El viaje a las Cataratas del Iguazú de Federico Benítez y sus hijos ya está arreglado, pero una llamada altera los planes en el último momento: una deuda de gratitud, vieja e impostergable, lo obliga a cambiar de rumbo y encaminarse, con esos dos disgustados adolescentes a la rastra, hacia la lejana Patagonia. En cuatro días de viaje, este hombre ensimismado y torpe les contará a los jóvenes una historia oculta que es la suya, la suya y la de su desangelada adolescencia, la suya y la del Primer Torneo Interdivisional de Fútbol del Colegio Nacional Normal Superior Arturo Del Manso, jugado en 1983.
Y ese torneo de fútbol, con sus arbitrariedades, con sus trampas, con sus mezquindades, pero también con sus grandezas, con sus luces y con sus sombras, será para este muchacho de quince años un laboratorio de la vida del que saldrá transformado.
Bajo la forma de un relato de viaje, de una novela de iniciación, Eduardo Sacheri nos atrapa en una historia emocionante sobre los vínculos humanos y nos muestra cómo en el inmenso friso del poder puede recortarse de pronto una figura generosa capaz de cambiar el curso de una vida.
Todos somos nuestro futuro fantasma. Lo llevamos adentro como germen de lo que seremos. Ésta es la novela de lo que fueron en su tiempo, y son mientras leemos, seis amigos desorbitados, habitantes de una casa de huéspedes frente a un parque de jacarandas en una Ciudad de México minuciosamente evocada aquí, en los años sesenta del siglo pasado. Los jóvenes de aquella casa viven su presente a la intemperie. No son héroes más que de la brevedad de sus años. Su modesta epopeya consiste en el ejercicio de una salvaje fraternidad. Los envuelven el azar de la urbe naciente, la noche buscada y la antesala del amor eterno, que es el sexo fugaz. Fantasmas en el balcón es una novela sobre la nostalgia del tiempo que se nos va de las manos y nos lleva con él. Es una historia de fantasmas, como debe ser acaso la historia de toda alegría.
El tío Celan era serísimo como los candelabros; sostenía la mirada y saltaba los siglos; sabía que hay edificios umbrosos, terribles, sin estilo resuelto de antemano; estilo alpino, estilo garaje, estilo japonés, sin estilo; por eso no dormía o dormía caminando cuando usaba palabras en el sueño de cuarzo, de ámbar, sin moscas, de granito fragmento de “Capítulo tío Celan”, de Luis Moreno Villamediana Luis Moreno Villamediana (Venezuela, 1966).
The Simple Truth es el poemario más representativo y definitorio de Philip Levine, con el que el autor obtuvo en 1995 el prestigioso Premio Pulitzer de Poesía. Se trata de una colección de treinta y tres poemas divididos en tres secciones en las que Levine asocia hechos reales con elementos míticos o inventados que responden a la concepción que el autor tenía de la poesía «como indagación en la memoria».The Simple Truth es un libro sobre la relación entre la memoria y la realidad, una manera de agradecer y bendecir humildemente todo aquello que ocurrió y que en cierta medida ha contribuido a configurar la realidad presente, la vida corriente con sus personajes cotidianos y ordinarios.
El verdadero periodismo es aquello que nadie quiere que se publique.
Una novela que bajo la apariencia de una comedia de costumbres, ofrece un thriller con poco o nada que envidiar a los mejores del mercado. A partir de la «excusa» de la investigación del asesinato de una joven sin familia, se hace una disección, tan irónica como implacable de nuestro mundo contemporáneo, en concreto de la alta sociedad, de las luchas de poder en los medios de comunicación y de las cloacas de la superficie.
¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar
para proteger nuestro tesoro más valioso?
Tras el último ataque de Player 2511, Neil, cada vez más sometido a una fuerte presión, busca el más mínimo indicio que lo conduzca al vengador enmascarado que amenaza a su familia y a Selene, con la que tiene una relación inestable: por una parte, el chico se dacuenta de que el vínculo que lo une a ella es cada vez más fuerte, único e indisoluble; por otra, teme que su doloroso pasado le impida vivir plena y satisfactoriamente.
Cuando una revelación sobrecogedora embiste su mundo, Neil se despreocupa de todo y de todos y huye lejos de Selene y de su familia para encontrarse a sí mismo y recuperar algo de equilibrio. Es entonces cuando Megan -guapa como una supermodelo, con unos ojos verdes que quitan el hipo- se convierte en su único apoyo. La chica comparte con él recuerdos terribles y parece la única capaz de calmar, al menos en parte, su desasosiego. Mientras Neil, indeciso entre la atracción por Megan y el sentimiento indefinible por Selene, trata de aclararse, Player 2511 prepara el asalto final, y no tiene la intención de dejar títere con cabeza con tal de tomarse su terrible venganza.