El hombre que inventó Manhattan se llamaba en realidad Gerald Ulsrak, estaba casado y tenía dos hijas. O quizá sólo una. Había nacido en un pequeño pueblo en las montañas de Rumania y siempre había soñado con un sitio mejor, Manhattan, y un nombre distinto, Charlie. Trabajaba en el mantenimiento de un bloque de apartamentos y se repetía noche tras noche como un mantra que el siguiente sería un buen día. La mañana de Año Nuevo de 2002 amaneció colgado de una viga del techo.
Su suicidio pone en marcha la recreación por parte del narrador un inquilino del inmueble de un mundo en el que se mezclan la realidad y la ficción. A través de historias cortas, agudas como flechas, marcadas por los juegos de identidades, el humor irónico y unos personajes inolvidables, se erige una ciudad mítica: un Manhattan personal, exacto y al tiempo imaginado, teñido por toda la literatura y el cine que reflejan la ciudad de Nueva York.
A mediados de 2023, apenas recuperado de una cirugía a corazón abierto, Héctor Abad Faciolince aceptó la invitación a una feria del libro en Ucrania. El viaje libresco, sin embargo, se convirtió en algo más: explorar los horrores de la invasión rusa en la región del Donetsk, cerca del frente de batalla, junto a otras cuatro personas. El último día, para despedirse, el grupo de viajeros se dispuso a cenar en una pizzería de Kramatorsk. Allí, «como del rayo», padecieron un hecho que los transformaría para siempre: un misil ruso, con seiscientos kilos de explosivos, cayó sobre el centro mismo del lugar, dejando en el acto trece personas muertas y más de sesenta heridos. Una de las víctimas fatales fue la joven escritora ucraniana Victoria Amélina, guía y compañera de ese viaje testimonial que terminó en tragedia.
La novela sobre amor, amistad y reencontrarse con uno mismo que no sabías que necesitabas.
Raúl, Miri y Elena siempre han estado muy unidos. Pero van a empezar su primer año de universidad, y parece que sus caminos podrían separarse?
Raúl se reencontrará con una persona de su pasado, Miri se verá envuelta en situaciones difíciles y, a Elena, los secretos de su vida en pareja no le serán nada fáciles de manejar. Menos mal que tienen la azotea, su lugar seguro, donde siempre han podido desahogarse y curar sus heridas?
Merecedora del Premio Goncourt en 1984, esta célebre novela autobiográfica narra, con la intensidad del deseo, la historia de amor entre una adolescente de quince años y un acaudalado heredero chino, doce años mayor que ella, que se desarrolla en Sadec, Saigón y otros escenarios de la Indochina colonial. La protagonista, bellísima, que reside en un pensionado y cruza todos los días en autocar y transbordador un brazo del Mekong para ir al instituto, no es otra que la propia Marguerite Duras, quien rememora su singular historia, los inicios, sus encuentros con su amante, los sentimientos que la desgarran, así como su infancia y las tensas relaciones que unen y desunen a su peculiar familia, y que prematuramente grabaron en su rostro los implacables surcos de la madurez.
La publicación de esta obra, en 1985, convirtió a Enrique Vila-Matas en un autor de culto. La insólita historia de la sociedad secreta de los shandys, la más alegre, singular y chifl ada que jamás existió, y de la que formaron parte fi - guras como Duchamp, Walter Benjamin, Blaise Cendrars y Aleister Crowley, sin olvidar a Georgia O?Keefe y a Rita Malú, era un artefacto narrativo inusitado en las letras hispánicas. Su autor, que manejaba con igual descaro una documentación sólida y cosmopolita y la fantasía más excéntrica, levantó una cartografía erudita y descacharrante inspirada las vanguardias históricas de comienzos del siglo XX, toda vez que lanzaba un manifi esto a favor de la levedad, un auténtico programa estético y moral. A casi cuarenta años de su aparición, y en el vigésimo aniversario de Libros del Zorro Rojo, publicamos a modo de homenaje esta versión ilustrada por Julio César Pérez, Amarillo Indio, sin duda uno de los artistas más portátiles de su generación.
El libro estará organizado en 13 apartados que hacen referencia a la buena o mala suerte («El gato negro», «La sal derramada», «No cruzar debajo de una escalera», «Levantarse con el pie izquierdo», «Tijeras abiertas» o «El color amarillo»).
En palabras del autor: «La vida está llena de momentos que no podemos controlar, cuando la suerte es nuestro acompañante de viaje. Nos enamoramos, no se elige. Tan solo puedes vivirlo. Es incontrolable».
Bésame, que diré que ha sido mala suerte».