Milo vive con sus padres y su hermana, pero se quiere independizar. Mientras recorre la ciudad en bicicleta, visita departamentos en alquiler y se cruza con personajes desopilantes, alguien le va dejando, como pistas que no llevan a ningún lado, notas en las que se repite una pregunta: «¿Por qué te vas?».
Condensando las ansias de toda una generación, Iván Hochman construye un relato con reminiscencias salingerianas, tierno, honesto y con un agudo sentido del humor en torno a la decisión de irse a vivir solo. Por qué te vas es una obra polifónica donde los testimonios de amigos que dieron el salto, las listas de pendientes y ciertos objetos queridos cuentan una historia e iluminan un futuro.
El 7 de marzo de 1687, un grupo de judíos conversos mallorquines, temiendo ser detenidos por la Inquisición, decidieron embarcarse rumbo a tierras de libertad. El mal tiempo frustró su huida, fueron apresados y, finalmente, treinta y siete de ellos condenados a la hoguera en cuatro autos de fe en la primavera de 1691. Esta novela recrea cómo vivieron y murieron los criptojudíos mallorquines en el siglo XVII, en un mundo en el que se cruzan inquisidores, aristócratas, comerciantes, campesinos, bandoleros y prostitutas como la inolvidable Beatriu Mas.
«Esta es la historia de una mujer sensata que, cuando se dio cuenta de que todo lo que le habían contado era mentira, fue al juzgado, denunció los hechos y lo puso todo patas arriba».
Hace casi veinticinco años, Nevenka Fernández, concejal de Hacienda de Ponferrada, dimitió y acusó al alcalde, Ismael Álvarez, de acoso sexual. Sin embargo, el valor para contar públicamente lo que estaba sufriendo en silencio no tuvo un efecto lógico: la justicia falló a su favor y el acusado se vio obligado a renunciar su cargo, sí, pero ella fue sometida a un juicio público y mediático paralelo que acabó forzándola a abandonar el país.
A partir de entrevistas con la protagonista y del seguimiento del proceso judicial, Juan José Millás narra en Hay algo que no es como me dicen la crónica de este caso real —hoy todavía vigente— de lucha contra el machismo, e investiga los mecanismos por los que alguien se convierte en víctima y sin embargo logra hacerse con los recursos internos para salir de esa situación.
Una novela conmovedora en la que tres mujeres se rebelan contra un orden social injusto y los prejuicios de una pequeña ciudad.
Skeeter, de veintidós años, ha regresado a su casa en Jackson, en el sur de Estados Unidos, tras terminar sus estudios en la Universidad de Mississippi. Pero como estamos en 1962, su madre no descansará hasta que no vea a su hija con una alianza en la mano.
Aibileen es una criada negra. Una mujer sabia e imponente que ha criado a diecisiete niños blancos. Tras perder a su propio hijo, que murió mientras sus capataces blancos miraban hacia otro lado, siente que algo ha cambiado en su interior. Se vuelca en la educación de la pequeña niña que tiene a su cargo, aunque es consciente de que terminarán separándose con el tiempo.
Minny, la mejor amiga de Aibileen, es bajita, gordita y probablemente la mujer con la lengua más larga de todo Mississippi. Cocina como nadie, pero no puede controlar sus palabras, así que pierde otro empleo. Por fin parece encontrar su sitio trabajando para una recién llegada a la ciudad que todavía no conoce su fama.
A pesar de lo distintas que son entre sí, estas tres mujeres acabarán juntándose para llevar a cabo un proyecto clandestino que supondrá un riesgo para todas. ¿Y por qué? Porque se ahogan dentro de los límites que les impone su ciudad y su tiempo. Y, a veces, las barreras están para saltárselas.
Dos asesinatos, una investigación a ritmo frenético y un final que no olvidarás.
«Axel, creo que he matado a alguien».
Con este enigmático whatsapp de su compañera Loor Galván comienza la mañana del viernes 9 de marzo de 2023 para el inspector de policía Axel Nash.
Loor terminó la noche anterior borracha y desnuda en la cama de una estrella de Onlyfans, y se despertó envuelta en sangre y abrazada al maltrecho cadáver. Por supuesto, no se acuerda de nada.
Al mismo tiempo, un maniaco advierte a Axel, mientras está en directo en la tele, de la aparición de otro cadáver en el lago de la Casa de Campo de Madrid. El comisario Jorge Ortiz, presionado por las altas esferas del gobierno de la ciudad, se verá obligado a asignar el caso a su mejor hombre, Axel Nash. La víctima es una estrella del rock y lidera una de las bandas más exitosas en el panorama musical nacional.
Axel y Loor se verán envueltos en una carrera contrarreloj en la que sospecharán y desconfiarán de todo y de todos. Sobre todo de ellos mismos.
¿Serán capaces Axel y Loor de resolver dos crímenes al mismo tiempo? ¿Es Loor una asesina? ¿Puede Axel confiar en ella?
Pensamos que no seríamos capaces de cometer un crimen, hasta que lo hacemos.
Los seres humanos piensan que saben de qué son capaces. Creen que no podrían escapar de los policías, que nunca le harían mal a un niño. Yo no podría matar a mis padres; hagan lo que hagan, me dieron la vida. O yo no llegaría jamás hasta la violación. No sería capaz de acelerar al volante en un puente con mis hijos en el auto y caer al vacío. Pero todo eso lo decimos antes; no somos capaces, es cierto, nos resulta impensable el crimen, hasta que pasamos al acto.
Perder el juicio cuenta la historia de un robo, de una apropiación, de un incendio provocado. Esta obra es el viaje de un secuestro donde la vida es vista como el armado de una evasión. Como dice Harwicz, se escribe una novela cuando se está en desacuerdo con el sentido de las palabras, cuando dejar de mentir es imposible.