Un cadáver contagiado de virus covid yace amortajado sobre un sofá doméstico bajo un parasol. Junto a él un cartel dice: «¡Hemos llamado al 911 y no hay ayuda!». Es una mañana en Guayaquil durante el año 2020. Plena pandemia. Esta imagen de muerte desoladora explica qué tipo de golpe y de descenso es Visceral. Después de los éxitos de Pelea de gallos y Sacrificios humanos, un libro entre la autobiografía, la memoria y la autoficción, una suerte de manifiesto atravesado por la actualidad que viaja a través de los miedos y las obsesiones, de las experiencias y los recuerdos, de los hallazgos y las búsquedas de María Fernanda Ampuero. Violencia contra las mujeres. El cuerpo ultrajado, el cuerpo rechazado. El deseo y la sexualidad. La salud mental, la obesidad, la infancia. La madre y las maternidades. El poscolonialismo, la ecopolítica, el feminismo. La escritura y la lectura. Un libro monstruosamente honesto, descarnado, demoniaco, con un alto grado de exhortación furiosa. Un libro de María Fernanda Ampuero. Ella se atreve.
Esta es la historia de tres mujeres que lo han perdido todo.
Incluso el miedo.
Por eso son tan peligrosas.
Esta es la historia de una venganza imposible, sin ninguna posibilidad de éxito.
Esta es la historia de tres mujeres que se atreven a hacer lo que los demás sólo nos atrevemos a imaginar.
Algo muy poderoso está a punto de ocurrir.
Y nada volverá a ser igual.
SIEMPRE GANAN LOS MISMOS.
ES HORA DE CAMBIAR LAS REGLAS.
«Llegó Cirro, el tiempo escampa».
Cantero es un joven desorientado y sin voluntad que no sabe qué hacer con su vida. Perdió a sus padres y ha sido expulsado de la casa de su tío, que se siente traicionado por él. Vive a la que salta y acaba a merced de Cirro Cobalto, un personaje que lo enreda de mala manera y lo mantendrá bajo sus órdenes con extrañas encomiendas. Otros dos misteriosos personajes, Denís y Lombardo, intervendrán en los acontecimientos que le llevarán a las más inesperadas situaciones, entre el riesgo y la irrealidad de lo que pudiera parecerse a una disparatada película.
El amo de la pista es una novela plena de ingenio e imaginación prodigiosa sobre la vulnerabilidad y la capacidad de manipulación de los seres humanos y la peligrosa fascinación de los mistificadores. Una fábula que puede inquietarnos, si pensamos en el mundo en el que estamos gobernados. En ella, Luis Mateo Díez se muestra de nuevo como uno de los creadores más originales de la literatura española actual.
Atrapado en el recuerdo de Sandrine, sin salida ni futuro, Suso Corbacho no dispone de muchas opciones. A pesar de ser abogado, apenas sobrevive en Ceuta con el dinero que recibe de su padre. Por ello, cuando este le pide que se reúna con Zallas, un hombre de dudosa reputación involucrado en negocios turbios, muy a su pesar no puede negarse. Por otra parte, el Califa, un representante de artistas al que Suso debe tres mil euros, le ordena ir en busca del Pespá, un hombre desesperado, víctima de una extorsión relacionada con unas fotos comprometedoras tomadas décadas atrás en el conocido local gaditano Gadir. Inesperadamente, algo terrible sucede antes de que se despidan. ¿Quién podría estar detrás de todo?
Hace once meses, Roxy y el agente Reece Anders tuvieron un rollo de una noche. Ella lleva enamorada de él desde los quince años, y él desearía que la noche que compartieron jamás hubiera sucedido. Por eso, aunque Roxy renuncia para siempre a Reece, el pasado y el futuro se entrelazan y la obligan a confiar en el único hombre que le ha roto el corazón no una, sino dos veces.
Cuando Roxy comienza a recibir amenazas anónimas, asume que el culpable es un viejo enemigo. Sin embargo, Reece no está seguro. Las amenazas son demasiado personales y, aunque sabe que ella no le creería, no está dispuesto a permitir que nadie le haga daño. Pase lo que pase.
El 16 de julio de 1990, Liliana Rivera Garza, mi hermana, fue víctima de un feminicidio. Era una muchacha de 20 años, estudiante de arquitectura. Tenía años tratando de terminar su relación con un novio de la preparatoria que insistía en no dejarla ir. Unas cuantas semanas antes de la tragedia, Liliana por fin tomó una decisión definitiva: en lo más crudo del invierto había descubierto que en ella, como bien lo había dicho Albert Camus, había un invencible verano. Lo dejaría atrás. Empezaría una nueva vida. Haría una maestría y después un doctorado; viajaría a Londres. La decisión de él fue que ella no tendría una vida sin él.
Hace apenas un año decidí abrir las cajas donde depositamos las pertenencias de mi hermana. Su voz atravesó el tiempo y, como la de tantas mujeres desaparecidas y ultrajadas en México, demandó justicia.
El invencible verano de Liliana es una excavación en la vida de una mujer brillante y audaz que careció, como nosotros mismos, como todos los demás, del lenguaje necesario para identificar, denunciar y luchar contra la violencia sexista y el terrorismo de pareja que caracteriza a tantas relaciones patriarcales.