En esta comedia romántica paranormal, escrita por la autora de Mi compañero de piso es un vampiro, la relación falsa entre una contable y un vampiro será cuestión de vida o muerte... literalmente.
Amelia Collins es una mujer exitosa por definición. Incluso se atrevería a decir que ha tenido éxito hasta en eso de estar soltera. Pero, según su familia, no es así, y ya está cansada de que le pregunten constantemente por su inexistente vida amorosa. Cuando le llega una invitación a la boda de otra prima más, decide que ya está harta de los incesantes comentarios de su familia, así que busca a alguien dispuesto a acompañarla y fingir ser su novio.
Tras un encuentro casual con Reginald Cleaves, Amelia decide que él es justo lo que andaba buscando. Es un tanto extraño, pero da igual, eso ayudará a que su familia no le pregunte mucho al respecto (y desde luego tampoco es que haga daño a nadie que además esté increíblemente bueno).
Para el vampiro centenario Reggie, el fingir estar saliendo con Amelia y ser su acompañante en la boda de su prima suena de lo más divertido. Y si eso le ayuda a mejorar sus dotes de actuación al hacerse pasar por humano, mejor que mejor.
A medida que Amelia y Reggie avanzan con su falso romance, a Amelia le queda claro que Reggie le es tan leal como un vampiro a la sangre, y que las primeras impresiones que tuvo de él no podrían haber estado más equivocadas. De repente, la posibilidad de tener algo de verdad con él no le suena tan mal.
Emma Woodhouse, la hija de un rico terrateniente, se muda al pequeño pueblo de Hartfield. Aburrida de su plácida vida junto a su padre, se dedicará en cuerpo y alma a su pasatiempo favorito: hacer de casamentera entre sus conocidos y jugar con sus vidas a su antojo. Sólo George Knightley será capaz de enfrentarse a Emma y criticar duramente su comportamiento, lo que provocará una deliciosa pugna entre ambos.
El camino de la vida es el testamento espiritual, el legado moral que León Tolstói decidió dejar al mundo en sus últimos días. Es su obra póstuma, pues falleció antes de su publicación, y como tal debe abordarse. Una joya literaria en la que, más preocupado por el mensaje que por las formas, nos ofrece sus reflexiones sobre el ser humano, la religión, la existencia, la espiritualidad, las virtudes o los defectos.
Pero, ¿cómo llega un escritor realista como Turguénev a escribir relatos de terror? Apoyándose en la realidad: desafiará la naturaleza siempre y cuando no solo lo escrito resulte verosímil, sino cuando reflejen esos temas sociales que siempre han dominado su obra. Klara Mílich y otros relatos de terror de Turguénev no es una mera selección cuentos escalofriantes que recurren al horror con el objetivo de asustar. Turguénev emplea el terror para hablarnos de una forma más poética, más simbólica, de los problemas sociales que siempre desataron su pluma. A través de ellos nos plantea las cuestiones que siempre han interesado y afectado a la humanidad.