.
«El mundo de ayer» es su última obra, una autobiografía escrita en el exilio, poco antes de morir, y en la que el escritor austriaco describe el periodo de entreguerras, el auge del nazismo y el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Zweig, con brillantez cómo la diversidad cultural europea había sucumbido a los nacionalismos y retrocedía bajo su yugo.
Una obra imprescindible que permite analizar el pasado a través de las excelentes reflexiones de uno de los intelectuales más importantes del siglo XX.
Carola siempre se ha sentido un poco fuera de lugar. Al marcharse a Madrid a estudiar con sus amigas pensó que podría darle un giro a su vida e intentar salvar una relación que hacía aguas. Sin embargo, un año después las cosas con Adrián siguen igual y no puede evitar ver como su mundo se hace cada vez más pequeño y la rutina la ahoga.
Por eso, cuando se le presenta la oportunidad de ir de Erasmus a Dublín y alejarse de todo, no duda en aprovecharla con la esperanza de que todo cambie.
Y allí, una noche cualquiera, conoce a Gael, con su pelo rubio, sus hoyuelos marcados y su sonrisa amable. Gael, que le recordará lo que es sentir mariposas en el estómago y hará que se plantee cosas que nunca antes se había atrevido a pensar: ¿Y si el amor en realidad fuese dar sin exigir? ¿Podrá Carola dejar sus inseguridades atrás y volver a empezar?
A veces, amar significa dar un salto al vacío.