La primera antología de textos que recoge la década de Alfonso Reyes en España.
Edición y prólogo a cargo de Jordi Soler.
En octubre de 1914, orillado por la Guerra Mundial, Alfonso Reyes deja su empleo en la Legación de México en París y se refugia en Madrid ya sin cargo diplomático y confiando en poder sostener a su familia con su talento literario.
Al llegar a España, con veinticinco años, comenzó a traducir y a escribir artículos y fue introduciéndose en el mundillo del Ateneo, que se extendía hacia los bares y los cafés de la época, en los que convivía con Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna, Miguel de Unamuno, Azorín, ManuelAzaña y un largo etcétera de presencias que palpitan en las páginas de esta antología. José Ortega y Gasset lo invitó a escribir en El imparcial -ahí empezó la espinosa relación del filósofo con el escritor mexicano- y luego lo reclutó como columnista de El Sol y de la Revista de Occidente
La nostalgia y el suspense se darán la mano en las páginas de este adictivo misterio.
En los años finales de la dictadura de Franco, Madrid está viviendo una ola de muertes que han sido catalogadas como suicidios y accidentes. Todas ellas son mujeres jóvenes, y salvo Lucio Garza, un sagaz médico forense, nadie ha encontrado una relación clara entre sus muertes. Todo cambiará cuando Lucio descubra el terrible modus operandi del asesino, una muerte realmente cruel endulzada con caramelos de violeta.
Pero el inesperado asesino no será el único enemigo que Lucio encontrará en sus investigaciones. También deberá enfrentarse a la estrechez de miras de la época, los recelos de sus superiores y a una asfixiante autoridad que todavía no concebía el concepto de un asesino en serie. Sin embargo, no estará solo: contará con la ayuda de Teresa, su inteligente esposa, y de sus siete hijos, tan deseosos como sus padres de participar en la investigación. A ellos se les unirá un atípico compañero, Félix, un policía de la brigada de investigación criminal, que ayudará a Lucio Garza en sus pesquisas. Unas pesquisas que sacarán a la luz un oscuro secreto familiar que hunde sus raíces en la guerra civil.
En una noche de agosto en Noruega, un resplandor enciende el cielo de golpe: es una enorme estrella nueva que se eleva vertiginosa, sin que nadie pueda explicarla. Magnetizados, inquietos, la observan unos personajes en medio de sus propias encrucijadas. Está Arne, profesor de literatura, que trata de lidiar con las dificultades del matrimonio con su mujer Tove, que sufre trastorno bipolar. Y está también Kathrine, pastor de la Iglesia que se sorprende cuando, al volver de un seminario, decide pasar la noche en un hotel en lugar de en su propia casa.
Acaso sea Crónica de una muerte anunciada la obra más «realista» de Gabriel García Márquez, pues se basa en un hecho histórico acontecido en la tierra natal del escritor. Cuando empieza la novela, ya se sabe que los hermanos Vicario van a matar a Santiago Nasar -de hecho, ya le han matado- para vengar el honor ultrajado de su hermana Ángela, pero el relato termina precisamente en el momento en que Santiago Nasar muere.
El tiempo cíclico, tan utilizado por García Márquez en sus obras, reaparece aquí minuciosamente descompuesto en cada uno de sus momentos, reconstruido prolija y exactamente por el narrador, que va dando cuenta de lo que sucedió mucho tiempo atrás, que avanza y retrocede en su relato y hasta llega mucho tiempo después para contar el destino de los supervivientes. La acción es, a un tiempo, colectiva y personal, clara y ambigua, y atrapa al lector desde un principio, aunque este conozca el desenlace de la trama. La dialéctica entre mito y realidad se ve potenciada aquí, una vez más, por una prosa tan cargada de fascinación que la eleva hasta las fronteras de la leyenda.
Hulda Hermannsdóttir ha sido una de las mejores investigadoras de la policía de Reikiavik. Cuando está a punto de cumplir los sesenta y cinco, su jefe le propone jubilarse antes de tiempo. A cambio, podrá elegir un último caso. La perspectiva de dejar un trabajo al que se ha entregado en cuerpo y alma la inquieta; teme que los viejos demonios que siempre la han perseguido den finalmente con ella. Para demorar este momento, la veterana policía no duda en reabrir el asesinato de una mujer que un compañero no logró resolver tiempo atrás. Ahora, Hulda se encargará personalmente de ello con un único objetivo: dar con la verdad. Y solo tiene quince días para lograrlo.
Ragnar Jónasson inicia con La dama una serie de novela negra fascinante que ha cautivado a lectores y crítica de todo el mundo por su inteligente originalidad, ya que, partiendo de los casos de la sagaz inspectora Hulda, nos permite comprobar cómo ha cambiado la sociedad. Millones de lectores comparten la opinión de Ian Rankin: «Me ha tenido literalmente enganchado», y no es de extrañar: «Trazada con precisión de cirujano, la novela tiene un final de auténtico infarto», The Guardian.
Copenhague, 1968. Lise, escritora de libros para niños y madre casada de tres hijos, está cada vez más obsesionada por rostros y voces incorpóreos. Está convencida de que su marido, que le es infiel, la dejará. Sobre todo, tiene miedo de no volver a escribir nunca más. Sin embargo, a medida que desciende a un mundo de píldoras y hospitales, comienza a preguntarse si la locura es realmente algo que se debe temer o si trae una especie de libertad.
Tras convertirse en un fenómeno literario mundial con Trilogía de Copenhague, recuperamos una de las novelas fundamentales de Tove Ditlevsen, Las caras, una continuación lógica de los grandes temas de su literatura (los roles de madre y esposa, la lucha por convertirse en escritora, la infidelidad, la enfermedad mental o las adicciones) y una historia desgarradora que nace de su propia experiencia vital.